Temprano a la mañana, estaba haciendo gimnasia china en una plaza (diferente a la de siempre, que está en arreglos). Al final, hacemos unas danzas realmente muy lindas, con una música preciosa.
Me llamó la atención la gente. Pasaba con la vista clavada en el piso, o miraba de reojo y seguía perdida en sus pensamientos, o se reía de lo que no entendía. Sólo un par de personas se quedó unos momentos mirando lo que hacíamos.
Esta es la actitud general de muchos: viven en su propia burbuja de preocupación e indiferencia hacia el entorno y, si les preguntas cómo es su vida o la vida, muy probablemente responderán que es aburrida, dura, triste, agresiva o algo por el estilo. No pueden salir del círculo vicioso que han creado y extenderse a otras posibilidades.
Puede parecer tonta esta reflexión: ¿qué tiene que ver unos bailes chinos con esto? Lo que pienso es que la Vida nos llama la atención todo el tiempo, nos da golpecitos en el hombro para que despertemos y veamos que es un milagro constante, que está llena de hechos pequeños y maravillosos que nos instan a cambiar de actitud, a abrirnos al misterio o, al menos, a poner una sonrisa en la cara y disfrutar de un grupo que se levanta temprano y danza en el frío (muchos de avanzada edad, lo cual, de por sí, es un canto a la vida).
Al dar por sentado que algo es así y punto, ¿cuánto me estoy perdiendo?, ¿qué oportunidades se me escapan?, ¿qué placeres estoy desaprovechando?, ¿a quiénes no conoceré?, ¿qué vida estoy desperdiciando?
jueves, 24 de mayo de 2007
Danzas chinas
Publicado por Laura Foletto en 20:33
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