En estos días, se dio con algunos pacientes una pregunta recurrente: si todo ya está planeado antes de nacer en esta vida, ¿adónde está el libre albedrío?, ¿para qué molestarse si yo no decido nada?
En realidad, que hayamos esbozado ciertos acontecimientos con quienes serían nuestros padres, hijos, parejas, gente importante, no significa que los cumplamos una vez aquí. Como todo proyecto, podemos alterarlo en el transcurso de su concreción. Por ejemplo, alguien planifica con su madre que ella va a morir muy joven, así tendrá cierto tipo de experiencias que lo hará fuerte y confiado. Pero, en lugar de ello, se deprime para siempre y ese proyecto queda inconcluso… hasta la próxima encarnación.
Tal como está la tendencia que hemos elegido como humanidad (y que, espero, comencemos a cambiar), la hemos hecho mucho más difícil de lo que debía ser. Así que, es bastante duro continuar determinada planificación en esta tercera dimensión. Por eso también somos tan amados y reconocidos. Pero, es bueno saber que no necesitamos tantas terribles pruebas y, ni siquiera, tantas mediocridades.
Por otra parte, ¿quién propuso esos planes? Nosotros, junto con nuestros guías, en otra dimensión. Siempre somos nosotros los que creamos la vida, las oportunidades, las vivencias. Incluso podemos cambiar lo concebido por otros objetivos más plenos y felices. Sólo es necesario comprender y transformarse. Es más, en estos tiempos, eso es lo más común. Las posibilidades están: ¿las usarás?
viernes, 29 de agosto de 2008
Vidas pasadas/presentes/futuras: es decir, hoy
Publicado por Laura Foletto en 20:22
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