Hoy, una paciente me decía que ya había cumplido sus metas y que no sabía qué hacer ahora.
Tendemos a separar lo Humano y lo Divino. En general, nos ponemos objetivos en lo mundano: estudiar, trabajar, tener una familia, comprar la casa y el auto, progresar. Raramente, nos proponemos intenciones de desarrollo personal y espiritual. Así, lo que conseguimos pocas veces nos brinda verdadera satisfacción.
Sería mejor poner el caballo adelante del carro: venimos aquí a crear y ser felices. ¿Cómo lograrlo? Eso depende de las capacidades, deseos, intereses, crecimiento personal de cada uno. Lo que hagamos afuera (los estudios, la profesión, la pareja, los amigos, la prosperidad, etc.) tiene que estar en concordancia con lo que decidimos adentro. Así, todo será más simple, expansivo, placentero, formativo tanto para uno como para los demás.
martes, 6 de mayo de 2008
Adentro y afuera
Publicado por Laura Foletto en 19:20
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