Natalia, en su comentario del post anterior, agrega una dimensión muy interesante: lo que captamos del ambiente sin procesar debidamente. Es cierto que nos encontramos de pronto tarareando canciones llenas de negativismo, victimizaciones, frustraciones varias, que contribuyen a hacernos sentir mal.
Hoy, más que nunca, es necesario tomar conciencia de lo que dejamos entrar, en todo sentido. Lo que comemos, lo que escuchamos, lo que vemos, a lo que adherimos, adonde vamos. En la inconciencia, múltiples estímulos se agregan a lo que ya portamos y terminamos cargando una mochila plagada de tóxicos.
En la elección está la libertad. Elijamos lo que nos sirve, lo que nos eleva, lo que moviliza el alma, no el Ego.
domingo, 31 de enero de 2010
Alimentos tóxicos
Publicado por Laura Foletto en 21:13
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