❍ Aspectos prácticos:
• Alimentación
lo más natural posible: la mayoría de las comidas industrializadas están
llenas de químicos o productos dañinos.
En la medida de tus posibilidades, trata de que ellos sean la menor
cantidad y retorna a los cereales, verduras y frutas. Toma al menos un litro de agua por día.
• Actividad
física: si deseas caminar, hacer yoga, taichí, danza, lo que prefieras,
hazlo con conciencia; no estés pensando en otra cosa o exigiéndote o haciéndolo
porque “debes”; percibe tu cuerpo, disfrútalo, escúchalo, aventúrate a ir más
allá de las limitaciones, con delicadeza y cariño.
• Peso
adecuado: por supuesto, no tienes que ser un modelo, pero estar por debajo
o por encima del peso conveniente a tu altura y edad sólo te traerá problemas.
• Salud: este cuerpo estará contigo por el resto
de tu vida… ¿es obvio, sí? Sin embargo,
hoy lo tratas como si no te fuera a pasar las consecuencias de tus desatinos el
día de mañana. Llegarán y no serán
buenas. Cuídalo, hazte exámenes, busca
medicaciones y técnicas alternativas, que lo respeten y no sean invasivas,
agradécele cada día que esté sano, fuerte y sensible.
• Aspecto
agradable: te sientes como te ves, esto es una realidad. Si te ocultas debajo de ropas enormes o feas,
si no prestas atención a tu aspecto físico en general, estás mostrándote (y mostrándole
a los demás) lo poco que sientes que vales.
Quizás, no te des cuenta de que ropa interior y medias desgastadas o
rotas manifiestan tu estado
interior. Que una vestimenta ridícula o
estropeada o antiestética proclama más de ti que cualquier otra cosa. No son banalidades: tú eres tú en cada cosa
que haces. Mira programas del tipo “No
te lo pongas!” y aprende a vestirte según tu cuerpo y edad. Visita tiendas de distintos estilos y juega,
prueba diferentes aspectos de ti y diviértete.
No tienes que ser monotemático, puedes tener ropa de acuerdo a tus
múltiples roles y estados de ánimo.
Además, ten un corte y color de cabello adecuados a tu rostro, uñas
arregladas, mantente limpio y saludable.
Haz un cambio exterior para que surja tu brillante interior.
❍ Relación CuerpoMente:
• Vive
en el cuerpo: pareciera una tontería esta afirmación pero tú vives en tu
mente. Realizas todo automáticamente,
mientras piensas en lo que hiciste o vas a hacer o te criticas o te
atemorizas. Mientras tanto, te pierdes
del presente, que es lo único real que tienes.
Así que… respira, siente tu cuerpo: si está cómodo, si necesita un
descanso, si no le gusta una situación o un ambiente, si reclama tu atención a
algún tema con un síntoma o una enfermedad, si precisa contacto con la
Naturaleza, con un mimo, con una persona.
Tócalo, acarícialo, halágalo mientras te bañas, gózalo.
• Presencia
total: ¿has percibido cuán molesto es cuando alguien parece que está ahí
pero en realidad está en otro lado? Tú
lo haces continuamente. Los que más lo
descubren son los niños, por eso demandan presencia, muchas veces con un mal
comportamiento. Deja de volar
inútilmente y baja a tu cuerpo, vive en el aquí y ahora, aprecia las
posibilidades que hay en este momento.
Si crees que el mañana te traerá lo que necesitas, toma nota de que hoy
era el mañana de ayer.
❍ Conexión con tu Alma:
• Es
un templo: obnubilados por siglos de oscurantismo acerca de que el cuerpo
es sucio, perecedero y maligno, no distinguimos que lo degradamos o lo
demonizamos inconcientemente. Por el
contrario, es energía densificada, acoplada a los cuerpos sutiles. Entonces, hónralo y encuentra tu divinidad en
él.
• Relación
cotidiana: tu Alma intenta comunicarse contigo todo el tiempo, a través de
lo que vives en lo habitual. Pregúntate:
“¿por qué/para qué sucedió esto?, ¿qué puedo transformar?, ¿cómo responder más
sabia, serena, amorosamente?, ¿qué aporta mi conducta a Todo Lo Que Es?” Cada momento de tu vida es una constante
oportunidad de aprendizaje y co-creación.
• Silencio:
la estresante y febril actividad de nuestra sociedad es, en el fondo, un escape
superficial del Ego a los reclamos de la Esencia. Procura hacer silencio y escucharla, porque
en la calma está la conexión. Si
necesitas meditar o rezar o caminar o mirar el fuego, hazlo. En algún momento, este enlace debería ser
cotidiano, natural y simple, tan parte de ti como comer. De hecho, es tu verdadera nutrición. Sencillamente, tu cuerpo está en íntima
conexión con tu Alma, en Luz y Amor. No
lo hagas difícil: cree que así es y así será.