Yo soy un Puente entre lo viejo y lo nuevo, así que he
estudiado y practicado distintas vertientes.
Los principios básicos son comunes a toda corriente religiosa o
espiritual (que son cosas diferentes).
Hay algunas más orientadas a lo mental, otras a lo místico, o a lo
práctico o a lo ritual.
Más o menos a partir del comienzo de la industrialización, del
individualismo, de la sociedad de mercado, “Dios ha muerto” como dijo
Nietzsche. Se intensificó el dualismo en
el sentido de que lo material se separó de lo espiritual. Pasamos a ser humanos luchando en una
creación yerma, en pos de logros de consumo.
Lo espiritual se transformó en
algo abstracto y/o a practicar en ciertos momentos. Para unos puede ser los viernes, los sábados
o los domingos. Para otros, los que
están en los nuevos rumbos, puede ser a través de una liturgia, un grupo, un
gurú. Lo que tienen en común es que no impregnan la vida diaria. Es la dicha de una meditación mágica, seguida
del cotidiano infierno de relaciones tumultuosas y/o de trabajos
esclavizantes. O decenas de libros o
información que no pueden ser incorporados.
Ciertos postulados son fundamentales de la Nueva Energía:
cocreación, unidad, entrega, abundancia, presencia, amor-sabiduría, entre
otras. Lo que la caracteriza es el
énfasis en la total integración entre lo material y lo espiritual, entre lo
humano y lo divino.
Con creciente rapidez,
sentimos que estamos siendo empujados a arraigarnos en lo sagrado de nuestra
existencia. Quizás, sea por medio de
una enfermedad grave, de una pérdida económica, de un accidente, de una
depresión o de permanentes sensaciones de frustración, desilusión, vacío,
carencia. Es, por un lado, un reclamo del alma personal. Por otro, un llamado de Gaia, de la Tierra. Juntos, entre todos,
estamos transitando un tiempo nuevo y maravilloso. Es, en fin, la invitación de Todo Lo Que Es a
la Unidad.
Este año es muy fuerte en este sentido. Ya no hay más asuntos debajo de la alfombra,
negaciones, postergaciones, mentiras: los temas surgen irresistiblemente y, lo
más importante, podemos aceptarlos y solucionarlos… porque nosotros mismos los
creamos para nuestra evolución.
El diseño de tu vida
es único, poderoso, creativo, bello.
Constituye un recurso inapreciable para tu desarrollo y expansión. Cada situación, lugar y relación tiene un
sentido. Tus mayores miedos y desafíos
tienen un propósito. Tus dones son la
llave de tu bienestar y el de los demás.
No hay nada descolgado ni casual.
No hay castigos ni desgracias. No
hay errores ni accidentes. Has creado
cada cosa para tu despertar, para tu comprensión, para abrir tu potencial y
disfrutar de una existencia preciosa como tú: un ser único explorando aspectos diversos y ricos.
Me fascina descubrir este diseño con cada paciente. Es
profundamente entusiasmante: es el aliento de Dios/Diosa en cada
respiración. Es intensamente
estimulante: es la creatividad incesante.
Te crees mediocre y común. O
raro y distinto. Ni uno ni otro. Compartes muchos aspectos y, asimismo, eres
especial y particular. Sólo cuando estás
dormido e ignorante de tu originalidad, vives en el sufrimiento, la repetición,
la emocionalidad desbordada, la esclavitud, el sinsentido.
¡Despierta! Siente tu cuerpo: la respiración, los
apoyos, el contacto, las sensaciones, las emociones, las tensiones, la relajación. Respira… Siente tu entorno:
los ruidos, los aromas, las texturas, las temperaturas, los cambios. Respira… Siente la energía
de tu ser interno: las fluctuaciones, las ausencias, los atascos. Siente este momento. Respira… Deja las olas de la superficie y
sumérgete más profundamente, sin perder contacto con ellas. Observa la diferencia. Percibe la quietud y la
fluidez de las grandes corrientes de la Vida en ti. Más profundo… Respira… La Fuente de toda Paz,
de todo Amor está presente en ti. Eres tú. Conéctate y sé un puente entre lo Manifestado
y lo No Manifestado. Conserva esa
amorosa serenidad eterna como trasfondo de tu vida. Eres
un Ser Espiritual transitando una experiencia humana, en un tiempo
poderoso.