Osho sostenía que, cuando estamos dependientes de algo, lo mejor era sumergirse totalmente en ello, para que pierda el poder que tiene sobre nosotros: lo contrario de vivir acosado por la prohibición o el rechazo. Es una muy buena sugerencia para los neuróticos comunes (comos somos todos), aunque no sé si tanto para las personalidades adictivas, aunque puede ayudar.
¿Cómo se hace? Saboreando intensamente lo que nos atrapa, porque justamente eso es inconciente y compulsivo, ya sea comer, fumar, beber o incluso una persona o una actividad. Si comenzamos a ser plenamente concientes de cada vez que lo hacemos o que pensamos en ello, nos daremos cuenta de cómo es, qué produce en nosotros, qué permite tapar o evitar y así el efecto disminuirá o desaparecerá.
Todo tiene efectos físicos, a nivel de los neurotransmisores. Por ejemplo, tragar sin identificar los sabores, las texturas, las temperaturas, los olores hace que coma indiscriminadamente y mucho, a la vez que calma el vacío, la ansiedad, el temor, la baja autoestima, pero no remedia nada de eso. Si como con conciencia, no sólo consumiré menos y mejor sino que también podré identificar para qué lo hago y ya tendré elementos para solucionarlo. Asimismo, esto sirve para el apego a personas o situaciones.
Últimamente, he tenido mi dosis de inmersión en la comida, la televisión, la pereza, el divague mental, la falta de actividad física. Estoy llegando al punto de saturación, al ver las consecuencias en mi cuerpo y en mi vida. Observé muchas pautas. Estoy tomando las medidas para solucionarlas. Les agradezco lo que me enseñaron.
sábado, 5 de mayo de 2007
Nadar en aguas turbulentas
Publicado por Laura Foletto en 21:13