Cuando estamos tratando de incorporar (palabra clave!)
nuevas actitudes, muchas veces no sabemos cómo hacerlo y tendemos a tirarnos a
la pileta (sin agua). Así, ante el
choque, nos desanimamos.
Imagina que eres un actor, que tienes un nuevo papel. En principio, trata de encontrar de qué
formas ese rol está en tu vida, quizás como algo muy débil, pero seguramente
algo de él tienes. Búscale posturas
corporales, modos de comunicarse (¿cómo diría tal cosa, qué palabras usaría,
con qué tono de voz?), momentos propicios, incluso ropas y peinados si te
atreves. Ensaya mucho solo. Observa cómo lo hacen otras personas, no para
copiarlas, sino para inspirarte (sé verdadero). Luego, vienen las primeras representaciones. No te juzgues severamente ni te eches para
atrás si no sale muy bien (cosa que seguramente sucederá: estás probando). Poco a poco, lo irás logrando.
Recuerda: no estás creando algo de la nada. Todo está en ti. Encuéntralo.
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