Leo en el TAO DE LOS LÍDERES, de John Heider:
“Cuando me desprendo de lo que soy, llego a ser lo que podría ser. Cuando me desprendo de lo que tengo, recibo lo que necesito. Estas son paradojas femeninas o Yin:
- Sometiéndome, permanezco.
- El vacío está lleno.
- Cuando me entrego, soy más.
- Cuando me siento destruido, crezco.
- Cuando nada deseo, todo viene a mí.
¿Has luchado alguna vez por obtener trabajo o amor y por último, rendido, descubriste que el trabajo y el amor estaban junto a ti? ¿Quieres ser libre e independiente? Confórmate a la ley de Dios; de todas maneras, así ocurrirá. Así es la sabiduría de lo femenino: despréndete para lograr. El líder sabio lo demuestra”.
“Es un error creer que el gran líder está sobre los demás. Paradójicamente, la grandeza viene del conocimiento de la humildad, del vacío, de la receptividad y de la disponibilidad al servicio.
Imagina que la fuerza de la vida es como el agua en un río y en el mar. El mar, más grande que el río, yace debajo, abierto y receptivo. El río, atareado y turbulento, entra en el mar y es absorbido y transformado.
O imagina que el líder representa lo femenino y yace debajo, abierto, vacío y receptivo. El grupo representa lo masculino, encima, tenso y lleno. Lo femenino recibe a lo masculino y absorbe la vibración masculina. Pronto lo femenino rodea a lo masculino; lo masculino se desgasta, se ablanda, se resuelve.”
“Toda la Creación consiste en polaridades. La polaridad fundamental de la Creación se llama Más/Menos, Yin/Yang, Femenino/Masculino. Esta polaridad fundamental se autofertiliza. Es una matriz andrógena que lo produce todo. ”Todo” me incluye a mí. Soy un proceso consistente en polaridades, que se desarrolla conforme a un solo principio. Soy un hijo de Dios. Provengo de la Matriz de la Creación. Este conocimiento me da estabilidad.
Si yo pusiera mi fe en una persona o un credo no tendría estabilidad. La gente, las cosas y los credos van y vienen y cambian con el tiempo. Viviría con el temor de que lo adorado se perdiera o que la persona obedecida muriera o el credo reverenciado se alterara. Luego, mi compromiso es con el principio único.
Al mirar a una persona, puedo ver en ella tanto al principio como al proceso. Puedo verlos en funcionamiento. Del conocimiento de cómo funcionan las cosas, conozco también la importancia de mantenerme flexible. Todo lo que crece es flexible. Toda fuerza duradera es flexible.
También sé que mi compromiso con el principio y el proceso significa que no temo morir. Nada tengo que perder. Sé que soy un aspecto de lo Eterno. Mi hogar es la Matriz de la Creación. Morir es volver a casa.”
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