martes, 29 de marzo de 2016
¿Cansado y harto? Persiste
Estoy observando
una tendencia desde hace un tiempo, tanto en mí como en los que estamos con la
conciencia despierta: estamos hartos y cansados. Estas semanas han
sido particularmente difíciles. No valen eufemismos ni sutilezas.
Como me dijo un paciente: “¡No doy más! ¿Cuándo va a ser mi tiempo,
cuándo van a abrirse las posibilidades?!”. Muchos sentimos así.
Estamos trabajando en nosotros mismos (y algunos también con otros) desde hace
años, hemos tomado decisiones fundamentales, hemos pasado por toda clase de
pruebas, pero… pareciera que todavía hay más de eso y nada bueno por delante.
Me han sucedido
varias de estas crisis en estos años. “¿Hasta cuándo?” es la
pregunta más frecuente. Luego de cada una de ellas, he elegido continuar
no sólo porque no puedo hacer otra cosa (mi corazón está en ello más allá de
cualquier lógica o problema) sino porque me he dado cuenta de todo lo que he
aprendido y cambiado en ese tiempo, en una nueva espiral de evolución. A
pesar de que mi pasado es casi inexistente ahora (superado, perdonado,
olvidado, en paz), sí recuerdo el vacío y la frustración, el miedo y la
desvalorización en que vivía. Cada persona y situación en el camino me
han vuelto más fuerte, confiada, serena y plena. No puedo más que
agradecer.
Nos enganchamos
de objetivos y cifras externos para medir cuánto hemos avanzado, sin darnos
cuenta de que eso lo hace el Ego. La meta de nuestra alma es el
aprendizaje. No le importa si debemos perder un empleo, amigos,
comodidades o lo que sea para lograrlo. Ahora, ¿es necesario que sea tan
dramático? Obviamente que no, pero nuestras resistencias lo hacen
forzoso. Y esto es así tanto para los que no están en el camino
sagrado como para los que lo estamos. Observo una enorme ilusión y
escapismo pueril en muchos. Como si, porque leen, meditan, hacen trabajos
energéticos o se juntan en grupos “espirituales” (lo pongo entre comillas
porque todo es espiritual), las cosas del mundo se les darán mágicamente
(o los extraterrestres los vendrán a rescatar). No existe tal
cosa. No podemos escapar de la labor interna, de la integración
sombra/luz, femenino/masculino, interior/exterior, de la dualidad. Y esto
se dará en lo cotidiano: en las relaciones personales y sociales, en el
trabajo, en la economía, en el ocio, en todo.
Otra cosa que
observo es cómo el pasado no resuelto está apareciendo para ser sanado e
integrado. Puede tomar la forma de personas, de circunstancias, de
emociones, de enfermedades, de cosas que se rompen y necesitan ser reparadas,
etc. Estamos limpiando y cerrando. No podemos entrar a lo Nuevo
colgados de lo viejo. Tenemos que estar vacíos y plenos. Vacíos
de conflictos y plenos de nosotros mismos.
En este
complejo panorama, la perseverancia es fundamental. Cuando nos sentimos agotados, drenados,
desalentados; cuando las situaciones se presentan complicadas y desafiantes;
cuando parece que los demás (sobre todo, los que están atados a la vieja
energía) obtienen las mieles del éxito y nosotros estamos perdidos, como
habiendo saltado al precipicio y pataleando en el aire; cuando reclamamos en la
oscuridad… la potencia del alma, que persiste en la eternidad del Universo,
susurra que continuemos, muestra la luz al final del túnel, proporciona el
calor que necesitamos.
Jamás nos
abandona y nosotros tampoco debemos abandonarnos. Este fin de semana, mientras lloraba al
darme cuenta de situaciones que necesito transformar, al mismo tiempo me
surgieron tantas otras en las que siempre todo se solucionó, cuánto he sido
protegida y ayudada por muchas personas (los medios amorosos que Dios/Diosa
utilizó para hacerlo), cuánto mejor estoy ahora, cuántos hermosos proyectos
albergo en mi corazón, qué maravilloso es estar en este tiempo y lugar
excepcionales. Vuelvo a llorar sobre el teclado: somos cuidados y
amados más allá de cualquier oscuridad y dificultad. Reemplacemos el NO
por el SÍ. Laboremos cariñosamente adentro y afuera. Sin esfuerzo,
pero con confianza. Unidos. Pronto, tendremos un empujoncito
liberador. Persistamos.
Publicado por Laura Foletto en 12:07 0 comentarios
miércoles, 23 de marzo de 2016
ECLIPSE, un Portal para liberar lo viejo y abrirte a tu potencial: buen momento para comenzar una terapia
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TERAPIA POR INTERNET
¿Para qué sirve?
·
Conocerte profundamente, con todas tus luces y
sombras.
·
Aprender a respirar, calmarte, disfrutar y
estar; escuchar tu cuerpo; conocer qué significan tus síntomas y enfermedades;
recuperar la capacidad de auto-curación.
·
Apreciar tus recursos y soltar tu potencial.
·
Resolver conflictos internos que se han
trasladado y agravado en lo externo.
·
Tomar decisiones importantes.
·
Aceptarte y amarte, elevar tu autoestima.
·
Solucionar una situación específica.
·
Hacer cambios laborales u optimizar tu trabajo,
atrayendo más abundancia y prosperidad.
·
Mejorar tus relaciones.
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Atravesar un duelo o una pérdida.
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Manejar tus emociones y cambiar tu actitud.
·
Vivir en el aquí y ahora, reinterpretando tu
pasado (liberándolo definitivamente) y teniendo un futuro de acuerdo a tus
verdaderas necesidades.
·
Llevar las lecturas y cursos de desarrollo
personal a su concreción en tu realidad; arraigar tu espiritualidad en la vida
cotidiana.
¿Cómo te puedo ayudar?
Soy Guía en Vida Conciente. ¿Qué significa
esto? La mayoría de tus actitudes y conductas son meras reacciones:
consecuencias de lo que has internalizado en la infancia. Por ello,
repites una y otra vez los mismos errores, sin darte cuenta de lo que los
ocasiona. Pocos se han tomado la labor de revisar y descartar lo que no
sirve o no corresponde con lo que son y de definir y crear la vida que desean,
de forma conciente.
Por otro lado, te hacen creer que solo se trata de un
proceso mental. No es así, ya que tu cuerpo está atrapado en esos
círculos viciosos que se originaron en la niñez. La respiración, la
postura, los síntomas, las emociones son reflejos de lo que has vivido.
Y, sobre todo, eres un Ser espiritual que está transitando una experiencia
humana, por lo que todo lo que eres y te sucede tiene causa en lo que viniste a
aprender y superar.
Mi propósito es guiarte hacia ti mismo, hacia lo que
constituye tu diseño original, hacia la aceptación de tus cualidades y la
solución de tus desafíos, con recursos de Integración
Cuerpo-Mente-Espíritu. Solo podrás ser feliz siendo tú mismo, lo cual
atraerá sencillamente lo que es para ti. La resistencia que pongas a este
proceso te trae esfuerzo y sufrimiento.
¿En qué te puede ayudar
esta modalidad?
·
No necesitas trasladarte y perder tiempo y
molestias en el tráfico.
·
Lo haces desde la tranquilidad de tu hogar o
desde cualquier lugar que tenga Internet.
·
Accedes a un nivel y variedad de ayuda que no
existe en tu entorno.
·
Puedes hacerlo sin cámara, lo que te facilita
abrirte y expresarte ya que no tienes a una persona enfrente.
·
Si haces consultas presenciales y no tienes
tiempo, estás enfermo o con cualquier problema, estás seguro de no perder tu
continuidad.
¿Cómo funciona?
·
Cada sesión dura una hora.
·
Se realiza por Skype (un programa gratuito que
se descarga fácilmente) o por WhatsApp, desde una
computadora o desde un celular, con o sin cámara.
·
Puedes hacer una
cierta cantidad de consultas que solucionen una circunstancia puntual o
comprometerte a una transformación total: depende de tus necesidades.
·
Se abona por adelantado, a través de depósito
bancario o tarjetas de crédito (en Argentina) o por Paypal (tarjetas de
crédito) o envío de dinero (Western Union u otros medios) en otros países (más
información en Formas de Pago aquí).
¿Cómo comenzar?
·
Escríbeme,
detallando tu nombre y país y exponiendo brevemente los motivos de tu consulta
y cualquier duda que tengas acerca de la modalidad. Te responderé
inmediatamente.
·
Iniciaremos las sesiones en cuanto tú
decidas. No pierdas más tiempo ni sufras inútilmente. Todo se puede
resolver; todavía no has encontrado las soluciones ni conoces tu verdadero
poder. Solo necesitas ayuda para acompañarte en el proceso de
reencontrarte y construir tu vida de acuerdo a lo eres y puedes.
Si sabes de personas que les interese esta propuesta, te agradezco que la compartas. Visita www.abrazarlavida.com.ar
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Publicado por Laura Foletto en 11:30 0 comentarios
martes, 22 de marzo de 2016
Ignorarte, violarte o hacerte el amor
La semana anterior, un tema común entre los
pacientes fue el de no congeniar con un modelo de su entorno y las dificultades
de sostener uno propio (ser introvertido en un mundo extrovertido, no tener
hijos, ser hipersensible, etc.). En
realidad, no nos enseñan a conocernos e
investigar cuál es nuestro “diseño” original sino que nos adiestran a ser de
determinada forma que está sancionada por la mayoría. Este conflicto entre lo que somos y lo que
debemos ser es la fuente de muchas desdichas, fracasos y culpas y de decisiones
que pueden frustrarnos enormemente.
Ese diseño no es una casualidad genética ni un
accidente ni una desgracia: está
finamente planeado para aplicar las cualidades que hemos aprendido en otras vidas
(los dones que portamos) y para continuar aprendiendo nuevas habilidades
creativas (los desafíos y problemas que se nos presentan). Si no nos vemos de esa forma, terminamos
desaprovechando un potencial maravilloso que es nuestra firma energética. Solo seremos felices y plenos si aceptamos y
desarrollamos lo que somos esencialmente; también, esa es nuestra contribución
al mundo.
Cuando no nos tomamos el tiempo de conocernos y nos
obligamos a ser de otra forma, vamos en contra de todo lo que nuestra energía
atrae por sí misma y luchamos para seguir un camino que no nos pertenece. Esto se incrementa cuando nuestro ambiente es
muy distinto de lo que nos nace naturalmente y accedemos a sus demandas para
adaptarnos y no crear problemas. Es un
gran error porque los dones que traemos y no manifestamos también les servirían
a ellos y podrían abrirles puertas de percepción que de otra manera
permanecerán cerradas.
La decisión de escucharnos y ser fieles a nuestra
voz interior no es algo que sucede de una vez.
Es común que aparezcan pruebas y
oposiciones por parte de los demás, los cuales contribuyen a profundizar y
reforzar nuestra elección. En lugar de tomarlos como algo perjudicial o
como excusas para desistir, debemos darles la bienvenida como sucesos que nos
harán más fuertes, seguros y arraigados y que expandirán nuestras limitaciones
y posibilidades cada vez más.
Es interesante observar la labor de conocerse a uno
mismo desde la óptica del cuerpo.
Imagina que estás comenzando una disciplina física (yoga, gimnasia,
etc.): ¿cómo lo realizas? Si haces lo
mínimo o estás pensando en otra cosa, tu cuerpo se tensará progresivamente y te
volverás inconciente. Si lo tomas como una
aventura y exploras cuidadosamente tus límites, te extenderás y desarrollarás. Si tratas de ir más allá de lo que puedes, lo
más probable es que te duela o te lastimes.
Manifestado sencillamente, es la
diferencia entre ignorarte, hacerte el amor y violarte a ti mismo.
Una paciente me contaba que, cuando hacía lo que
deseaba de corazón, se sentía bien, vital, feliz. Cuando venían a cuestionarle sus elecciones o
hacía algo para conformar a los otros, entraba en una nebulosa en la que se
perdía y se empezaba a tensar, enfermar, somatizar. El
cuerpo es la guía y debemos escuchar sus mensajes. Es necesario aprender a tomar conciencia, a
vivir en el aquí y ahora, a hacernos el amor con placer, cuidado y cariño. Poco a
poco, nos conectaremos con nuestra Alma y seguiremos su camino, alineándonos
con nuestro bienestar y el de los demás.
Publicado por Laura Foletto en 15:23 0 comentarios
martes, 15 de marzo de 2016
Qué hacer con los pensamientos negativos
“¿¡Pero
cómo se hace para no pensar negativamente!??”: no sé cuántas veces
escuché esta queja (incluso de mí misma).
Cuando comenzamos a tener más conciencia, una de las primeras cosas que
observamos es la cantidad impresionante de ideas automatizadas, coléricas,
pesimistas, humillantes, lastimosas que albergamos, sin contar la velocidad con
que las disparamos, al punto que ni siquiera las terminamos; en realidad, es
una sucesión de indefinidos e inconclusos pensamientos que crean un entorno
mental de negatividad y confusión. Algunas
consideraciones al respecto:
- La proliferación de esta cizaña en el jardín
se debe a que nunca se nos ocurrió segarla. Fuimos
inocentes testigos de su nacimiento y somos mudos espectadores de su crecimiento. Aliada de nuestra baja autoestima, de
equivocaciones, fracasos y frustraciones, de la pasividad y la
mediocridad, ha terminado por ocupar el terreno con una fuerza que no
tienen nuestros buenos deseos de erradicarla. Renegamos porque nos damos cuenta de que
nos debilita pero no tenemos la constancia de trabajar internamente para
cortarla y sembrar flores en su lugar.
Porque de eso se trata: de
tomar conciencia de cuáles son los pensamientos que alojamos y
reemplazarlos por otros más nutritivos y efectivos.
- Para ello, es conveniente llevar una libretita (o en el celular), anotar cuando descubrimos alguno y pensar por cual lo sustituiremos. Por ejemplo: “Siempre me va mal” puede convertirse en: “Mejoro cada día más”; “Nunca voy a conseguir un buen trabajo” en: “Soy capaz de trabajar en lo que quiero y ganar bien”. Como notarás, los pensamientos negativos tienden a los absolutos y las generalizaciones (lee el Boletín anterior). Al hacer esto, tendrás a mano inmediatamente una forma de corregirte; puedes decir: “Cancelado” y afirmarte en lo que deseas lograr.
- Un motivo de esta conducta es que pensamos que
castigándonos y culpándonos conseguiremos lo que queremos y seremos más
fuertes. Nos han enseñado de esa forma y la
continuamos. No es cierto. Más profundamente, también nos han
inculcado que debemos ser exitosos siempre; le tememos al fracaso y a los errores y nos dañamos severamente al
enfrentarlos. Es una concepción
equivocada porque en esta dimensión estamos en un proceso de aprendizaje
y, sin excepción, esto quiere decir que tendremos fallas y caídas.
- Si comenzamos
cualquier cosa aceptando esta premisa, buscando aprender rápidamente y
dejar atrás los errores (¿y si los llamas experiencias?), no nos
trataremos mal ni nos llenaremos de pensamientos culpables y
perjudiciales.
- Como tomamos la vida como una lucha, también
luchamos con la negatividad. Por definición, solo la hacemos más grande: lo
que resistes, persiste. Para colmo,
estos tiempos son difíciles, estamos ajustándonos a nuevas Energías,
procesando muchas cosas de las que ni siquiera tenemos conocimiento; nos
cuesta dormir, descansar, manejar las emociones, etc.
- Aprende a tener una
mirada relajada sobre las cosas, desdramatiza, desapégate, observa para
qué están ahí, encuentra un bien mayor, haz tu labor de revelar lo mejor
de ti y de los demás, acepta, perdona, fluye. Es una actitud más femenina, más
abarcadora, integral, afectuosa.
No tienes que ser perfecto, exitoso, delgado, rico
y divino. Ya eres divino: eres un Ser
espiritual transitando una experiencia humana.
Al admitir esta verdad, dejas de luchar contra lo que eres. Ya eres digno de amor, de alegría, de lograr
lo que deseas, de tener relaciones nutritivas.
Reconócelo y trátate bien,
elógiate y mímate, aprende y evoluciona, a tu ritmo y a tu manera. Sé amable.
Publicado por Laura Foletto en 12:47 0 comentarios
martes, 1 de marzo de 2016
Consejos para comunicarte mejor contigo y con los demás
En esta jerga militar en la que nos comunicamos,
son comunes las expresiones que instan a luchar la vida, defender las ideas,
pelear la posición, aguantar el lugar en la retaguardia, etc. Esto hace que terminemos con una actitud
constante de vigilancia y control en medio de un mundo percibido como peligroso
y hostil.
Vivir de esta forma es altamente estresante porque
las palabras construyen mundos. Son el
segundo nivel de creación, luego de las ideas y antes de los actos. Observar nuestra comunicación interna y
externa es muy importante para diseñar lo que deseamos concretar en nuestra
realidad. Voy a dar algunos ejemplos
para reemplazar palabras o frases que nos perjudican:
- Hacer preguntas debilitantes: “¿Por qué nadie me quiere?, ¿Por qué no me
valoran?, ¿Por qué me sale todo mal?”.
Esto genera autocompasión y victimización, además de que reniegas
de tu poder para modificar tu percepción y hacer cambios.
Reemplazo: “¿Cómo me acerco a tal persona?, ¿Qué
puedo aprender de esta situación?, ¿Cómo mejoro mis recursos?, ¿Qué hay de
positivo en esto?”.
Si te haces preguntas empoderadas, tendrás más control y podrás
encontrar actitudes y cursos de acción que te permitan avanzar.
- Usar absolutos: “Todo, nada, nadie, nunca”. Cuando estás
utilizando estas palabras no estás siendo objetivo y te estás aislando en
un mar de términos definitivos y categóricos que no existen.
Reemplazo: En lugar de
“Nadie me presta atención”, di “Pedro y Juan no me prestan atención”. En lugar de “Nada me sale bien”, di “Estoy
enviando CV y todavía no me contestan aunque ya lo lograré”.
Sé específico: ¿quién, cuándo, cómo, dónde?
- Generalizar: es
una variante del anterior y lo usas frecuentemente cuando te está yendo
mal en algún aspecto, dejando que esa parte inunde el resto.
Reemplazo: en lugar de
“Todo es un desastre”, di “En el trabajo me está costando avanzar;
afortunadamente la familia está apoyando”.
Por más que parezca que nada es como te gustaría, el valorar lo que sí
está funcionando te ayuda a superar el momento.
- Dramatizar: es
lo que más te inhabilita para transformarte. Acostumbras emplear un léxico fatalista
y contar las cosas con un histrionismo digno de la mejor telenovela. Crees exorcizar las cosas de esta forma,
pero a la larga solo terminas debilitándote y creando lo que tanto hablas.
Reemplazo: En lugar de “¡No
sabes lo que me pasó, fue terrible, no sé qué voy a hacer, es lo peor!”, di
“Tuve una experiencia extraña, ¿me ayudas a entenderlo?”.
Trata de ser más objetivo, simple, directo y positivo. Sobre todo, háblale a tu Niño Interno, que es
quien te está escuchando. Deja de maltratarlo.
Descubrí hace mucho que,
cuando no quería recurrir a términos destructivos, me servía decir: “¡Qué interesante!”, “Es algo interesante”. De alguna forma, vale para abrir la
experiencia y hallar facetas que beneficien y alienten.
- Negar y separar: hay dos palabritas que son fundamentales y
que te evitan unificar tus experiencias; son “o” y “pero”. Cuando las aplicas, tiendes a negar lo
que afirmas en la primera frase o directamente todo el enunciado. Substitúyelas por “y” y “además”.
Reemplazo: la más común es
“Sí, pero…”, lo cual destruye cualquier cosa que digas aseverar. En su lugar,
di “Sí, además…”. Una paciente decía
“Está todo bien, pero…” y lanzaba una retahíla de cosas con las que no estaba
de acuerdo.
Una de dos: o está mal o está bien y además tienes
algunas disidencias.
En lugar de “No sé si el
problema fue causado por mi desidia o por su empecinamiento”, di “El problema
fue causado por mi desidia y por su empecinamiento”. Generalmente,
las dos cosas son ciertas.
También, funciona para emociones o para encontrar las causas de porqué
algo sucede. Nos
conforma y tranquiliza pensar que algo pasa por una sola razón o que sentimos
una emoción nada más. La verdad es que
somos y ocurre un conglomerado de situaciones y aceptarlas todas es lo
mejor. En lugar de “Me siento triste o estoy
cansada y desilusionada” di “Me siento triste, cansada y desilusionada”, lo
cual es más verdadero.
- Utilizar metáforas militares: cambiar tu aproximación guerrera por una
amable hará mucho por lo que encuentras y cómo lo procesas.
Reemplazo: en lugar de
“Luchar la vida”, di “Vivir/emprender/disfrutar/abrazar la vida”; en lugar de
“Defiendo mis ideas”, di “Expreso mis ideas”; en lugar de “Peleo por lo que
creo”, di “Afirmo lo que creo con mis actos”; en lugar de “Necesito armas para
triunfar”, di “Aprendo recursos para lograr lo que deseo”; en lugar de “Perdí
la batalla”, di “No salió como esperaba pero aprendí tal cosa”.
Busca pensar con términos empoderantes que te brinden soluciones a tus desafíos
y metas.
Amo la palabra
AFIRMAR. Además de que tiene una
connotación positiva, significa mantener una posición, asegurar, garantizar,
declarar, apoyar, consolidar, basar, etc.
Te propongo incorporarla a tu vida y afirmar tu identidad, tus ideas, tu
actitud, tu trabajo, tus relaciones, tu lugar en el mundo. Tu
existencia es una afirmación de tu Alma en esta preciosa Tierra.
Publicado por Laura Foletto en 17:50 0 comentarios
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