domingo, 3 de febrero de 2008

Culturas

Viajando en el tren, leyendo un diario, una señora mayor, muy agradable, comenzó de pronto a hablarme. Empezó con el tiempo, las cosas usuales, y luego me cuenta que en Santiago del Estero (de donde ella es), la última que fue a visitar a sus parientes, estaban pasando cosas muy raras. Entre ellas, que un río se había secado en una parte por las enormes piedras que lo habían taponado, producto, entre otras cosas, de la deforestación (“a la gente sólo le interesa la plata, la plata”). El agua, impedida de continuar, estaba inundando un poblado. “El río es como una vida. Cuando no puede seguir, busca y busca hasta que encuentra de nuevo su cauce”, me dice.

Después, me habla de su hijo, que es “muy mamero”, está todos los días pendiente de ella. Cuando estuvo enferma, él se puso muy mal. “Todos estamos de paso”, le recordó, pero “él no madura”, me dice con un gesto resignado.

Tiene otra hija, que estuvo “casi loca” porque se murió un hijo de 20 años. Estuvo internada en un neuro-psiquiátrico “horrible”, encadenada, porque decía que él estaba vivo y la venía visitar de noche. Ella fue y le dijo: “tu hijo está muerto y es cierto que viene de noche. Viene para decirte que está bien y que lo dejés ir. Vos lo estás reteniendo y él quiere ser libre”. Me cuenta: “no sé de dónde saqué las fuerzas ni esas palabras, pero ella las entendió y se fue esa misma noche. Los médicos no entendían nada”. En eso, llegamos a la Terminal y ella se levantó y se fue, sin saludarme, tan bruscamente como comenzó a hablarme.

Yo estaba leyendo el suplemento cultural de un diario. Tuve una lección de cultura de otro tipo. Salí muy renovada del tren.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me siento muy afortunada de valorar, apreciar ,entender y agredecer las lecciones(...de cultura)que nos ofreces día tras día invitándonos a la reflexión,al cambio, a la observación...
Releyendo el blog ,y observándome en la vida cotidiana me pregunto porque según qué circunstancia o situación me pongo la máscara del enojo o la máscara de la agresividad o la máscara de la victimización porqué me aferro a lo "seguro", a lo "conocido"...hace unos días me han dejado un libro que considero muy revelador (para leer muy,muy despacito,sintiendo lo que escribe )¡Qué "casualidad! la autora es una mujer terapeuta argentina que se llama Laura (Laura Gutman):"CRIANZA,VIOLENCIA INVISIBLES Y ADICCIONES",
me está aportando pistas, luz,claridad para mi biografía humana.

Saluditos desde Asturias.
Mariló