Hablando de abundancia y otras yerbas con una amiga, salió de nuevo el tema del miedo a tener dinero, trabajo, influencia, conexión, amor, lo que, en el fondo, es todo lo mismo en mi caso.
Hace mucho que sé que una de mis lecciones es unir el mundo material con el espiritual (es el de todos, en realidad), pero el tema es fuerte en mí y tiene que ver con poder vivir de mi trabajo (y con miles de años de prejuicios y experiencias anteriores). Aunque lo tengo claro, las limitaciones que comenté ayer y, sobre todo, el miedo a “perderme” en lo material han obrado como frenos para conseguirlo: ¿cuánto es suficiente?, ¿cómo usar sabiamente lo que se me da? y otras preguntas rondan mi cabeza. Una parte mía dice que ya maduré lo suficiente como para saber manejar el poder del dinero.
Otro tema es saber si tengo la energía suficiente como para abarcar todo lo que sueño. Una parte mía dice que las cosas se irán desplegando en la medida en que yo pueda y así iré acrecentando mis capacidades.
Oooootro tema: si continúo evolucionando hacia niveles cada vez más altos, ¿no me alejaré de los que tengo alrededor?, ¿no veré lo que otros consideran importante como algo menor?, ¿no perderé contacto con lo cotidiano? Con respecto a esto, mi dúo “Duda + Escepticismo” ha resultado eficaz para no creérmela y tener los pies en la tierra, pero también no me deja tirarme de cabeza al misterio. Una parte mía dice que estoy preparada para hacerlo.
¿Y si le hago caso a “esa parte mía”? A mi alma, digo…
lunes, 28 de mayo de 2007
Esa parte mía
Publicado por Laura Foletto en 20:01
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