Mundos paralelos

Estuve en la casa de una amiga en La Plata este fin de semana. Una vez más, corroboré algo muy interesante.

El sábado, fuimos a un Club de Regatas. Gente de clase media alta, todo hermoso y cuidado, veleros. Nos entretuvimos mirando una clase de vida ligada al agua y los barcos. Al regresar, pasamos por un Aero-Club. Personas ligadas al aire y los aviones. A la noche, fuimos a comer y luego a mirar gente bailando tango en una plaza, totalmente entregadas a ello.

El domingo, fuimos a caminar por el río en Punta Lara. Otra clase social, otras diversiones. Cuando volvíamos, encontramos una reunión de “motoqueros”, gente que vive arriba de una moto que se venía de muchos lugares. Entramos a recorrer un nuevo barrio que se ha construido en muy poco tiempo, con hermosas casas con piletas de natación y hasta canchas de tenis. También, vimos cómo se están agrandando las villas miserias. Compramos comida en un lugar adónde nos atendió un chico con piercings y vestido de negro.

Cada uno vive en su propio mundo. Lo notable es que cada uno piensa que su mundo es el mundo, que su visión de la vida es la visión, que los demás son los otros, algo fuera de su mundo.

Esto a nivel macro. En lo interno, sucede lo mismo. Cada uno de nosotros tiene una manera de ver y vivir su existencia y cree que es así; es más, cree que siempre ha sido así. Todo es una gran ilusión. Y contiene la de todos.

La única forma de despertar es concientizar en qué burbuja vivís y romperla para darte cuenta de que la hemos creado en lo personal y en lo social y recrear otra, íntegra y divina.