Salí a caminar un rato por el barrio y me fui para un lugar muy lindo por el que hacía rato no pasaba. Me detuve frente a unos árboles enormes con flores lilas, muchas de las cuales se habían caído, así que el suelo estaba cubierto de ellas. El sol se iba poniendo entre otros árboles de un verde increíble. Me tiré al suelo y me sorprendieron un montón de pequeños picaflores como hacía tiempo no veía, más otros pájaros, con un canto precioso, que se respondían de un árbol a otro.
Me vinieron temas que estoy “elucubrando” mucho en estos días y, en un momento, pedí que me enviaran una señal con una flor o una hoja que cayera sobre mí. No pasó nada y me senté. Abrí la cartera y me puse a mirar unas nuevas tarjetas comerciales que había diseñado y hecho imprimir… y me cayó una semilla en el hombro… que me pegó fuerte!... ¿querías señales?... ¿es suficiente?... me largué a reír… ¡gracias!
Después, me fui a caminar para el lado contrario al que voy siempre y descubrí un parque recién inaugurado magnífico: bello, muy cuidado, casi desierto.
Regalos de la Vida al abrirme a algo nuevo… señales… la apertura trae consigo sus recompensas…
sábado, 9 de febrero de 2008
Caminos nuevos
Publicado por Laura Foletto en 21:30
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2 comentarios:
Laura.... Que Hermoso!!! te mereces esas señales.
gracias por acompañarme y eneñarme a abrirme, a flotar, a soltar y dar pasos importantes en mi vida.
Anabella
¡Gracias, Anabella!
Como te digo siempre, la terapia es un camino de ida y vuelta, en el que ambas nos espejamos y evolucionamos. Como psicóloga que sos, creo que eso es algo precioso para compartir.
Desde mi lado, es gratificante y hermoso tener una paciente que se involucra y que tiene un alma bella como su nombre.
Te quiero.
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