Acabo de terminar de ver la ceremonia de los Juegos Olímpicos y me la pasé llorando. ¡Qué asombrosa energía! Ya desde el comienzo, con los tambores tocando al unísono, sentí en mi corazón “TODOS SOMOS UNO” y eso se fue repitiendo a lo largo de cada increíble y perfecta escena que nos regalaron los 16.000 participantes.
Me surgía “Gracias, gracias, gracias” continuamente. Al final, cuando se encendió la llama olímpica, de una manera tan original y hermosa, no pude menos que sentir que el Fuego del Espíritu está aquí para iluminarnos y guiarnos. Que cada uno encienda su propio fuego y, entre todos, generemos la Luz que esta maravillosa Tierra merece.
Este Portal ha tenido el más poderoso brillo. Lo siento latiendo y resplandeciendo en mí.
viernes, 8 de agosto de 2008
Fuego Olímpico
Publicado por Laura Foletto en 13:20
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