Amo los árboles. Los llamo "mis hermanos". Los escucho. Son parte de mi vida.
"Un árbol dice: mi fuerza es la confianza. No sé nada de mis
padres, no sé nada de miles de retoños que todos los años provienen de mí. Vivo
hasta el fin del secreto de mi semilla, no tengo otra preocupación. Los árboles
tienen pensamientos dilatados, prolijos y serenos, así como una vida más larga
que la nuestra. Son más sabios que nosotros, mientras no les escuchamos. Pero
cuando aprendemos a escuchar a los árboles, la brevedad, rapidez y
apresuramiento infantil de nuestros pensamientos adquieren una alegría sin
precedentes. Quien ha aprendido a escuchar a los árboles, ya no desea ser un
árbol. No desea ser más que lo que es..."
Herman Hesse
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