¿Lo que hacemos nos lleva a lo que deseamos? Frecuentemente, pregonamos hermosas metas o
actitudes que decimos querer conseguir, pero luego las desdecimos con lo que obramos.
Saber algo o hablar sobre algo no lo hace realidad. La única transformación verdadera se produce
cuando nos responsabilizamos por nuestros actos, cuando hacemos algo distinto
del repetitivo comportamiento automático, cuando salimos de la comodidad y nos
atrevemos a lo nuevo, aún con miedo, inseguridad y desconocimiento.
Damos excusas varias (no tengo tiempo, no tengo dinero, no
tenga voluntad, no tengo…), pero son sólo eso, excusas. Lo real es que todo comienza pequeño, simple,
semillita, abriéndose paso con paciencia y constancia, sin heroísmos ni dramas,
con la fuerza de la esencia que ama crear y encuentra los medios para lograrlo.
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