Indigestados

Siguiendo con el post anterior de “Fantasmas y respuestas”, otro tema interesante es que nos llenamos de información hasta el hartazgo (acerca de toda clase de técnicas, filosofías, gurúes, religiones, canalizaciones de la Nueva Era, etc., etc., etc. y un largo etc. más) y nos hacemos expertos en por qué y para qué suceden las cosas y cómo es el mundo y sus criaturas y la espiritualidad del bicho canasto… para olvidar todo en cuanto surge un problema!!

Una paciente me contaba que su jefe era un fanático de la Kabalah, vivía estudiándola y, al parecer, llevando su vida de acuerdo a ella… mientras las cosas iban bien. Cuando tuvo un revés económico muy fuerte y se peleó con sus socios (cosa que hace cíclicamente), la Kabalah voló por los aires y se comenzó a quejar de todo y de todos. ¡Qué poco nos dura la teoría!

Tengo muchos pacientes y conocidos a los que les pasa lo mismo. Si hablan de otras personas o reflexionan algo, todo es comprendido y aceptado. En cuanto eso mismo es referido a sus vidas, aparecen los olvidos, las resistencias, las maldiciones.

En realidad, las cosas son más fáciles de lo que pensamos. Por eso, cuestan más. Porque nos encantan el drama y las preocupaciones. Tenemos que ser pacientes y cariñosos con nosotros mismos. Vamos a caer una y mil veces (por eso estamos en este planeta y no tocando el arpa en las nubes de Úbeda).

La densidad de la Tercera Dimensión es verdaderamente… densa. Sostener un paradigma, una actitud, un proyecto, un sueño, una vida distinta necesita de un compromiso importante. Pero la paz, la comprensión, la conexión, el amor que surgen de las profundidades son incomparables.