Ayer, fui con una amiga nueva al Museo de Bellas Artes. Íbamos a una charla, pero llegué tarde. Como habían apagado las luces, no la pude encontrar. Me quedé un ratito, pero el tema no me interesó así que salí a recorrer el Museo.
Hace unas dos semanas, estuve con la amiga de una amiga porque quería conocerlo, pero fue muy rápido y me quedé con las ganas. “Visité” a mis cuadros favoritos (como “Con hambre y sin trabajo” de de la Cárcova y algunos impresionistas) y pasé a ver los Castagnino. Me atrajeron algunos tormentosos, como los de la foto (es un detalle).
Luego, fuimos a tomar un café (en mi caso, un café con leche con medialunas, costumbre que todavía adoro hacer) y charlamos largamente. Rosa es una mujer de 70 años (perdón… recién los cumple dentro de dos semanas!) que parece de 40 por su dinamismo y buena onda. Vivió 30 años en Colombia, su hijo está en Nueva Zelanda y ella y su marido volvieron a Argentina hace un par de años. Nos conocimos en la gimnasia china. Pinta y ama el arte, como yo.
Acerca de esto, salió un tema que me da vueltas hace rato. Tengo una veta artística que nunca exploré lo suficiente. Picoteé aquí y allá: estudié expresión corporal, comedia musical, danza, decoración de interiores, pintura, canto, escritura… todo cuidadosamente iniciado y prontamente abandonado… aunque tengo una gran facilidad para muchas de estas cosas.
Mi “ideal” es vivir artísticamente. Me gustaría que estas cosas formen parte de mi existencia, como algo natural. Así como me obligué a tener el Blog y los Boletines para tener que escribir y ahora me fascina, podría hacer algún taller de pintura y/o otras artes, aprender a bailar danzas de salón o algo alegre o expresivo, escuchar música con continuidad, leer más, ir a conciertos o museos más seguido, tener un grupo de amigos que estén en esta vertiente (¡esto me encantaría!).
¿Por qué no lo hago? Creo que, entre otras causas, tiene que ver con lo que estoy trabajando últimamente: la plenitud de ser yo. La total y amorosa aceptación de ser yo. Como hablábamos con una paciente esta mañana, nos acostumbramos a vivir a medias y aceptamos (renegando y pataleando, pero aceptamos) lo negativo, la carencia, el maltrato, la rutina, pero, cuando aparece o es posible lo positivo, la abundancia, el amor, la creatividad, lo nuevo… nos parece que no es para nosotros, que no somos suficientes, que… cualquier excusa!
Es lo mismo que me pasa con lo espiritual, aunque esto lo tengo más incorporado. Es una forma de vivir radicalmente distinta a la que llevo, que suscita, revela, logra, desarrolla, alimenta lo mejor de mí.
Rosa me decía: “aprovechá, nena, ¿qué vas a esperar?, ¿a los setenta?, estás bárbara, hacé todo lo que tenés ganas”. En esto estoy, Rosa, en esto estoy…
viernes, 22 de agosto de 2008
Vivir artísticamente
Publicado por Laura Foletto en 16:12
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2 comentarios:
hola laura,
estuve ojeando tu blgo y está bueno!
para mi también es fascinante esto del arte ... lo ando descubriendo recién y me está sorprendiendo!... a veces hago sketches, a veces pinto sobre cristal, a veces hago arcilla ... y pues no lo hago tan mal! (equivocados estaban en la escuela cuando me dijeron que era poco creativa ... y vaya con la educación en aquellos tiempos!)
cariños desde barcelona
:)
lore
Gracias, Lore! Cuanta razón tienes en la educación y sus malas consecuencias: no sos creativa, no podés cantar, no servís para tal o cual cosa. En lugar de propiciar la exploración gozosa se califica (se des-califica), inhibiendo hermosas experiencias. Ojalá todos nos atrevamos a la creatividad, de la forma que sea, salga como salga, simplemente porque nos da placer, alegría, expresión. Besos desde Buenos Aires.
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