Es como si lo hubiese escrito yo: no puedo estar más de acuerdo. Entre todos, lograremos despertarnos del sueño y vivir en el AHORA...
En tanto eres incapaz de acceder al poder del Ahora, cada dolor emocional que experimentas deja detrás de sí un residuo de dolor que vive en ti. Se mezcla con el dolor del pasado, el cual ya esta allí, y se instala en tu mente y en tu cuerpo. Esto, por supuesto, incluye el dolor que sufriste en tu niñez, causado por la inconciencia del mundo dentro del cual naciste.
El dolor acumulado es un campo energético negativo que ocupa tu cuerpo y tu mente. Si lo piensas como una entidad invisible con su propio derecho a existir, te estás acercando bastante a la realidad. Es el cuerpo del dolor emocional. Tiene dos formas de ser: dormido y activo. Un cuerpo-dolor puede permanecer dormido un 90% del tiempo. Sin embargo, en una persona profundamente infeliz, puede estar activo en un 100% del tiempo. Algunas personas viven casi enteramente a través de su cuerpo-dolor, mientras que otras tal vez lo experimenten solamente en ciertas situaciones, tales como en vínculos íntimos, o situaciones ligadas con pérdidas pasadas o abandonos, heridas físicas o emocionales, etc. Cualquier cosa puede dispararlo, particularmente si resuena con un patrón de dolor de tu pasado. Cuando está listo para despertarse de su estado de sueño, incluso un pensamiento o un inocente comentario hecho por alguien cercano a ti puede activarlo.
Algunos cuerpos-dolor son tremendamente desagradables pero relativamente inofensivos, por ejemplo, como un niño que no para de lloriquear. Otros son monstruos viciosos y destructivos, verdaderos demonios. Algunos son físicamente violentos, muchos otros son emocionalmente violentos. Algunos atacarán a personas cercanas o de tu entorno, mientras que otros te atacarán a ti, su huésped. Los pensamientos y los sentimientos que tienes acerca de tu vida se vuelven entonces profundamente negativos y autodestructivos. Las enfermedades y los accidentes muy a menudo son creados de ésta forma. Algunos cuerpos-dolor llevan a sus huéspedes al suicidio.
… Estate atento a cualquier signo de infelicidad en ti mismo, en la forma que sea – podría ser el cuerpo-dolor que se está despertando. Esto puede tomar la forma de irritación, impaciencia, un estado de animo sombrío, un deseo de lastimar, furia, queja, depresión, una necesidad de tener un drama en tu vínculo, y así. Agárralo en el momento en que se despierta de su estado de sueño.
El cuerpo-dolor quiere sobrevivir, tal como cualquier otra entidad que existe, y sólo puede sobrevivir si consigue que tú, inconscientemente, te identifiques con él. Entonces él puede levantarse, conquistarte, "convertirse en ti", y vivir a través de ti. Él necesita conseguir su "comida" a través de ti. Él se alimentará de cualquier experiencia que resuene con su propia energía, cualquier cosa que cree un poco más de dolor en la forma que sea: furia, destructividad, odio, duelo, drama emocional, violencia e incluso enfermedad. De modo que el cuerpo-dolor, cuando te ha conquistado, creará una situación en tu vida que refleja de vuelta su propia frecuencia de energía para alimentarse de ella. El dolor sólo puede alimentarse de dolor. El dolor no puede alimentarse de dicha. Le resulta bastante indigesta.
Una vez que el cuerpo-dolor te ha conquistado, tú quieres más dolor. Te conviertes en una víctima o en un perpetrador. Quieres provocar dolor o quieres sufrir el dolor, o ambos. En realidad no hay mucha diferencia entre los dos. Tú no estás conciente de esto, por supuesto, y clamarás vehementemente que no deseas el dolor. Pero mira de cerca y encontrarás que tu pensamiento y tu actitud están diseñados para mantener el dolor, para ti y para otros. Si ESTUVIERAS verdaderamente conciente de ello, el patrón se disolvería, porque desear más dolor es locura, y nadie puede estar loco concientemente.
El cuerpo-dolor, el cual es la sombra oscura proyectada por el ego, en realidad le tiene miedo a la luz de tu conciencia. Tiene miedo de que lo descubran. Su supervivencia depende de tu identificación inconsciente con él, así como de tu miedo inconsciente a enfrentar el viejo dolor que vive en ti. Pero si no lo enfrentas, si no traes la luz de tu conciencia hacia el dolor, serás forzado a vivirlo una y otra y otra vez. El cuerpo-dolor puede parecerte como un monstruo peligroso al que no puedes soportar mirar directamente, pero te aseguro que es un fantasma insustancial que no puede permanecer frente al poder de tu presencia.
Algunas enseñanzas espirituales declaran que todo dolor es en última instancia una ilusión, y eso es cierto. La pregunta es: ¿Es eso cierto para ti? Una mera creencia no lo convierte en realidad. ¿Quieres experimentar dolor por el resto de tu vida y seguir diciendo que es una ilusión? ¿Eso te libera del dolor? Lo que nos ocupa en este caso es, cómo puedes hacer para darte cuenta y REALIZAR esta verdad – o sea, hacerla real en tu propia experiencia.
Así que el cuerpo-dolor no quiere que tú lo observes directamente y lo veas tal cual es. El momento en que lo observes, siente su campo energético dentro de ti, y lleva tu atención hacia eso, entonces la identificación se rompe. Una dimensión de conciencia superior ha entrado. Yo la llamo PRESENCIA. Ahora tú eres el testigo o el observador del cuerpo-dolor. Esto significa que ya no puede usarte simulando ser t ú, y ya no puede alimentarse a través de ti. Has encontrado tu mayor fuente de fuerza interior. Has accedido al poder del Ahora.
Eckhart Tolle
miércoles, 26 de diciembre de 2007
El cuerpo-dolor
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lunes, 24 de diciembre de 2007
¿Ser feliz es boludo?
Una paciente con una vida difícil me decía el otro día que, cuando ella iba a un restaurante y veía a gente riéndose y hablando tonterías, se preguntaba porqué a algunas personas se les daba las cosas tan sencillas y si no era mejor ser boluda.
Hay unas cuantas ideas a considerar en este simple comentario. Por un lado, es una idealización bastante común creer que a los demás no les pasa nada y que todo lo malo le sucede a uno. No es cierto. Todos tenemos temas complicados y son a la medida de cada uno. Lo que para alguien es una nimiedad para otro tiene una enorme gravedad. No se pueden comparar porque cada uno lo vive y lo sufre a su manera.
Aquí, en el fondo, no importa lo que haya sucedido sino qué se hace con eso. El que se permite preguntarse el para qué y evoluciona y abre su corazón a la aceptación, la comprensión y el amor puede liberar las circunstancias y enriquecer su vida para siempre.
Otra consideración es que, cuando estamos atravesando etapas complicadas, tendemos a tomar la parte por el todo, a “tirar el bebé con el agua del baño”. Puede ser que determinados aspectos de nuestra vida estén oscuros pero no todo lo está, así que podemos darnos permiso para disfrutar de los luminosos. Y, aunque creamos que todo está enturbiado (cosa que no es cierto), igual podemos gozar con una buena comida, con una hermosa puesta de sol, caminando bajo los árboles y riéndonos por una tontería. La alegría es el antídoto en todo momento, sobre todo si aprendemos a reírnos de nosotros mismos.
No hay que olvidar tampoco la predisposición que arrastramos a repetir el pasado continuamente. Si tuvimos una infancia penosa, inconcientemente, reproducimos la situaciones, atrayendo las personas y los hechos que las cumplan. Agreguémosle el apego al sufrimiento, la adicción al dolor, la constante rememoración, el unirse a otras víctimas y tenemos cartón lleno.
Te recuerdo: no importa lo que haya pasado, puedes crear otra vida para vos, YA! Cada respiración te llena de nueva vida y energía: ¿la estás aprovechando para exhalar lo que ya no te sirve e inhalar lo que deseás?
Por otro lado, ¿te diste cuenta cómo la sociedad pone el énfasis (y valora) la conquista y la pesadumbre? Los grandes actores son los dramáticos, no los cómicos. Los medios de comunicación ensalzan las tragedias y su superación. Los grandes héroes son serios, duros, luchadores. La conclusión a la que llegó mi paciente es que ella creía que “ser feliz es boludo”. ¿No lo estás pensando acaso? Todos lo hacen. Una vida vale la pena (no la alegría) si está llena de dramas. En este fin de año te pido un favor: ¡SOLTÁ ESE CONCEPTO!! :-)
Déjalo ir con todas tus aflicciones y prejuicios. En este mismo instante, mientras escribo esto, tengo la radio prendida y están reproduciendo lo que dijo el ganador de un concurso de canto, Tití Fernández: “¡Qué lindo que es ser feliz! ¡Qué me importa que digan que es una boludez lo que siento! ¡Qué bueno que es emocionarse por los sueños y por lograrlos!!”. Así se comunica Dios: corroborando por cualquier medio lo que estás pensando. ¡Gracias!
Por eso, mi mejor deseo para estas Fiestas y este Nuevo Año es: ¡QUE SEAS FELIZ!
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domingo, 23 de diciembre de 2007
Perfeccionismo
Estaba leyendo un artículo acerca del perfeccionismo, plaga difundida ampliamente pero poco reconocida, sobre todo porque la misma cultura la alienta y aplaude.
Dicen que hay tres clases: los luchadores orientados hacia sí mismos, que se esfuerzan para lograr niveles altos y que parecen estar en peligro de depresión por autocrítica; los fanáticos que se centran en lo externo y que esperan la perfección en los otros y que a menudo arruinan las relaciones; y los desesperados por alcanzar un ideal, que están convencidos de lo que los otros esperan de ellos, un factor de riesgo para el pensamiento suicida y los trastornos alimentarios.
Un factor fundamental de este tipo de comportamiento obsesivo es el “todo o nada”: o todo está perfecto o nada está bien. Es común el discurso que incluye estas palabras y, por supuesto, la conducta que la avala. El escritorio tiene que estar absolutamente en orden, el informe tiene que ser idealmente intachable, la casa tiene que estar pulcramente limpia, el cabello tiene que estar en su lugar, la personalidad tiene que ser un dechado de virtudes. Cualquier cosa menor a eso es impensable… o tiene que esforzarse para lograrlo a cualquier costo.
Obviamente, el “tengo que” no se cae jamás de los labios. Es un gran indicador de estas actitudes. Las consecuencias son conocidas: estrés, dolores de cabeza, contracturas, ansiedad, ataques de pánico, enfermedades psicosomáticas.
Por otro lado, el error no está permitido, jamás. No es tomado como parte del proceso, algo que ayuda a construir mejor sino como una caída, un fracaso. En este todo o nada, si se lo hace mal una vez ya no se podrá hacerlo bien nunca más. Es lo que hace fracasar muchas veces los tratamientos para adelgazar, dejar el cigarrillo, las drogas, el alcohol o cualquier hábito.
Este perfeccionismo surgió tempranamente como una idealización en procura de amor, aceptación, aprobación, seguridad, supervivencia. El niño creyó que, siendo perfecto, sería amado (o lo que necesitara desesperadamente). Por eso, es importante ir al fondo del tema y liberar esos patrones para aceptarse plenamente como un ser humano en proceso de creación continua, con luces y sombras. Amarse incondicionalmente es el antídoto.
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sábado, 22 de diciembre de 2007
Días
Quería ir a una librería y caminé hasta Cabildo (la avenida comercial del barrio en el que vivo, Belgrano) y era una marea humana. Huí porque no podía soportar tanta gente.
Las fiestas de fin de año se han convertido en una tropelía de comidas y compras. Como dije en un artículo, el fin de la vida parece haberse reducido a: “Nacemos, compramos y morimos”. El lado positivo es que recordamos el espíritu amoroso que las originó y nos encontramos con personas queridas y la pasamos bien.
De cualquier forma, hace tiempo ya que no estoy enganchada de las fiestas. En realidad, me parecen una oportunidad para cerrar el año y agradecer por todo lo acontecido a la vez que para proponerme crear nuevas situaciones y actitudes.
En este estar “aquí y ahora”, cada día tiene su principio, su fin, su gloria, su afán, su promesa, su resultado. Cada día es un mundo en sí mismo. No encuentro diferencias entre uno de inicio, otro de mitad y otro de fin de año. Cuando vivís en el presente, todos son igual de valiosos, de interesantes, de potencialmente maravillosos. Estará en mí que lo sean.
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viernes, 21 de diciembre de 2007
Sanación
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jueves, 20 de diciembre de 2007
Tomen acción
Recibí esta canalización del Arcángel Uriel a través de Jennifer Hoffman y me pareció muy adecuada para algunas consultas que he tenido:
Cada uno de ustedes tiene la habilidad de manifestar cualquier cosa que quieran en su realidad. Así es como ustedes co-crean su realidad y cuando saben cómo usar este poder los resultados que obtienen puede sobrepasar sus expectativas. Pero el Universo trabaja con ustedes, no para ustedes y su enfoque e intención deben estar acompañadas por su voluntad de tomar acción. Si ustedes no toman acción, los resultados serán suspendidos en su campo de posibilidades, esperando a que ustedes se conecten con ellas.
Todo lo que quieren está incluido en su campo de ilimitadas posibilidades. Este campo incluye todos los caminos posibles para su vida. Está cambiando constantemente, pues cuando elevan su vibración incrementan el rango de posibles resultados y creaciones. Ustedes crean limitación cuando no pueden tomar acción a causa de su duda, miedo y creencia en cuánto merecen recibir. Todo lo que quieren está disponible para ustedes – si no, no lo querrían o lo considerarían.
El Universo les responde cada petición. Ninguna petición carece de importancia, no es ni tan grande ni tan pequeña. Cada oración es respondida, sin importar cuán suavemente sea dicha. ¿Tienen la voluntad para tomar acción cuando sus oraciones son respondidas? Su voluntad para atravesar cada puerta que se abre, para conectarse con cada posibilidad y para confiar en que ustedes son un creador poderoso indica su voluntad para tomar acción, para avanzar y para confiar en que el Universo les provee en todas las formas.
Así como no pueden recibir si no piden, no pueden experimentar su habilidad para manifestar si no actúan. Liberen sus miedos y dudas; sepan que merecen cada cosa buena y más. Vean su vida desarrollarse en completa perfección y experimenten la alegría, la paz, la abundancia y el amor incondicional que son su derecho de nacimiento. Después tomen acción y conéctense con los milagros que se les presenten. Confíen en su propio poder y en la voluntad del Universo para satisfacerles en cada punto de necesidad. Creen el cielo en su realidad y disfruten el ilimitado potencial de su poder.
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lunes, 17 de diciembre de 2007
No te detengas
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes. Huye.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...
Walt Whitman
Publicado por Laura Foletto en 18:27 1 comentarios
De fuego y chamuscones
Últimamente, he tenido algunos “roces” con personas, básicamente, por mi forma de ser. Soy ariana, no hay mucho más que decir. Obviamente, esto no es una justificación, sino una corroboración de una actitud que he tratado (y trato) de moderar continuamente. Para quienes no entienden lo que trato de decir: soy demasiado directa y frontal y me cuestan la diplomacia y las buenas maneras.
Me pregunté también porqué sucede justo ahora, si bien por supuesto ha pasado otras veces, se juntaron algunas en poco tiempo. Comprendí que, como siempre, lo negativo viene junto con lo positivo. Trataré de explicarme, usando la astrología de nuevo. Soy Aries, ascendente Piscis. Una combinación difícil.
Desde hace un tiempo, he estado muy metida en mi ascendente, pero recientemente entendí que, para lo que vine a hacer, debo brillar en mi Sol. He sido pionera toda mi vida, pero ahora es un tiempo decisivo para activarlo. Como dije en el Boletín anterior, se cierran ciclos y es hora de ir a fondo con la Nueva Energía. Para esto, cada uno debe echar mano a sus dones más grandes y caminar confiada y alegremente. ¿Cuál es una de mis mejores virtudes? Usar mi fuego para encender el de otros. Claro que, a veces, el fuego quema. Me disculpo con quienes chamusqué en mi afán de iluminarlos.
Después de escribir esto, decidí consultar el Tarot que uso a veces, el de Madre Paz, uno con una visión femenina de la vida. ¡Creer o reventar!! Me salió La Maga y dice:
“Cuando aparece esta carta, significa que tienes un don de energía; estás motivada a hacer, a actuar, a avanzar. La Maga representa la conciencia solar (Aries) y la energía de Marte. Te puedes sentir orientada hacia algún objetivo, con propósito y auto-motivación. Hay calidez para tu personalidad, autoconfianza irradiante hacia otros y que estimula a actuar. Como Maestra del Fuego, puedes alcanzar y tocar a alguien despertando sus eficaces energías de vida con la intensidad de la tuya. Deseas fuertemente hacer algo creativo o activo, conseguir lo que anhelas. Para tener éxito, el fuego de tu pasión te da poder. Lo que quieres puede ser personal y centrado en ti misma o puede estar dirigido por un deseo o propósito “superior” que estás canalizando. Puedes estar interesada en alguna causa o ser pionera de alguna forma para ayudar a otros y al mismo tiempo a ti misma. El credo de las brujas para realizar una magia exitosa y positiva es: “Haz lo que desees sin dañar a nadie”.
Suscribo cada palabra y, de nuevo, pido perdón si dañé a alguien en el intento. Ya me conoces, entonces. Podría tostarte un poquito, pero es con las mejores intenciones: encender el fuego de tu alma para actualizar tus dones y disfrutar la vida que mereces.
Publicado por Laura Foletto en 18:25 0 comentarios
viernes, 14 de diciembre de 2007
La onda verde
Como bien dice Anónimo (¡por favor! pongan sus nombres... es más personal) en su comentario al post anterior, los cambios suceden lentamente. Esto es algo difícil de sobrellevar muchas veces.
Está en el deseo y en la fantasía de todos que, con un par de afirmaciones y un plan de lo que deseamos, el mundo se transformará inmediatamente. Como no sucede así, se vuelve a lo mismo y, cuando aparece un nuevo libro, un nuevo terapeuta, un nuevo curso, la esperanza renace... para decaer otra vez cuando los resultados no se dan.
Eso es poner el poder en el afuera. Nadie lo hace por uno. No es posible tapar el sol con un dedo. Es cierto que un terapeuta puede aportar herramientas eficaces y una energía de arranque que marque una diferencia, pero el que hace el trabajo es cada uno. Aquí hay dos factores de una mísma índole a tener en cuenta: al inicio, es pesado sustraerse de la densidad de la tercera dimensión y de lo que está pululando cual plaga en cualquier lado. Se necesita mucha constancia y una continua conciencia para RECORDARSE quien uno es y no caer en los lamentos y las vacilaciones del ego. Es totalmente normal caer una y mil veces hasta que exista una conexión más constante con el Ser que Somos. El tema aquí es volver. Si sabemos adónde, será fácil hacerlo cada vez que nos perdamos: YO SOY. YO SOY UN SER DE LUZ. YO PUEDO.
El otro tema es que, al estar en una nueva rejilla magnética, los tiempos y los procesos están acelerados. Al enlazarnos con la Nueva Energía y sus paradigmas, pueden darse situaciones maravillosas. Estoy recibiendo pacientes con largos años de sufrimiento que han llegado al tope (algo común en estos días) y que, por un lado, quieren resultados inmediatos porque están hartos del dolor y los dramas. Por otro lado, están dispuestos a liberar todo eso y tomar otra oportunidad. Esa conjunción hace que se produzcan situaciones más rápida y felizmente que en otros tiempos.
Por eso, insisto tanto en aprovechar los beneficios de esta coyuntura. Cuanto más se vibre en la Vieja Energía, cuanto más se quede uno estancado en la queja, la lucha, el enojo, la rigidez, las antiguas formas de lograr las cosas, más se sufre y se cae en circunstancias desastrosas. Es como ir en contra de lo que está entrando y así hacerlo más difícil.
Hoy, tenía que hacer muchísimos trámites. En algunos, todo fluyó fácilmente. En otros, se demoró bastante. Pero, igual, sentía que iba moviéndome como "por un tubo". Al volver de pleno caos en el centro, un viernes, pensé que no llegaría a mi clase de Pilates. Milagrosamente, el colectivo avanzó velozmente y llegué casi en horario.
Me acordé de la "onda verde" que está establecida en algunas avenidas para acelerar el tránsito. Así es la Nueva Energía. Cuando te conectás, te vas adelantando casi sin tropiezos ni detenciones. Fácil y sencillamente. Si tu mente lo cree, tu mente se conecta con esta realidad. Si no, ya lo sabés... ¿En cuál vas a vibrar?
Publicado por Laura Foletto en 18:23 1 comentarios
jueves, 13 de diciembre de 2007
Feliz
Hoy, mientras tomaba un café con un amigo, él me decía: “estoy tan contento de vivir en este momento en la Tierra; hay tantos cambios, en mí y en mi alrededor; puedo colaborar para que otros también se transformen y sean lo que desean ser”. Estoy totalmente de acuerdo.
Estoy asistiendo a cambios extraordinarios en mis pacientes. Verdaderamente, la Luz está haciendo su trabajo, si se lo permitimos. Es abrir la puerta y entra a raudales. Todo y todos nos apoyan y guían. Somos los parteros. Y estoy feliz de dar/darme a Luz!!
Publicado por Laura Foletto en 13:39 1 comentarios
lunes, 10 de diciembre de 2007
¿En qué flujo andamos?
Si la vida fuera (y creo que lo es) un flujo, un río, un torrente energético, podríamos reconocer distintas corrientes dentro de él. Como mínimo, un curso negativo y otro positivo (estoy simplificando a propósito). Conozco perfectamente cómo se sienten cada uno y qué cosas traen. Desde hace poco, estoy en uno positivo y no ceso de sorprenderme de todo lo que viene. Me costó ponerme en él porque estaba trabajando temas muy profundos y cruciales y necesité dejarme llevar por corrientes fuertes y densas (con total conocimiento).
Cuando decidí ciertas cosas desde el corazón, el flujo me maravilló con su abundancia y cuidado. ¿Será para siempre? Seguro que no. Ya aparecerá otra espiral de evolución, en la cual daré unos pasos para atrás a fin de tomar envión. Lo importante es que sepa esto y lo acepte y acompañe. La Vida se encarga del resto. ¡Y lo hace divinamente!!
Publicado por Laura Foletto en 19:07 0 comentarios
¿Soltamos para reiniciar?
Siguiendo con el tema de la victimización: ¿cómo nos engañamos creyendo que lo estamos “solucionando”? He notado que muchos están siguiendo libros o películas como El secreto o Qué rayos sabemos y me preguntan porqué, si ellos hacen las afirmaciones y se imaginan lo que desean, no se les cumple. Entonces, se desmoralizan y vuelven a lo anterior para volver a recomenzar y así siguen, en un círculo vicioso que los va hundiendo en la desilusión cada vez más. Creo que es importante desilusionarse, así se puede construir con bases reales y no imaginarias, pero lo importante aquí es esta creencia en lo mágico, en lo instantáneo. La magia existe y es instantánea… después de haber podado las raíces de la victimización y la desvalorización. A riesgo de ser reiterativa: no se puede ocultar una vida de actitudes destructivas con un barniz de lindos pensamientos.
La conciencia es lo único que te sacará de donde estás. Pararte en un lugar de empoderamiento exige que te des cuenta de los lugares de víctima en los que te sostienes encarnizadamente. Y una de los peores cosas que puedes hacer es lucir las “medallas” de tus infortunios: los terribles padres que tuviste, los abusos que sufriste, el cónyuge que te humilla, los hijos que no consideran tus sacrificios, el trabajo degradante que tienes, el país miserable en que vives, las carencias que aguantas, etc., etc., etc.
Escucha atentamente: TÚ CREASTE TODO ESO. ESTE ES TU MUNDO. ¿No te gusta alguna cosa? CREA OTRA. Así como hiciste lo anterior, conciente o inconcientemente, haz algo diferente, ahora concientemente. Revisa tus actitudes. Deja de lamentarte. Pon manos a la obra, con alegría y entusiasmo. Poco a poco, todo cambiará.
Estamos en el último mes del año. Es un tiempo ideal para liberar. Para dejar ir lo que ya no te sirve, no te representa, no tiene que ver con lo mejor de ti. El año próximo es un año Uno (2+0+0+8=10=1). Es el comienzo de un ciclo maravilloso y entrará una Energía extremadamente potente para ayudarte a lograr lo que deseas desde tu corazón. Úsala. Si no, te vendrá en contra porque no podrás manejarla. Súbete a la Nueva Energía y fluye con ella. Estoy para ayudarte.
Publicado por Laura Foletto en 19:05 1 comentarios
viernes, 7 de diciembre de 2007
Integración sobre hielo
Adoro el patinaje artístico sobre hielo. Me engancho viendo los campeonatos mundiales y sufro con las caídas, me alegro cuando les salen trucos complicados, se me caen las lágrimas en pasajes emocionantes.
Al igual que la danza, por ejemplo, creo que condensan muchas virtudes consideradas opuestas: suavidad, potencia, gracia, fuerza, equilibrio, deporte, arte, musicalidad, flexibilidad, resistencia, exactitud, disciplina, pasión, belleza, constancia, trabajo, juego, creatividad, sensibilidad, consistencia, fluidez, alegría, expresión, caídas, superación, voluntad, perseverancia, amor, confianza… y podría seguir…
Puede hacerse individual y en pareja. Se unen y potencian los valores femeninos y masculinos, llenándome de belleza y emoción. Ese es el regalo de la integración.
Publicado por Laura Foletto en 12:58 0 comentarios
miércoles, 5 de diciembre de 2007
Ser Mujer
Hasta mi juventud, odiaba ser mujer. Además de tener bastante energía masculina y corretear y explorar como un chico, observaba a mi madre y otras mujeres tan dependientes de sus esposos o de reglas sociales injustas que deploraba ser lo que era. Me rebelé prontamente y tuve muchos choques por eso. Yo quería otras cosas y trataba de ir por ellas. Tenía otro carácter y me costaba domarlo.
Ya más grande, en mis primeros trabajos, no soportaba las “estrategias” de mis compañeras haciendo el papel de víctima (llorando, yéndose al baño, poniendo caras de circunstancias) para manejar a sus jefes o lograr lo que querían a través de un poder encubierto y solapado. Las escuchaba contarse lo que hacían tanto en el trabajo como en sus vidas personales con otros hombres y me parecía humillante e hipócrita.
Yo era directa y sin vueltas y eso era parte del atractivo que tenía con los varones, que no estaban acostumbrados a esos tratos. También, por supuesto, me traía problemas. Tuve más de un despido por esa causa.
Muchas cosas fueron cambiando, ayudadas por los movimientos feministas. Al final, comencé a plantearme qué era ser mujer (lo sigo haciendo…). Comprendí las explotaciones del modelo patriarcal (John Lennon dijo que “la mujer era el negro del mundo”), pero entendí que no sólo eran hacia las mujeres. Los hombres también estaban prisioneros de sus roles y exigencias. No servía para nadie.
Con el tiempo, comprendí que hacer divisiones entre hombres y mujeres era continuar con el paradigma, cuyo máximo axioma es: “todos los hombres son…/todas las mujeres son…”: una generalización sin sentido ni posibilidades de entendimiento. Es cierto que hay diferencias en algunas cosas y es necesario tomarlas en cuenta, pero eso sirve para enriquecernos. No para complementarnos.
Creo que estamos en un tiempo de integración. En lugar de proyectar y servirnos de los aspectos de los demás, es hora de restituirlos internamente. Cada uno de nosotros tiene energía femenina y masculina, tiene arquetipos interiores que nos constituyen y asisten a ser y hacer lo que deseamos.
Mucha energía femenina está entrando ahora a nuestro hermoso planeta para equilibrar tanta energía masculina degradada. Hagamos cada uno su trabajo interno y ayudemos a la armonía de todos. Somos Uno. Esto es real y lo que yo pueda lograr en mí misma afectará al resto. Abandonemos el “esto o aquello” a favor del “esto y aquello”. Mujer/hombre. Hombre/mujer.
Publicado por Laura Foletto en 14:32 0 comentarios
lunes, 3 de diciembre de 2007
Yo, la víctima
El relato anterior (muy gracioso… y muy real!) es como normalmente actuamos desde el papel de víctima. Por supuesto, tendemos a creer que no lo hacemos, especialmente si estamos trabajando con nosotros mismos y ya nos consideramos concientes y fuera de este flagelo. Lamento desilusionarte/me: nadie de nosotros lo está.
Está incrustado en nuestras células, en nuestra sangre, en nuestros comentarios y pensamientos, en nuestras relaciones. Es una raíz insidiosa, propagada lenta y profundamente a lo largo de toda/s nuestra/s vida/s, instalada en las familias y la sociedad. Nadie está libre.
Toma muchos ropajes. El más trillado es, por supuesto, el de quien está bajo el dominio de alguien (padres, hermanos, jefes, amigos, etc.). Lo reconocemos fácilmente. Lo que no vemos es que ésa es una relación disfuncional en que ambos se necesitan mutuamente. En realidad, no hay víctima/victimario, sino que los dos están sujetos a una esclavitud que los desmerece como seres humanos. Tendemos a creer que la víctima no tiene poder aquí, pero sí lo posee: generalmente, obtiene determinados beneficios que cree que no conseguiría sola, la compasión y el apoyo de los demás, el control de las emociones del dominador a través de un sutil y complejo juego de manipulaciones en que ambos se degradan.
Otra forma de victimización es acusar a los demás de que no sean como nosotros deseamos que sean… por su bien. Muchas madres se amparan en esta manera para manejar a sus hijos, a través de la culpa, el dinero, la necesidad, el supuesto amor.
Otros llevan una vida de desgracias y hechos dramáticos y basan su identidad en esta lucha por sobrevivir, en ser fuertes y aguantar, en continuar a pesar de todo, pero es una máscara. La verdadera solución está en rever esta actitud y crear otro tipo de vida, sin necesidad de tanto desgaste de sufrimientos y “pruebas”.
Cuando estamos en un camino de superación, pasamos de victimizarnos por personas a hacerlo por la Vida, Dios o lo más alto que encontremos. Hace un tiempo, en que estuve en contacto con vidas pasadas, noté que contaba con una nueva excusa: no sólo era infeliz por las experiencias de esta existencia sino también por las anteriores!! ¡Qué estupidez! Por suerte me di cuenta, pero no ceso de encontrar ramificaciones de esta poderosa raíz.
Cada vez que pongo las causas afuera, me victimizo. Cada vez que culpo a alguien, me victimizo. Cada vez que me juzgo menos (menos cualquier cosa), me victimizo. Cada vez que dejo de maravillarme del Ser que Soy, me victimizo. Yo soy el centro de mi mundo. Yo soy el Sol de mi vida. Yo soy Dios. Suena omnipotente, ¿no? No, eso es del Ego. Yo soy los ojos, las manos, las piernas, el corazón de Dios y co-creo con Él el mundo. Por comenzar, mi mundo.
Publicado por Laura Foletto en 13:22 3 comentarios
domingo, 2 de diciembre de 2007
Rapidísimo
Me reí muchísimo con esto y creo que unos cuantos nos sentiremos identificados:
Espero el rápido de las ocho y veinte. Como soy viva-vivísima, me fijo en el lugar exacto de la ubicación de la puerta del tren anterior. Nadie es tan vivo-vivísimo como yo.
Se forman manojos de gente, multitudes se agolpan a varios metros de distancia, hacia la derecha, hacia la izquierda. Gente tonta con poco poder de observación. El rápido llega majestuoso. El rápido es un tren diferente. El rápido es un tren de larga distancia con asientos de cuero amplísimo y ventanas enormes.
El rápido es un tren diferente. Lo miro detenerse lentamente como quien mira la bola en la ruleta esperando que caiga en el colorado 30. Pero no, cae en el negro 20 y yo me quedo con cara de boluda justo en la mitad del vagón. Mi orgullo herido hace que no pueda decidir hacia qué puerta enfilar.
Entran todos, millones de experimentados viajadores que saben el lugar exacto de la ubicación de la puerta, una multitud de vivos-vivísimos que se empujan, se golpean, se putean y consiguen el bien más preciado: un asiento.
Yo viajo parada. No me importa. No me importa. No me importa. Viajar parada es bueno para la circulación. Además a mí me encanta viajar parada. En el pasillo, sin nadie que moleste mirando por la ventana que es casi toda la puerta. Una gran ventana para mí sola.
Me ubico en el mejor lugar del tren y abro mi librito. No me importa. No me importa.
No me importa que un señor gordito se siente en el suelo al lado mío y me engrampe contra la puerta, no me importa que el tren vaya a las chapas y no pueda agarrar el libro con las dos manos porque me tengo que sujetar de la manija para no caerme encima del gordito. El gordito se da cuenta de mi tambaleo y, por miedo a que en cualquier momento lo aplaste, se levanta. Tiene ojos claros el gordito. Parece una mirada buena y dulce, pero no, hay algo muy diabólico en ella.
El tren va a las chapas y pienso que esto no es normal. El tren va a descarrilar.
Inmediatamente me acuerdo de las medias pantys que llevo puestas. Tienen tres agujeros: uno en la punta del pie derecho y los otros dos en el culo. Hacia la derecha, hacia la izquierda. No, no es sexy, es lamentable. No me las rompieron a mordiscos apasionados.
Si descarrilamos jamás reconoceré que las medias estaban rotas antes del siniestro. No, jamás lo haré. Pienso en las veces que la abuela me dijo que había que salir con medias y bombacha limpitas y sanas por “si uno tenía un accidente”. También pienso en el pijama y las sábanas que se guardaban “para cuando venga el médico”.
El tren va a las chapas. Pronto va a descarrilar. Me veo en la ambulancia cubierta de sangre y con las medias rotas. No, definitivamente no voy a reconocerlo, no es sexy, es lamentable.
Y el gorrito. Me puse un gorrito de lana. Esta mañana me miré al espejo y me gustó.
Pero, ¿viste cómo son los espejos? El de la casa de uno es más amable, el de la casa de uno es un hipócrita maldito embustero comemierda. Las ventanas no mienten, las vidrieras tampoco. Parezco una loca. O una vieja. O una trola. Y todos me miran. Se ríen de mí porque viajo parada y por el gorrito. Se ríen por las medias, el accidente y la ambulancia. Se ríen de mí cubierta de sangre, intentando, con el hilo de vida que me queda, salvaguardar mi integridad.
Le grito al enfermero que las medias estaban sanas, que viajé parada porque es bueno para la circulación y que el gorrito no es mío, no, no es mío. Es de ese gordito que está allá. Sí, el que tiene ojos claros pero mirada diabólica, el que se salvó por levantarse a tiempo, el que ahora mismo se ríe de mi sistema circulatorio, de mi poder de observación, de mi gorrito, de mis medias.
Rosana Gutiérrez (http://laresacada.blogspot.com)
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sábado, 1 de diciembre de 2007
La plenitud del ahora
Acabo de asear el departamento y estoy escuchando a Vinicius, Toquinho y María Creuza cantando en La Fusa (esto delata mi edad…) mientras tipeo. Hace calor pero estoy en una corriente de aire fresco que me da en la espalda desnuda. Siento el cuerpo vibrando de energía por la actividad. Miro todo ordenado y limpio y me entra una alegría de cosa nueva que me encanta (por eso dejo muchas veces que todo se haga un lío: por esta sensación). ¡Soy tan abundante! Miro cada cosa con aprecio y gratitud.
A la noche, voy a ir con unos amigos al cine y a comer. ¡Soy tan abundante! Estoy rodeada de gente maravillosa: familia, amigos, pacientes, conocidos. ¿Son maravillosos porque son perfectos? Por supuesto que no. Yo tampoco.
Estoy haciendo lo que soñé toda mi vida. No es un trabajo: es una vocación, una misión, una pasión, una profesión, un llamado, un servicio, una constante fuente de alegría, aprendizaje y creatividad, una canalización, contactos de alma a alma, encuentros pactados, una forma de vida, un camino a la prosperidad... ¡soy tan abundante!
Me siento agradecida por todo lo que soy. Por todo lo que soy ahora. Por este instante en que se juntan miles de coordenadas que me hacen esto que soy en este punto exacto. Sin pasado. Sin futuro. Yo soy. Yo puedo. ¡Soy tan abundante!
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viernes, 30 de noviembre de 2007
Rotulado... marcado...
Muchas situaciones son definitorias en nuestra personalidad; cuanto más angustiantes, más cruciales. Tengo y he tenido pacientes abusados sexualmente, emocionalmente, físicamente por muchos años en sus infancias. Otros han sido alcohólicos o drogadictos u obesos o anoréxicos o borders. Todos han llegado con ese rótulo en su frente.
Así, marcados para siempre, han sobrevivido pero generalmente no han vivido. Arrastran sus vivencias, cargándolas como si ellas fueran su identidad. Se han mostrado al mundo a través de esas etiquetas y el mundo los ha tratado como tales. Ciertas experiencias los han definido y se han quedado en ellas, sin poder apreciar que son muchísimo más: un mundo en sí mismos. Traen el pasado continuamente al presente, un presente en que ya no sucede eso, pero sí los reflejos de eso porque no lo han liberado.
Aceptar no es conformarse, ni resignarse ni someterse. Es una activa compresión de lo que sucede y sus dinámicas a fin de poder tener la libertad de elegir qué hacer. Así, se puede crear algo nuevo a partir de lo aprendido, así se puede encontrar el regalo detrás del drama.
Jamás algo es mayor o más fuerte que nosotros. Todo es a nuestra medida. Y nunca es un castigo ni una culpa: es una oportunidad para ser más comprensivos, amorosos, poderosos, valientes y, de esa forma, iluminar a otros en circunstancias parecidas.
La Vida es sabia y una amante incondicional. ¿Cuánto te amás? ¿Te podés decir: “yo tengo derecho a ser feliz sin importar lo que pasé, porque AHORA yo soy completo, íntegro, resplandeciente”? ¿Te mirás al espejo y te atrevés a aceptarte y amarte así como sos? ¿Abrazás a tu Niño Interno y le brindás tu apoyo? ¿Quién sos? Sin rótulos, sin marcas…
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martes, 27 de noviembre de 2007
Un día precioso
Hoy: estuve en la plaza haciendo gimnasia, tomé café con el grupo, fui a la médica (todo bien), trabajé en Internet, despedí a una amiga que se va a Bélgica, me conecté con objetivos y formas para mi trabajo que me surgieron desde el alma (¡gracias!!) , arreglé pasar fin de año con mis parientes de Entre Ríos (¡lo convencí a papá!), se solucionaron ciertos trámites muy bien, tengo nuevos libros para leer y mucho para escribir, tuve una larguísima sesión con una paciente, voy a cenar frugal y rico y a ver una película que me prestaron, el sol ha estado cálido con una brisa fresca y la noche está muy agradable: un día precioso... preciado... apreciado...
La vida es así cuando fluyo con su abundancia, cuando así lo creo y lo creo (de creer y de crear: qué perfecto que se conjuguen casi iguales), cuando así me creo y me creo. Gratitud.
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¿Estás atascado en las emociones?
Hoy, una paciente que viene hace poco hizo un descubrimiento fundamental: siempre accionó de acuerdo a las reacciones emocionales de los demás (sobre todo las de enojo) y se sintió ahogada por las propias, que le impedían hacerse valer.
Ciertamente, es una actitud común… y desafortunada. Creemos que somos lo que pensamos, pero más bien somos lo que sentimos. Nos identificamos con nuestras emociones y le damos el poder de gobernar nuestras vidas. Tenemos mucho cuidado de seguir pautas como las de “El Secreto” o algún libro de pensamientos positivos y creemos que con eso cambiaremos todo. No nos damos cuenta de que no se trata de recubrir una vida de reacciones aprendidas con una pátina brillante de nuevas ideas. ¿Y las emociones?
Ellas te gobiernan. Te decís: “soy feliz, todo está bien en mi mundo” y, enseguida, tu esposo/a o un amigo te hace un comentario crítico e inmediatamente sentís que no valés nada y que no podrás salir adelante. ¡Adiós, buen pensamiento! Tenés que recordar que sos adicto a ciertos estados emocionales, que necesitás ciertos neuropéptidos para funcionar.
Como te he comentado anteriormente, nuestro cuerpo físico tiene una correlación con nuestras emociones y pensamientos. Es como el hardware al software de las computadoras. Procesa y expresa todo (por eso es tan rápido y simple hacer una terapia que involucre lo corporal además de las otras instancias). Entonces, a cada emoción y pensamiento les corresponden ciertos neuropéptidos. Desde el comienzo de nuestra vida, hemos llevado a cabo una determinada “preferencia” por algunos, debido a las condiciones imperantes durante nuestro nacimiento y posterior desarrollo. Padres poco contenedores o entornos traumáticos han disparado ciertas conductas reforzadas por la constante liberación de ciertos neutrotransmisores asociados al miedo, la inseguridad, el dolor, la ansiedad, el desaliento, etc.
En el caso de esta paciente, su madre la manejaba con el famoso “no hagas tal cosa porque tu padre se enoja”. Luego, se casó con un hombre que se pone violento “por culpa” de lo que ella hace. Es más, ella provoca inconcientemente las furias de los demás para seguir manteniendo lo que conoce. Está de más decir que ella no se enoja jamás y que no puede poner en palabras lo que le pasa frente a ellos. Aprendió a que su mundo gire en torno a las reacciones de los otros, olvidándose de sí misma.
Este es un error normal y fatal: “Vos me provocás, por eso yo… me enojo o me pongo triste o me alegro o lo que sea”. ¡No es así! Es exactamente al revés. El otro hace algo y YO reacciono enojándome o entristeciéndome o alegrándome, de acuerdo a pautas aprendidas en mi niñez. Soy una colección de discos rayados: en donde ponen la púa… toco siempre la misma canción.
La espontaneidad es algo raro en nuestras vidas. Muy pocas veces vivimos en el aquí y ahora. Existimos en el pasado, repitiéndolo sin cesar en lo nuevo, como comento en “Placer negativo”. Nos identificamos con nuestras emociones más básicas. Decimos: “yo soy triste”, “yo soy colérico”. El idioma castellano es maravilloso y tiene la diferencia entre ser y estar. Ser es algo inherente y persistente, mientras que estar es momentáneo y pasajero. Entonces, yo puedo estar triste (por una determinada circunstancia) pero no puedo ser triste toda mi vida. Las emociones son transitorias y fugaces por definición. Somos nosotros los que las mantenemos en el tiempo y nos reconocemos con ellas.
Entonces, ¿qué hacer? Dejá de creer que sos tus emociones. Ellas son indicadores, mensajeras de algo, nada más. Tomalas como una información y dejalas ir. Eligí los sentimientos, que son perdurables: el amor, la felicidad. Comenzá a encontrar esa sensación interna de amor por vos mismo, viajá a tu corazón y hallá la felicidad que reside en tu interior, la plenitud de ser, la seguridad de que ya sos suficiente como sos, la confianza de ser cuidado y guiado desde tu alma, el esplendor de saberte parte del Creador. Dejá de perderte en lo banal y transitorio: reconocete eterno.
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jueves, 22 de noviembre de 2007
La falta de eco
Una paciente confrontada con una decisión muy dura me decía que una de las opciones le parecía particularmente penosa porque no encontraría el mismo apoyo en su medio que con la otra. Como éste es uno de sus temas más importantes, le dije que esa no era una forma de decidir porque, sea cual sea la determinación que tome, siempre tendrá que aprender a sostenerse a sí misma, a apoyarse en ella porque la que tendrá que vivir con las consecuencias será ella y en su interior no hay nadie más que ella.
Me discutía que no era así y le hice notar: “ahora, tenés todos los apoyos que necesitás para tomar una de las variantes, pero no los sentís porque no crées en vos misma, porque no te sentís capaz para afrontarla. Entonces, eso te muestra que no importa el afuera en el fondo”.
Yo llamo a esta sensación la falta de eco. Para que se produzca el eco, debe haber algo contra lo cual rebote la voz o el sonido. En un desierto, no sucede. Así, sólo podemos apreciar el apoyo de los otros si nos apoyamos a nosotros mismos, podemos sentir el amor y el reconocimiento de los demás si nos amamos y reconocemos. De lo contrario, pasan de largo porque no encuentran más que ausencia.
Nos convertimos en barriles sin fondo que consumimos todo de los demás sin llenarnos jamás: siempre demandantes, siempre vacíos.
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miércoles, 21 de noviembre de 2007
Placer negativo
Hoy, una paciente con una infancia muy difícil me decía que extrañaba a sus padres y que no sabía exactamente porqué, ya que no tenía cosas positivas para hacerlo. Le dije que eso era como sentir nostalgia de un martillazo en la cabeza. Se me quedó mirando, extrañada.
Sí, es raro, pero así funcionamos. Cualquier niño está sediento de caricias y cariño. Si no los recibe, buscará alguna forma de obtenerlos… cualquier forma… golpes, cachetazos, castigos, lo que sea… porque “lo que sea” es mejor que la indiferencia… por lo menos, es un toque físico, es un interés, es lograr la atención de los padres. Estar enfermo es otra manera. Ser brillante en la escuela, el que ayuda en todo, ser perfecto es otra.
Y así andamos por la vida… repitiendo lo que hicimos con nuestros progenitores, sin darnos cuenta de que nos estamos arruinando la existencia. Es imposible abolir el placer, así que nos hacemos adictos al “placer negativo”: al sufrimiento, a la carencia, a la frustración, a no recibir, a las humillaciones. Atraemos las personas y creamos las situaciones que nos den ese “sustento”, un alimento pobre y maldito pero un alimento al fin.
Darnos cuenta de esto es crucial para la transformación. Y la única persona que puede cambiar esa nutrición es uno mismo. Nadie de afuera podrá. Por duro y difícil que resulte esta verdad, es así. Sólo cuando uno mismo se acepta, se sana y se ama puede recibir de los demás. De lo contrario, serán relaciones también pobres y de necesidad, no de igualdad y amor recíprocos.
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martes, 20 de noviembre de 2007
La trampa de la perfección
¿La búsqueda de perfección es más intensa que antes?
No. Es un mecanismo de defensa contra la angustia. Sin embargo, la única perfección que existe es la imperfección. Es el hecho de no ser perfecto lo que permite la evolución, es decir, la adaptación a ambientes sociales, familiares, ecológicos que cambian todo el tiempo.
¿Entonces la perfección no nos hace felices?
¡No, al contrario! Si, por desgracia, lográramos ser perfectos, con bastante rapidez dejaríamos de estar adaptados a nuestro medio, que cambia constantemente y moriríamos. Esto mismo pasa en la vida cotidiana: este deseo de perfección tienen un precio psicológico y afectivo exorbitante. Es una forma de rigidez mental que nos vuelve difíciles de tratar. ¡Esta búsqueda no sólo es vana, sino que además hace infelices a los que nos rodean!
Pero las ganas de hacer las cosas bien, de hacerlas mejor, es un motor maravilloso, ¿no es así?
Sí, salvo que hacer las cosas bien no es hacerlas perfectas. Es hacerlas lo mejor que se pueda, sabiendo que serán imperfectas.
En el campo del amor, ¿qué significa querer “bien” a alguien?
Aceptar ser imperfecto y que el otro siga amándonos a pesar de eso.
¿Y que pasa con el deseo de ser un padre perfecto?
¡No es para nada perfecto ser un padre perfecto! Además, en altas dosis, eso da como resultado paroicos u obsesivos que, queriendo ser perfectos, destruyen por completo a sus hijos. En lugar de tener un padre o una madre que hacen el regalo de reconocer: “anoche estuve injusto, en el futuro me voy a esforzar para reaccionar mejor”, se ven frente a padres rígidos, mortificados por sus errores y que a veces incluso los hacen cargar con el peso de esos errores. No obstante, a un chico le da mucha seguridad tener un padre que se esfuerza por hacer las cosas bien y que reconoce su imperfección. Porque, de todos modos, el hijo crecerá siguiendo un tutor de desarrollo afectuoso, cariñoso e… ¡imperfecto! Además, esto le permite decirse: “yo también puedo permitirme no ser perfecto, siempre que reconozca antes mis padres que voy a tratar de actuar mejor”.
¿Por qué escribió que los niños perfectos deberían preocuparnos más que los otros?
No porque un chico sea bueno se va a desarrollar mejor. Estos chicos, en general, son muy tranquilizadores, quizás demasiado. Nos dejan en paz, llegan a hora, no transgreden jamás, no se copian en el colegio… Uno no los ayuda porque no plantean ningún problema, pero a veces son mucho más infelices que los chicos turbulentos. Después de la adolescencia, descubrimos con asombro su malestar. Esto pasa sobre todo con las chicas que transgreden menos y están bien adaptadas a la escuela. No sé porqué pero hay una angustia femenina específica. Antes de la pubertad, estas chicas tan angustiadas se dan seguridad a sí mismas siendo muy correctas, buenas alumnas. Esta buena conducta es el beneficio secundario de una angustia.
¿Los varones realmente se angustian menos?
Son más ansiosos de lo que se cree, pero lo expresan de otra manera, con peleas, con la droga, con noches de borrachera, con actos de delincuencia. Esto les permite adaptarse más a la edad adulta: adquieren una confianza en sí mismos que quizás los hace inadaptados para la esuela o las reglas de la sociedad, pero les permite afrontar la vida. ¡Un comportamiento “imperfecto” a veces permite desarrollarse mejor!
La imperfección termina siendo una suerte increíble.
Sí, porque permite una apertura. Esta propiedad se encuentra incluso en la lengua: las traducciones son siempre imperfectas porque nunca hay dos palabras perfectamente equivalentes entre dos idiomas. Es esta imperfección la que permite la evolución de la lengua. Y la que da lugar a la poesía y la creatividad. ¡Incluso en este campo, lo mejor es ser imperfecto!
Leí este reportaje al psiquiatra Boris Cyrulink (autor de “De cuerpo y alma”, “La maravilla del dolor”, “El amor que nos cura”) en la revista Elle (mientras esperaba a que me cortasen el pelo) y me pareció muy interesante. Recordé que, en los grupos de estudio o de terapia en los que estuve, era muy común (sobre todo en las mujeres) esta conducta de perfección, exigencia, “buena chica” que habían adoptado de niñas y que daba como resultado un enorme dolor e ira por no haber sido ser aceptadas como eran. Yo, al contrario, era del tipo rebelde y tumultuoso pero también tenía este deseo inconciente: “si soy perfecta, me aceptarán y me querrán”.
Es necesario darse cuenta de este error e iniciar la valiosa labor de aceptarse y amarse. Somos perfectos como Espíritus encarnados, pero nuestra alma está en constante evolución y aprendizaje. Tomar la vida como un juego de experiencias enriquecedoras es una mejor estrategia que matarse por una perfección inexistente. En todo caso, como decía Richard Moss, “Ya soy perfecto tal cual soy”.
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viernes, 16 de noviembre de 2007
¿Por qué estás aquí?
¿Qué fue lo primero que te surgió? A ver… tomate unos segundos… cerrá los ojos… respirá… conectate… ¿qué emergió?
Una respuesta que me hizo reflexionar en una canalización fue… porque elegí estar aquí. ¿Qué tal?! No es algo que se nos ocurra frecuentemente. El medio en el que nos desarrollamos dice que vinimos porque nuestros padres quisieron, que nosotros no lo pedimos y que, por lo tanto, somos inocentes (cuando no víctimas) de esa decisión o “descuido”. Nada más falso. Estamos aquí porque nosotros lo decidimos. ¿Honramos esa elección?
Sea cual sea el/los propósito/s de ese acuerdo, podemos tomar cada día la resolución de ir creando el camino, paso a paso. Ser/estar aquí es un privilegio inconmensurable. Sobre todo en estos tiempos. Nada ni nadie debería opacar eso. Entonces, ¿no es una excelente pregunta para hacerte al abrir los ojos a la mañana? Desde tu esencia.
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jueves, 15 de noviembre de 2007
Enraizarte en la Vida
La sensación de contacto entre los pies y el suelo es conocida en Bioenergética como toma de tierra o enraizamiento. Sería lo que comúnmente se conoce como “tener los pies sobre la tierra”, “tomar una posición”, “plantarse y saber adónde se va”, “ser alguien”. Representa el contacto de un individuo con las realidades básicas de su vida: enraizado en la tierra, identificado con su cuerpo, conciente de su sexualidad, orientado hacia el placer. Estas cualidades faltan en una persona que vive “en el aire” o “en su cabeza”.
El enraizamiento supone que descienda, que baje su centro de gravedad, que se sienta más cerca de la tierra. Esto resulta en un inmediato sentido de seguridad: siente el suelo bajo sí y puede descansar sobre él.
Cuando alguien se carga o se excita mucho, tiende a ir hacia arriba, a volar, o a huir. En esta posición (sea positiva o negativa), hay siempre un elemento de ansiedad o de peligro, a saber, el peligro de caer, de fallar, de abandonarse y entregarse a los sentimientos.
La toma de tierra pretende ayudar a una persona a volverse más identificada con la parte inferior de su cuerpo, con su parte instintiva y “animal” (locomoción, eliminación, sexualidad) en lugar de solamente con la parte superior (pensamiento, habla, manipulación del entorno). La parte baja está conectada a las cualidades de ritmo y gracia naturales.
A diferencia de las culturas orientales, Occidente está centrado en la parte superior, sobre todo en la cabeza, reconocida como el foco del ego, el centro de la conciencia y del comportamiento deliberado. Cuando comprendemos que sólo el 10% de nuestros movimientos son dirigidos concientemente y que el restante 90% es inconciente, se hace evidente que la pérdida de contacto con este centro vital desequilibra a una persona y la conduce a la ansiedad y la inseguridad. Es como destruir las raíces que mantienen la vitalidad.
Con una base firme en tierra, poseemos el coraje de mantenernos o movernos por ella libremente. A medida que nuestros pies se afianzan en la Tierra, nuestros brazos se extienden hacia el Cielo, nuestros ojos se abren a la gloria del Universo, nuestro espíritu se remonta exultante hacia el milagro de nuestra vida, de nuestra conciencia, de nuestro Ser como parte del Todo. Es el milagro de la vida moviéndose contra la gravedad, sintiendo surgir su propia fuerza.
(Conceptos de Bioenergética de Alexander Lowen)
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martes, 13 de noviembre de 2007
El poder de la música
El viernes, fui a escuchar al hijo de un amigo que cantaba “Tosca” en un pequeño teatro, junto a dos cantantes líricos más. No soy entusiasta de la ópera, pero me llevaba la excelente interpretación y la pianista que se lucía. Al estar tan cerca de los cantantes, en ciertos momentos, me recorrían escalofríos por la espalda, me sacudían la fuerza y expresión de las voces, se me saltaban las lágrimas espontáneamente. Dejándome llevar, mi cuerpo se estremecía y vibraba con todo. ¡Es tan potente la voz humana!
El domingo, fui a ver al hijo de otra amiga que está en un grupo de música africana. Eran ocho mujeres y cuatro hombres conducidos por su maestro senegalés. Tocaron tambores y danzaron maravillosamente. Esos sonidos primitivos, golpeando en el pecho y en la sangre, son una fiesta. Al final, nos sacaron a bailar y, por supuesto, me prendí con ganas. Lo disfruté muchísimo.
Fueron dos experiencias totalmente diferentes con el mismo resultado: alegría, sensibilidad, potencia, emoción, éxtasis. Terminaron igual también: yendo a comer y charlando entusiastamente del arte y la vida. ¡Gracias!
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sábado, 10 de noviembre de 2007
¡Feliz cumpleaños, mamá!
¿Estás soplando las velitas con Danilo y tu familia y tus amigas? ¿Estás contenta con los regalos que estás recibiendo? ¿Estás asombrada de que sean tantos (como los que te regalé cuando cumpliste 80) y tan merecidos? ¿Estás aprendiendo un montón?
Aquí, papá te extraña mucho, pero sigue adelante muy bien. Cocina como vos/como yo, hace las compras y los trámites, se hace cargo de su salud, arregla la casa (nunca tan obsesivo como vos pero bastante bien), nos hablamos todos los días. Está extrañado (y feliz, aunque no lo dice, pero se le ve en los ojos) de la buena onda que recibe de la gente. Vos sabés que siempre le costaron las relaciones. Me cuenta todo el tiempo lo querida que eras, cómo se te recuerda con cariño.
A medida que pasan los meses, encuentro más cosas para agradecerte y valorarte. Yo también sigo adelante. Quizás, me entiendas ahora, en donde estás, este “raye” de vivir el aquí y el ahora, sin cargas ni pasado. Todo está en mí, todo es yo.
Te sigo queriendo y teniendo en mi corazón y allí es siempre presente, allí sólo hay gratitud, comprensión y amor para vos.
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viernes, 9 de noviembre de 2007
Navegá la ola
Acostumbramos ir a la deriva de nuestras emociones, en una montaña rusa de subidas y bajadas que nos llenan de adrenalina… y de cansancio y estrés. No hacemos adictos a determinadas emociones y necesitamos de personas y situaciones que nos la proporcionen.
Lo mismo sucede con nuestros pensamientos: necios discos rayados en los cuales nos enganchamos una y otra vez. Hay tanta poca originalidad en nuestra mente inferior que caemos en la mediocridad.
La clave es centrarnos, es encontrar ese lugar de armonía que está en el interior de cada uno. Como un tornado que es calma en su núcleo, mientras en lo externo ruge la furia. Como surfear una ola, equilibrado y relajado, sin dejarse caer al fondo.
Esto implica también ese costado femenino que es espera y confianza. Mientras el lado masculino tiende a buscar un objetivo y salir a conseguirlo cueste lo que cueste, desde lo femenino podríamos tratar de encontrar lo que genuinamente deseamos ser y hacer, trabajar interiormente para serlo y abrirnos a que eso llegue a nosotros. Esto conlleva una gran confianza en nosotros mismos, una enorme fortaleza armoniosa para dejar que las circunstancias trabajen para nosotros y lleguen cuando es el momento adecuado, recordando que “los tiempos de Dios no son nuestros tiempos”.
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jueves, 8 de noviembre de 2007
Conservando todo al darlo todo
Esta canalización de Gaia a través de Pepper Lewis fue enviada en el TIP del lunes, pero creo que muchos no la recibieron y, como me parece maravillosa, la repito aquí.
Los más sabios entre ustedes y aquellos que les ayudan desde más allá de los confines de la tercera dimensión les dirán que uno de los secretos de la vida es dejar atrás más de lo que toman y de estar dispuestos a entregar casi todo, incluso el conocimiento, cuando se abra la próxima puerta. ¿Cuándo se abrirá la próxima puerta? Ni bien ustedes entreguen casi todo. Sí, ¡es una paradoja maestra!
La intención de la vida, de toda vida, es la de vivirla. Es el único punto que no vale nada. Ustedes son completos e íntegros debido a que Todo Lo Que Es es completo e íntegro. Como ustedes ya son perfectos e íntegros, no puede haber nada que no sean y no puede haber nada que les esté faltando. ¿Cómo entonces, llegaron a creer que tienen que aprender a fin de crecer y luchar atravesando las cuestiones a fin de ganar lo que esperan mantener?
Sus cuestiones son su resistencia a ejecutar el trabajo del alma. En su mayor parte, ellos son sus proyectos incompletos de su vida pasada y ahora surgen delante suyo para que no los vuelvan a arrastrar nuevamente. Cuanto más tiempo los hayan llevado, tanto más densos y más impenetrables parecen ser. Curiosamente, en algún punto cuando no los pueden tolerar más, deciden que no son los suyos después de todo, y seguramente le deben pertenecer a alguien más y no a ustedes. Los Seres Humanos son deliciosamente fascinantes si son algo después de todo! Debido a que también están llenos de recursos, encontrarán una forma de resolver sus cuestiones, sea o no sea que crean que son suyos. Una de las formas en las que hacen esto es al crear sociedades y amistades, que inspiran, cautivan, halagan, o los fuerzan a enfrentarse a cosas a las que de otra forma evitarían. ¿Su pareja los desestabiliza y los incomoda con cuestiones, hábitos y dramas imposibles? Es mejor que se miren en el espejo y que terminen con ello de una vez por todas.
Sus lecciones de vida no son más que experiencias destinadas. Estas son experiencias que su alma insertó dentro de su realidad común. En algunos casos son sensibles a la edad o al tiempo, pero en su mayor parte se preveía que ustedes iban a tropezar con ellos en el momento más inoportuno, asegurando con ello una reacción y una subsiguiente resolución, en lugar de una respuesta planeada. Sus lecciones de vida son las perlas que acumulan a lo largo del camino y desde la perspectiva de su alma no podría haber nada mejor! Está destinado que las lecciones de la vida se repitan más que una vez en la vida, algunas veces, de hecho, incluso varias veces. Cuando se escuchan a sí mismos decir, 'oh no, no nuevamente' supongan que este es el caso. Presten atención y hagan caso a la sabiduría ofrecida por el momento. No piensen en lo que les ha acaecido o si se lo merecen o no. Observen, integren, respondan y aprendan.
La libertad no llega escapando, sino en inmersión. Una vez que descubran la paz, lleven algo de ella con ustedes durante cada día, suficiente como para tener algo extra para compartirlo.
Sin liberar la cautela al viento, vivan con su corazón sin proteger y sin obstruir. Ustedes descubrirán que el amor no es ciego, ni sordo, ni mudo. El amor es aquello en lo que desearían haber pensado esta mañana cuando se despertaron.
No se halaguen a sí mismos o a otros con demasiada información o conocimiento. Si desean imitar a un maestro, elijan la Naturaleza.
Si hace falta, hagan los planes para mañana y la semana que viene. Para el año que viene ustedes serán personas diferentes. Dejen que esa persona planifique su propio día y semana.
No juzguen su experiencia o la de otros. Ustedes no están calificados para juzgar. Dios tampoco está calificado para juzgar, es por ello que Él no lo hace. Hablen gentilmente cuando emplean palabras y susurren en sus pensamientos. El Espíritu no grita.
Si no pueden confiar en alguien entonces confíen en algo. Confíen en el proceso. Confíen en la confianza. Pronuncien la verdad cuando la conocen y están seguros, entonces otros se beneficiarán con su relato de ella. Solamente la verdad Universal es multi-lateral y objetiva, la verdad terrestre es bi-lateral y subjetiva, en el mejor de los casos.
Renueven y restauren. Es lo que hace la Naturaleza. No vayan en contra de la Naturaleza, ella lo sabe mejor. La Sabiduría es, la Sabiduría no hace. La Sabiduría… es.
Elijan ahora. Elijan esto. Elíjanse a ustedes. Elijan la vida.
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martes, 6 de noviembre de 2007
Simplemente
En estos tiempos, se nos presentan grandes dilemas y muchas veces es necesario tomar decisiones que son fundantes. Tenemos miedos, nos atan los mandatos, dudamos de nuestra capacidad, creemos que nuestros sueños no son realizables, estamos confusos.
Nos cuesta escuchar nuestra voz interior. Y, si la escuchamos, se nos hace difícil sostenerla entre los gritos del ego y de los demás. Todo es tan sutil, tan simple, tan delicado, tan fluyente, tan variable que parece que no resistirá. Justamente, esa es su fuerza. Sin estructuras duras, sin pesos excesivos, sin tensión, sin certezas. La armonía de los opuestos.
Ser. Sencillamente. No hay teorías complicadas ni recursos complejos ni rituales enigmáticos. La vida en vivo y en directo, siendo. A partir de ello, haciendo y teniendo. Todo es perfecto para vos, aquí y ahora.
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sábado, 3 de noviembre de 2007
Jardín japonés
Ayer, fui al Jardín Japonés con unas amigas. Había una exposición de distintas técnicas artísticas, hechas con tinta, acuarela, papel, telas, flores disecadas y también ikebana y bonsái: absolutamente hermosas y, como dijo una de mis compañeras, que te deleitan el espíritu.
Anduvimos dando vueltas, admirando unas flores y plantas bellísimas en el vivero y visitando todo el parque, sacándonos fotos “artísticas” (espero que salga bien en alguna y la subo al blog). El cielo estaba azul intenso, la temperatura exacta, la compañía agradable, había poca gente, una tarde excepcional. Tenemos todo para relajarnos y disfrutar: ¿lo apreciamos?
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Este instante...
Como bien se comenta en la entrada anterior, las mujeres en el hogar tienen una "actividad" intensa que parece interminable, poco valorada e improductiva, ya que debe ser renovada continuamente, sin aparentes resultados duraderos. Al escribir esto, se me ocurre que es impermanente, o sea, momentánea y pasajera, fugaz… como la vida misma. Parece ser una metáfora de la existencia, que se renueva instante a instante, lo cual nos llena de ansiedad y miedo, ya que deseamos lo invariable, perdurable e inamovible para sentirnos seguros y satisfechos.
¿Y si hacemos un cambio de actitud que nos lleve a valorar cada momento? ¿A disfrutar lo que estamos haciendo, siendo alegres y espontáneos? ¿Por qué pensamos que, porque lo hacemos continuamente, es igual siempre? ¿Somos idénticos hoy a ayer, esta tarde a esta mañana, esta respiración a la anterior? La verdad que no, pero no nos damos cuenta porque vivimos casi dormidos, sin conciencia. Entonces, ¿por qué no vivir momento a momento y gozar y bendecir todo? Creo que esta es una gran contribución de lo femenino al mundo, ¿no te parece?
Publicado por Laura Foletto en 10:59 1 comentarios
viernes, 2 de noviembre de 2007
Ser femenino, hacer masculino
Uniendo las últimas entradas, ser/estar tienen que ver con lo femenino, mientras que hacer con lo masculino.
En una forma práctica, esto significa conectarnos desde la paz, la creatividad, el respeto por la vida, la visión holística, la intuición de lo femenino para saber qué deseamos desde lo profundo del corazón. Una vez que lo conocemos, el masculino lo pone en práctica, lo concreta en el mundo a través de su accionar fuerte y seguro.
El femenino es pasivo, energía hacia el adentro y el masculino es activo, energía hacia el afuera. Seguramente, con las múltiples distorsiones que encontramos en el mundo, inconcientemente relacionamos lo masculino con lo "bueno, lo deseable, lo que debe ser" y lo femenino con lo "malo, lo reprimible para triunfar, lo subvalorado". Si embargo, sólo cuando estamos balanceados podemos lograr lo que deseamos sin luchar.
La espera y la paciencia de lo femenino, esa capacidad de estar en confianza, quietud y alegría es imprescindible en los tiempos que vivimos. De lo contrario, es una actividad continua que desgasta y aliena, corriendo detrás de objetivos que no satisfacen ni llenan.
Como siempre, el cuerpo es la gran vidriera. ¿Cómo sentís un lado y el otro? ¿En cuál se localizan los síntomas y los dolores? Si querés trabajarlos, ya sabés que aquí estoy para ayudarte.
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jueves, 1 de noviembre de 2007
Ser y Hacer
Últimamente, estoy tomando mucha conciencia del “ser” y el “hacer”. Estamos bombardeados por constantes apelaciones a la actividad. Parece que estar corriendo el día entero (y, porqué no, también la noche), con la agenda cargada, lleno de tareas, con el celular llamando continuamente, fuera sinónimo de éxito, de ser alguien, de plenitud.
Creo que esta es la conclusión (sumamente agotadora) de la idea de que vinimos aquí a hacer. Occidente (probablemente, sobre todo a través de la ética puritana norteamericana de que se llega al Cielo a través de las obras) ha estirado hasta el límite la noción de desarrollo y progreso por medio de la acción.
¿Está de más recordar que el Ego se maneja a través del hacer? ¿Que no entiende de otra cosa que no sea la actividad mental? ¿Que nos empuja incesantemente a lograr cosas para hacernos creer que así seremos alguien? ¿Que jamás es suficiente, que nunca estará conforme con nada porque… justamente no es su función dirigirnos la vida?
Nuestra alma no nos trajo aquí para luchar y conseguir el empleo más rentable, la pareja más linda y exitosa, la casa más cara del barrio, el auto último modelo, la universidad más prestigiosa para los hijos, la mejor parcela del cementerio…
Nos trajo para ser uno con nuestro propio Ser, uno con los demás seres y uno con el Uno. SER es el aspecto más enaltecido que podemos anidar. Hacer es el resultado natural de Ser. Al final, lo que ya es también ya tiene, ¿no es así?
En el momento en que acepto TODO lo que soy y lo amo y lo agradezco y soy feliz con ello, abro las puertas a la creación y a la concreción simple de lo que mi Alma desea realizar, ayudada por mi Ego. Es un delicado balance entre mi espíritu y mi cuerpo, entre lo eterno y lo efímero.
Es muy común pensar que, si no ponemos voluntad y denodados esfuerzos para llevar algo adelante, no lograremos nada. Es como que, sin tensión o empuje, todo quedará detenido. Estamos tan acostumbrados a planear, proyectar hasta el último posible problema con su correspondiente solución, buscar afanosamente los medios, trabajar hasta el agotamiento, adivinar y evitar los inconvenientes, seguir elaborando estrategias para desarrollarnos y demás cosas (que ya me cansaron sólo de escribirlas) que no creemos que puede haber otra forma de hacerlo. Sinceramente, pensamos que, al final de este laborioso camino, seremos felices… ¿lo somos?
La premisa detrás de todo esto es “si hago tal cosa, seré tal otra”. Primero, hacemos y después somos. Es exactamente al revés. Primero somos y luego hacemos. ¿Cómo es? Es ponernos en concordancia con lo que deseamos. Es un continuo y maravilloso trabajo con nosotros mismos para alinearnos con la energía de lo que pretendemos. Es apelar a la alegría, el entusiasmo, las ganas de crear algo y verlo crecer y evolucionar, de sacar potenciales y desarrollarlos, de movilizar por el sencillo y poderoso deseo de Ser, de ser amor, alegría, creatividad, unidad.
¿Sabés que no te llevarás ninguna de las cosas que compraste? ¿Sabés que al Universo le interesan tres cominos tus esfuerzos, tus logros, tu adaptabilidad al sistema? ¿Sabés que ni siquiera importa si sos “bueno” o “malo”?
¿Cuánto aprendiste? ¿Abriste tu corazón? ¿Integraste todas tus facetas? ¿Disfrutaste el Ser Uno con el Uno? Más bien esas son las preguntas a hacerte.
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martes, 30 de octubre de 2007
Femenino y masculino
Ayer, finalmente, tomé un masaje, que me venía debiendo desde hace bastante. Fue muy interesante, ya que, a medida que el masaje se iba desarrollando, fui tomando conciencia de las diferencias entre un lado y el otro y liberando lo que me iba surgiendo.
Casi al final, Willy (nombre occidental del esposo de mi maestra taiwanesa de lo que llamamos "gimnasia china", pero que en realidad incluye gimnasia, chi kung y bailes) me dijo que yo hacía demasiado con el lado derecho, que estaba muy exigido. Era la constatación de lo que me di cuenta hace mucho, pero... no cambiaba...
Además de algo normal para todos (tomar y accionar casi exclusivamente con el lado derecho), esto expresa también una forma de pensar y actuar. Como los hemisferios cerebrales están cruzados, el costado derecho del cuerpo está manifestando el lado izquierdo del cerebro y viceversa, con los atributos pertenecientes a cada uno. Por otro parte, el lado derecho articula nuestro masculino y el izquierdo el femenino.
Siendo ariana, poseo un masculino fuerte. Teniendo un ascendente pisciano, he padecido un femenino hipersensible, que he ocultado con la fuerza de lo masculino. Tanto en lo personal como en lo profesional, estos aspectos son jugados continuamente y es importante concientizarlos y equilibrarlos.
Estamos en tiempos de un resurgir de la energía femenina. Hablo de energía porque, sin importar si somos hombres o mujeres, los dos contenemos ambas en el interior. Hasta ahora, las mujeres hemos encarnado lo femenino y los hombres la masculina, pero ya no será así. Tendremos que armonizar una y otra en nosotros. Ya no podremos proyectar en los demás los aspectos positivos y negativos de cada una. Deberemos ser agentes de integración (esto está ampliamente tratado en el Módulo de Amor de los Libros y el Curso).
Las cualidades de aceptación, paciencia, nutrición, entrega, intuición y cuidado de la vida, propias de la energía femenina, serán tan valiosas y apreciadas como las de la energía masculina. Sería bueno que comencemos a ponerlas en práctica… yo lo estoy haciendo…
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domingo, 28 de octubre de 2007
Atendé a tu corazón
Agradezco a quien hizo el comentario de "Cambiante" (me gustaría que, por lo menos, los firmaran para tener una comunicación más personal) y, como pidió, lo profundizo.
Como digo allí, nosotros tenemos todas las respuestas que necesitamos en nuestro interior, sólo que no nos han enseñado a escucharnos… ni tampoco mostramos mucho interés en aprenderlo. Es más fácil hacerle caso a las voces de la sociedad, de la publicidad, de la familia que atrevernos a seguir la nuestra.
El viernes, una mujer de 67 años, ama de casa, vino por primera vez al Consultorio. La excusa era unos dolores lumbares que le impedían hacer sus actividades. Comencé a hacerle notar cómo su cuerpo le expresaba su dolor y su enojo por las actitudes machistas de su esposo y el abuso de su hija de su “bondad” confrontadas con su deseo de salir al mundo. Comprendió perfectamente y elaboró por sí misma lo que le sucedía. Hicimos un poco de trabajo corporal y salió caminando derecha y sonriente. Me maravillan estos tiempos: tantas personas despertando sus potencialidades y buscando hacerlas realidad, sin importar la edad ni las condiciones intelectuales o sociales.
Hemos creído que seguir las directivas de las instituciones (familia, gobierno, iglesia, medios de comunicación, empresas, etc.) era más simple, cómodo y seguro. Es cierto. También, pueden transformarse en una prisión inaguantable. Creo que es lo que está sucediendo ahora. Se nos está pidiendo que nos soltemos de las manos infalibles de mamá y papá y crezcamos, por nuestro bien y el de los que nos siguen.
Ya no hay seguridades ni certezas y está bien. Jamás las hubo. Eran espejismos que nos mostraban los que deseaban controlarnos, haciéndonos creer que, si estábamos con ellos, nada nos pasaría. Cuesta, al principio, admitir que hemos sido usados y que nos gustaba. Pero, si deseamos vivir plena e íntegramente es necesario escuchar nuestra voz interna y respaldarla.
¿Miedos? ¿Dudas? ¡Por supuesto! ¿De qué nos aferraremos? De nada. ¿Pánico? No es para tanto. Justamente, el pánico es la consecuencia de querer que las cosas sean de una cierta forma y no de otra, de exigirse ser perfecto y previsible, adaptado y controlado. Como la sociedad ya no puede responder a esto y las instituciones se están cayendo, encontramos tantos ataques de pánico. El poder ya no está afuera, está adentro.
Conocerte, aceptarte, respetarte, amarte, empoderarte a vos mismo, hacer lo que te gusta es la respuesta. ¿No sabés lo que querés? Pedí a tu alma que te lo muestre. ¿Algunas claves? Es algo que te sale fácil, que te da entusiasmo… y miedo. ¿Podré ser capaz de hacerlo, de vivir de eso? ¡SÍ! Para eso viniste. ¿Por qué Dios no te daría los medios? ¿Creés en un Dios juzgador, castigador, implacable? Cambiá tu cabeza y atendé a tu corazón. Dios está allí, para vos, llenándote de amor, abundancia y confianza.
"Tu vida es un reflejo exacto de tus creencias. Cuando cambias tus creencias más profundas acerca del mundo, tu vida también cambia en consecuencia.
Tan pronto tomas la decisión de hacer algo, aparecen los medios para llevarlo a cabo. Puedes pensar que esos golpes de suerte son meras coincidencias, pero si observas con atención comprobarás que suceden con regularidad.
Actúa como si cada acontecimiento tuviera un propósito, y tu vida tendrá un propósito. Descubre por qué necesitabas salir venturoso de ciertas experiencias, y no las necesitarás otra vez. En última instancia, sólo puedes confiar en tu guía interior. Dicho de otro modo, obedece a tu corazón."
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viernes, 26 de octubre de 2007
Estar
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jueves, 25 de octubre de 2007
Cambiante
Desde hace un tiempo, mi vida cotidiana está siendo muy variable. Si bien, por mi trabajo, ha sido siempre así, esto se ha incrementado. Mi agenda está escrita en lápiz porque estoy continuamente cambiando citas y actividades.
Al principio, “me saltaba la térmica” con frecuencia. Me enojaba lo voluble que se estaba transformando todo. No podía programar mucho ni en tiempo ni en entrada de dinero. La incertidumbre era la única constante. Luego, me di cuenta de que así serán las cosas, por lo menos por bastante tiempo.
Ya no hay nada a lo cual aferrarse. Las viejas estructuras invariables, los trabajos “para toda la vida”, los sueldos seguros, los matrimonios “hasta que la muerte nos separe”, las certezas incuestionables, se han marchado para no regresar. Esto constituye una fuente inagotable de estrés y ansiedad si no sabemos cómo adaptarnos a ello.
Siempre afirmo que vivo veinte años adelantada. Me di cuenta de esto hace mucho, a pesar de que todo a mi alrededor sostenía lo contrario. Mi primer trabajo fue en una enorme multinacional y para cualquiera me había sacado la lotería: tendría trabajo para toda la vida… estuve en cuatro puestos diferentes y me fui a los cinco años. Tuve dos empleos más (en una agencia de publicidad y en un instituto que nucleaba ejecutivos de finanzas), de los cuales me echaron. Problemas con la autoridad…
Decidí que quería ser independiente. Lo único que se me ocurrió fue vender y lo hice con diferentes productos intangibles unos cuantos años, pero no hacía lo que quería. Pero, ¿qué quería? era la gran pregunta. No lo sabía.
Me dedicaba a acumular experiencias en distintos ámbitos y niveles. Muchas mudanzas, muchas parejas, muchos empleos, muchos estudios. Desde que comencé a trabajar, hice paralelamente cursos de toda clase. Lo que más me atraían eran los relacionados con el crecimiento personal. Me inscribí en una carrera de tres años de Terapia de Integración CuerpoMente, porque me di cuenta de que tenía serios problemas con mi cuerpo y mi salud, que las terapias psicológicas que había hecho no habían resuelto.
Al comienzo del tercer año, justamente, comenté que estaba en una gran crisis existencial y que no sabía qué hacer de mi vida, que era fundamental para mí tener una vocación, un llamado, una misión, como se llame y que no encontraba por donde era. A mitad de año, exploté. Dejé de trabajar, me encerré en mi casa y (dramática y arriesgadamente, como buena ariana) lancé al Universo mi pedido (bah! mi furiosa y desesperada súplica): “Si hay un Dios, quiero que me muestre a qué me tengo que dedicar”. Aclaro que no es necesario tanto despliegue de emocionalidad, pero estaba realmente harta (es una excusa).
Pasaron un par de meses largos y nada. Me iba deslizando al fondo del pozo, pero no claudiqué. Un día, en medio de una de mis tandas de llanto, escucho una voz interior: “¿No te das cuenta de que ya estás en lo que deseas?!”. ¡¿Qué?!! Yo estaba haciendo la carrera por mí, nunca se me había ocurrido que por ahí era mi camino. Me acordé que dicen que todo lo que queremos está a nuestro alrededor, pero no lo vemos. Estamos rodeados de lo que es para nosotros, pero lo pasamos por alto porque caemos en el abandono total de nuestra esencia para vivir en la mediocridad con que el mundo nos hipnotiza.
A partir de ahí, encontré la paz y el propósito que había buscado por tanto tiempo. Fue difícil al principio. No porque deba ser así, sino porque yo todavía no contaba con todas las herramientas que hoy tengo. Soy una pionera y, como tal, hago el trabajo pesado para que otros lo encuentren fácil después.
¿Por qué cuento esto? Porque he recibido varios mails relacionados con este tema. Por supuesto, cada uno tiene su propia experiencia. Lo que quiero rescatar de esto es que una sincera solicitud y una entrega profunda hacen la diferencia.
Es lo mismo que me está sucediendo ahora. No sé cómo se va a ir desarrollando mi trabajo (que va mutando también) ni mi vida en general. Tengo proyectos y sé que soy la creadora de mi vida, pero entiendo que es necesario fluir con lo que va pasando y confiar en que será para mi mayor bien. Hace mucho, me dijeron que “la Providencia está asegurada”. Es cierto. No sólo para mí sino para todos. Cuando llegamos aquí, nuestro sustento está previsto. La razón por lo que no es así es por cuestiones de poder que hemos mal manejado como humanidad, pero sigue siendo cierto. Si te atrevés a confiar, comenzará a ser realidad.
Tengo el lápiz y la goma preparados. Voy adónde, cuándo y cómo sea lo mejor. Decidido no por mi ego sino por mi alma y la sabiduría y el amor del Universo.
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martes, 23 de octubre de 2007
Decisiones
¿Qué implicancias tienen las decisiones que tomamos? Creo que pasamos de un extremo a otro, sin darnos cuenta. Podemos tomarlas impulsados por la ignorancia, la irresponsabilidad, el apuro, la ansiedad, las idealizaciones o, por el contrario, por la exigencia, el peso, la obligación, los conflictos, el peligro, las imposiciones. También, podemos tomarlas o dejar de tomarlas por las dudas, los miedos, los vínculos, las postergaciones, la indolencia, el abandono.
Nos preguntamos qué perdemos y qué ganamos, qué alcances tendrá esa decisión para los demás, qué cambios significará para los participantes.
Aún así, jamás tenemos toda la información al hacerlo. Por más que deseemos tener en cuenta las múltiples variables y sus posibles consecuencias, nunca sabremos qué dispara esa decisión porque ella es, en sí misma, un nuevo camino. Al hacerla, abrimos una posibilidad que no existía y, junto con ella, todos los dones y desafíos.
Por eso, cada decisión es un salto de fe. Y sería precioso si pudiéramos tomarla desde el máximo amor y confianza que seamos capaces. No existe una buena o una mala decisión. Sólo existe un potencial que damos a luz. No podemos saber qué sucederá. Pero podemos anidarla en la esperanza, la entrega, la claridad y el amor que nuestro espíritu puede contener.
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domingo, 21 de octubre de 2007
Día de la Madre
Hoy, fui al cementerio con papá. Era un mundo de gente celebrando a sus madres. Uso esa palabra porque es lo que percibí… o quizás lo que yo hice y, entonces, experimenté.
Al lado de mi mamá, estaba una familia de, por lo menos, diez personas que plantaron flores, pegaron fotos, retaron a los chicos, conversaron de mil cosas mientras estaban ahí. Observé muchas conductas parecidas. Me hicieron acordar cuando era chica e íbamos en el Día de los Muertos al cementerio de Viale (la ciudad natal de mis padres). Era una especie de reunión comunal, en el que se encontraban familiares cercanos y lejanos (me parecía que todo el pueblo era pariente mío), amigos, conocidos. Se llevaban hasta el almuerzo y se quedaban horas charlando y compartiendo. Eso se acabó ya; ahora, todo es rápido y expeditivo, pero el ambiente me lo recordó.
Luego, fuimos a ver a mi hermano. Limpié las tumbas y puse flores. Me conecté con los dos y hubo sólo alegría y apoyo. Les pedí perdón por si hubiera debido hacer algo más y ambos reaccionaron con risas: ¡todo está bien! Cada uno me dio el mismo mensaje: “Estoy acompañándote y ayudándote desde aquí. Aprendo nuevas cosas y también aprendo de vos y de tus experiencias. La conexión es ahora de corazón a corazón”. Los ojos se me llenaron de lágrimas dulces y gratas.
Tengo una enorme paz en mí, la que ellos contribuyeron a cimentar. Tengo nuevos socios en el Cielo. Tengo conexión con la Madre Universal. ¿Qué más puedo pedir? Sólo puedo decir ¡gracias!
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viernes, 19 de octubre de 2007
El simple arte de bendecir
Al despertar, bendice este día porque ya está inundado del bien inesperado que será atraído por tus Bendiciones; porque bendecir es reconocer el bien ilimitado que está enclavado en la textura misma del universo y que nos espera a todos.
Al pasar la gente por la calle, en el autobús, en los lugares de trabajo y juego, bendícelos. La paz de tu bendición los acompañará en su camino y el aura de su gentil fragancia será una luz en su camino. Al encontrarte y hablar con la gente, bendice su salud, su trabajo, sus relaciones con Dios, consigo mismos y los demás. Bendícelos en su abundancia, en sus finanzas; bendícelos en cada forma concebible, porque tales bendiciones no solamente siembran las semillas de la sanación, sino que algún día florecerán como flores de dicha en los huecos de tu propia vida.
Al caminar, bendice la ciudad donde vives. En fin, bendice a todo lo que ves y sientes y principalmente es de suma importancia que bendigas a la Madre Tierra, a GAIA, porque te permite caminar sobre ella, te provee de las plantas, las flores, de todo lo lindo que te presenta la naturaleza. Bendice el aire que respiras, ya que sin aire en pocos minutos dejas de existir. Bendice el sol, el viento, también la lluvia que es necesaria para alimentar a la tierra.
Fundamentalmente acostúmbrate a bendecir a todo lo que comes, tomas o ingieres de alguna forma. Bendice a todos los seres que ayudaron a crear lo que es tu alimento, sin olvidar por supuesto a la Madre Tierra que hace que el mismo pueda surgir. Bendice a los animales que se ofrecen para que los puedas usar como tu alimento, sabiendo que ellos lo hacen por amor hacia ti y consideran su misión el brindarte tu sustento.
Al momento en que alguien exprese la menor agresión o falta de bondad hacia ti, responde con una bendición; bendícelos total, sincera y jubilosamente, porque tales bendiciones son el escudo que los protege de la ignorancia de sus propios malos actos y desvía el mal que te hayan dirigido.
Bendecir significa desear el bien incondicional, total e irrestricto para otros y para los eventos, desde el manantial más profundo en las recónditas cámaras de tu corazón: significa santificar, reverenciar, contemplar con extremo respeto todo lo que siempre es un regalo del Creador. Aquel que está santificado por tus bendiciones es puesto aparte, consagrado, santo, íntegro.
Bendecir es invocar la protección divina, pensar o hablar con agradecimiento, conferir felicidad, aunque nosotros mismos nunca somos los agraciados sino simplemente los dichosos testigos de la abundancia de la vida.
Porque bendecir todo sin discriminación alguna es la máxima forma de dar, porque aquellos a los que bendices nunca sabrán de dónde provino el súbito rayo de sol que estalló a través de las nubes de sus cielos, y rara vez serás testigo de la luz del sol que brilla en sus vidas.
Cuando tu día esté de cabeza y algún evento inesperado destroce tus planes y a ti también, estalla en bendiciones porque la vida te está enseñando una lección, y el mismo evento que creías indeseable, tu mismo lo llamaste; así que, para aprender la lección contra la que te sientes frustrado, bendícela. Las pruebas son bendiciones disfrazadas y huestes de ángeles acompañan su camino. Bendecir es reconocer la omnipresente belleza universal oculta a los ojos materiales; es activar la ley de atracción, la cual desde los más lejanos confines del universo, traerán a tu vida exactamente lo que necesitas experimentar y disfrutar.
Es imposible bendecir y juzgar simultáneamente, así que mantén constantemente como un profundo, consagrado y cantarino pensamiento el deseo de bendecir, porque entonces verdaderamente brindarás paz, amor y alegría a tu entorno.
Y por encima de todo, no te olvides de bendecir a esa persona maravillosa, absolutamente bella en su verdadera naturaleza y tan digna de amor que eres tú mismo.
(Desconozco el autor)
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miércoles, 17 de octubre de 2007
Y habla… y habla… y haablllaaaa!!!
Esto suena a lo que dicen los hombres de las mujeres (¡y es cierto!). Nosotras tendemos a indagar y conversar y los hombres a accionar directamente.
Me refiero a la tendencia de muchos a hablar constantemente de sus problemas. Cada encuentro es la actualización de sus últimas desgracias e inconvenientes en el duro oficio de vivir. En realidad, no importa mucho lo que el otro le pueda decir o aportar. Lo que buscan es una oreja que escuche.
Otros no llegan a tanto, pero el gran tema de conversación son las dificultades. Esto involucra tanto lo personal como lo social (el gobierno, los vecinos, la situación mundial, la inseguridad, etc.). En cualquier grupo, basta una sola mención a una de estas cuestiones que ya se desata un vendaval de quejas y ejemplos de lo mal que vamos.
Estoy totalmente en desacuerdo con este proceder. Hablar sin cesar de los problemas sólo los empeora y los sigue recreando, tanto a nivel individual como colectivo. Además, y esto es lo peor, nos pone en el lugar de la víctima.
Es cierto que conversar nos puede proporcionar soluciones… si nos enfocamos en eso. Hablar para descargarse (o cargarse más, la mayoría de las veces) es igual a quedarse en lo que hay. Hablar para encontrar respuestas es otro tema. De cualquier forma, eso sólo sirve si ponemos en marcha esos hallazgos: hay que actuar.
A veces, también es bueno quedarse en el obstáculo o el bloqueo, sin compartirlo. El silencio trae propuestas. Esto implica empoderarse. Encontrar la solución en uno mismo. Hallar el camino personal. Empoderarse es la clave en cualquier circunstancia.
Hace tiempo, tomé la decisión de no colaborar en las “formas pensamiento” negativas de la humanidad. Si estoy conversando con alguien, me enfoco en lo que se puede aprender de la situación y en lo positivo y valioso que tiene esa persona para resolverla. Si estoy en un grupo, no me involucro en la sección “lamentaciones varias” y, si puedo, aclaro el porqué.
Cada vez, estoy más convencida del poder de la alegría, de la claridad, de la serenidad, de la luz.
Publicado por Laura Foletto en 11:56 1 comentarios
martes, 16 de octubre de 2007
Más sobre "La solución"
Ese "poema" me salió espontáneamente a partir de algunas sesiones con pacientes, como un resumen de ellas y de mis lineamientos como Terapeuta.
He hallado que muchos leen incontables libros, sitios de Internet, revistas, se llenan de información que no llevan a la práctica y que actúa más como una carga que como una solución. Desarrollan una excelente teoría, pero no saben o no quieren concretarla en sus vidas, aunque sí exhortan a los otros a hacerlo y pueden ser buenos consejeros. La clave, para mí, es su vida personal. ¿Cómo se llevan con su familia, hacen lo que les gusta, son entusiastas y positivos realmente? En lo posible, seamos lo que pensamos y hagamos lo que decimos.
Esto incluye el trabajo. Es necesario desengancharse del paradigma social de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, con todo lo que esto lamentablemente significa, tanto en términos de lucha, esfuerzo y competitividad, de no trabajar en lo que se desea, de cargar con las labores de otros (cosa que las mujeres hacen también en el hogar), ser poco eficientes y organizados, buscar ganar a costa de los demás en vez de encontrar decisiones que satisfagan a todos.
La excusa común cuando planteo esto es: “yo trato pero no puedo”. Tratar no es suficiente y, más bien, es el pretexto para engañar y engañarse con que se está haciendo todo lo posible… pero las circunstancias no ayudan y/o uno no es capaz. Esto no es cierto. Es prioritario conocer los boicots que nos hacemos y hacer, simplemente hacer, con perseverancia y confianza. Todo llega.
Si podemos soñar algo es porque podemos realizarlo. En realidad, está hecho en otra dimensión y sólo debemos traerlo a ésta. Si nos asociamos y co-creamos con Dios, no necesitamos nada más que permitir que suceda y poner el corazón y las manos.
Para ello, no tenemos que exigirnos ser de una forma en especial, con ser lo que somos es suficiente. En lugar de retener los dolores del crecimiento y los miedos a ser mucho más que lo mediocre que se espera, sólo tenemos que liberarnos y disfrutar/nos.
Es una nueva forma de ver y vivir. La solución está en nosotros y nosotros somos la solución para el mundo. Es tiempo de empoderar ese aspecto de “víctima” que habita en todos y responsabilizarnos de crear la vida posible y plena que es nuestro derecho.
Publicado por Laura Foletto en 18:09 1 comentarios
De padres e hijos
Tomo los fértiles comentarios de la entrada anterior, los enlazo con la de “Padres de uno mismo” y aporto algo más. Los hijos activan los niños internos de los padres. Por eso, la paternidad es tan desafiante. Lo que fue aprendido podrá ser transmitido con simpleza y cariño. Lo que todavía está oculto o pendiente será espejado y agrandado.
Es una buena práctica preguntarse qué asunto inconcluso los hijos están mostrando con sus comportamientos o demandas para solucionarlo en uno mismo. De esta forma, la clave pasa a la siguiente generación en lugar del problema.
Publicado por Laura Foletto en 18:04 0 comentarios
sábado, 13 de octubre de 2007
Como amas, atres.
Como amas, atraes.
Hoy estás aquí donde te trajeron tus pensamientos.
Mañana estarás donde te lleven tus pensamientos.
No puedes escapar al resultado de tus pensamientos,
pero puedes soportarlos y aprender, aceptar y estar contento.
Comprenderás la visión de tu corazón, no el deseo ocioso.
Gravitarás hacia lo que más amas en secreto.
Se pondrá en tus manos el resultado exacto que ganes;
ni más, ni menos.
En cualquier ámbito donde estés,
caerás, permanecerás o te elevarás con tus pensamientos...
Tu visión... tu ideal...
(Desconozco el autor)
Publicado por Laura Foletto en 15:30 2 comentarios
viernes, 12 de octubre de 2007
Padres de uno mismo
Esta mañana, en una hermosa sesión con una paciente, su aspecto Madre pudo abrazar a una Niña Interior que creía que debía estar en el medio de sus padres y que se sentía muy sola.
Nuestros Niños Internos moldean el mundo como lo concebimos. Esas experiencias iniciales son repetidas en las demás relaciones y en otros ámbitos. Si no tomamos conciencia de ellas (sobre todo de una o dos que son las fundantes), seremos seres reactivos y traumatizados, reproduciendo esquemas y creyendo que no hay salida.
Darle voz a esos Niños y permitirles que expresen lo que sienten es el primer paso. El segundo es ser madre y padre de ellos y darles lo que necesitan. El más grande error es seguir reclamando a los padres reales lo que no nos pudieron dar. Eso ya está hecho y tiene una razón. No podemos volver el tiempo atrás ni desperdiciar nuestra vida en inútiles quejas y llantos.
Debemos darnos a nosotros mismos lo que necesitamos. Nadie más que nosotros sabe cómo sanar la herida y liberar (perdonando) lo sucedido. Lo paradójico y milagroso es que, cuando dejamos de demandar y nos responsabilizamos, obtenemos lo que soñamos.
Nuestros Niños son la fuente de las más bellas emociones, del entusiasmo, de la imaginación, de la facultad de crear, de la intuición. Por ello, este trabajo es fundamental para nuestra felicidad (esto está muy bien explicado –con simples prácticas- en los Libros de “Encuentra tu verdad y crea tu vida”).
Nuestros Niños merecen una infancia maravillosa (junto con límites adecuados). Su regalo es ayudarnos a vivir con alegría, entusiasmo, valentía y libertad.
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jueves, 11 de octubre de 2007
¿Cómo hacerlo?
Un comentario acerca de las entradas anteriores pregunta, con gran inteligencia, si es necesario sólo transformar los pensamientos o si es bueno investigarlos.
Al principio, es necesario investigar lo más posible acerca de ellos porque nos dan excelente información acerca de cómo son, cuándo y con quiénes se disparan, cómo se sienten en el cuerpo, cuál son sus propósitos. Generalmente, están conectados a situaciones de nuestra infancia (a veces, de la adolescencia) y a lo que venimos a aprender. Son nuestros niños internos reclamando atención, soluciones, cariño, respeto, queriendo cuidarnos con sus miedos, buscando explicaciones con sus dudas, etc.
Luego, simplemente transformémoslos en su costado positivo, ya que para eso está lo negativo: para atravesarlo y descubrir lo luminoso. Las sombras son ausencia de luz, nada más.
Por supuesto, tomemos esto como un juego, con liviandad y profundidad a la vez, pero nunca como un drama, ya que así resultará pesado y angustiante y para eso ya tenemos suficiente, ¿no es cierto?
La vida es una aventura creativa y novedosa, si así la obramos.
Publicado por Laura Foletto en 12:44 1 comentarios
martes, 9 de octubre de 2007
Resistir o crear
Ante una pregunta acerca de qué podemos hacer para resistir el actual estado de cosas, la canalización de Gaia a través de Pepper Lewis dijo:
“Lo mejor es liberar la resistencia que tienen en su interior hasta el grado que les sea posible. Resistencia es resistencia, no importa a qué o a quién. En cierto sentido, si resisten a lo que es también resisten a los medios para cambiarlo. La energía de la resistencia empuja y jala, no fluye en dirección alguna. Muchos creen que la falta de resistencia es igual al acuerdo, pero eso no es así. La resistencia es igual a la lucha y la falta de resistencia es igual a concesión, lo que hace que todas las fuerzas y posibilidades sean iguales y creativas. La resistencia invoca a todos sus recursos para que estén en reacción en lugar de acción o creatividad. Una mente reactiva no puede ser activamente creativa o en equilibrio. Sea donde sea y siempre cuando sea, ustedes sostienen una postura de resistencia que igualmente es hecha por la tierra porque es su complemento. En forma similar, siempre y cuando ustedes liberan la necesidad de control o resistencia, el planeta y sus recursos se beneficiarán también. Su cuerpo también se beneficia porque la resistencia y la densidad está relacionada estrechamente la una con la otra. A medida que liberan sus obligaciones de estar en resistencia, negación, obligación y duda, otros serán obviamente los beneficiarios. Cuanto más ligero el pensamiento, tanto más liviano el cuerpo – la sustancia siempre le sigue al pensamiento. Un pensamiento más ligero es igual a un sendero más iluminado para usted y para otros.
Si quisieran resistir, háganlo con risa en lugar de ira. Si ustedes no pueden reír, entonces quizás pueden cantar. Canten canciones de paz para sí mismos o con otros. Cántenle a su cuerpo y a su alma, ambos lograrán beneficios inmensos e inmediatos. El canto activa la creatividad y libera al estrés. Libera al niño interior para que juegue e infunde en la mente una rendición dulce al alma, una que alinea pero que no capitula. El cantar y el tararear restauran el equilibrio y libera impurezas porque ellas son actividades plenas; ellas crean y completan un circuito tanto para el cuerpo como para la mente. Cuando ustedes tararean, por ejemplo, la mente lo crea, el corazón se deleita con ello, el cuerpo participa en ello y el campo áurico lo percibe y lo transmite. Este simple acto crea una correspondencia vibratoria con plenitud, que es la que hace que lo que es menos que íntegro sea menos atractivo y destructivo para su campo energético".
¡No puedo estar más de acuerdo! Resistirse es oponerse, es luchar, es engancharse a la misma energía de la cual se supone que se está en contra. No hay que estar en contra, hay que estar a favor. ¡Que enorme tontería sinsentido el término "luchar por la paz"! Basta de asociarnos para luchar por la vida, unámonos para abrazar la vida.
En lugar de armas para vivir, utilicemos instrumentos como la conciencia plena, la alegría, el amor, la armonía, el canto, la danza, la creatividad. Y conste que no estoy hablando de "el mundo", "la humanidad", "la sociedad", "el futuro", términos abstractos que no llegan a la piel, a las entrañas. Estoy hablando de mí y de vos, de lo que hacemos cada día, cada minuto, de pensamientos y acciones tangibles y concretos.
Nada sirve si es para leerlo y emocionarse sensibleramente. Sé parte de la solución, no aportés al problema. Llevalo a tu cuerpo, a tu mente, a tus manos.
Publicado por Laura Foletto en 20:56 1 comentarios