Con el propósito de brindar recursos para alinearnos con estos nuevos
tiempos, he editado tres ejercicios de Jennifer Hoffman (canalizadora del
Arcángel Miguel) en uno solo. Los he hecho y se los he dirigido a mis
consultantes durante años, porque son básicos y sumamente beneficiosos, pero
aquí están claramente expresados así que aprovecharé su explicación.
Sería útil que los grabes y los escuches, hasta que te sea tan fácil que los
realices en un momento, cuando los necesites o los desees.
Explicación de los tres ejercicios:
Ejercicio 1: Ejercicio de enraizamiento para volver a tu centro.
Con él, podrás traer la energía de la Tierra y de la matriz cristalina a
tu cuerpo y, con la combinación de ambas, podrás crear un escudo protector de
energía de luz equilibrada y arraigada. Puedes realizar esta meditación siempre
que te encuentres estresado, ansioso, preocupado, enfadado, o si sientes que
has perdido el equilibrio.
Ejercicio 2: Ejercicio de expansión del campo de energía
Con este ejercicio, aprenderás como expandir tu campo de energía, porque con un campo expandido de energía podrás recibir más energía de frecuencias más elevadas. Cuanto más grande puedas hacer tu contenedor energético, al aprender cómo expandir tu campo de energía, más fácil te será recibir energía y manifestar aspectos mayores de tu potencial, porque podrás acceder a nuevas frecuencias energéticas y vibraciones que harán posibles nuevas oportunidades.
Con este ejercicio, aprenderás como expandir tu campo de energía, porque con un campo expandido de energía podrás recibir más energía de frecuencias más elevadas. Cuanto más grande puedas hacer tu contenedor energético, al aprender cómo expandir tu campo de energía, más fácil te será recibir energía y manifestar aspectos mayores de tu potencial, porque podrás acceder a nuevas frecuencias energéticas y vibraciones que harán posibles nuevas oportunidades.
Únicamente podemos trabajar con la energía que se corresponde en
frecuencia y vibración con nuestra propia energía, y siempre al mismo nivel que
nuestro propio potencial. Por lo tanto, en ningún caso vas a trabajar con
energías con las que no estés familiarizado o con las que pudieras sentirte
incómodo.
Ejercicio 3: Afirmación para la activación del Poder Divino
“Yo soy divinamente guiado. Yo estoy conectado, estoy seguro y protegido
en todos los sentidos, en todas las cosas.” Analicémosla ahora con detenimiento:
-
“Yo
soy”. No se trata simplemente del comienzo de una frase. Cada vez que decimos
“Yo soy”, se inicia un movimiento de energía. Por lo tanto, sea lo que sea que
digamos a continuación de “Yo soy”, estaremos iniciando un movimiento en esa
área; es importante que utilicemos esas palabras con atención.
-
“Divinamente
guiado”. Aquí, el término “divinidad” se refiere a la totalidad, más que a la
sacralidad o a lo sagrado. No se trata de tener que ser especiales, de tener
que estar absolutamente conectados con la Fuente o entregados a lo sagrado.
“Divino”, en realidad, quiere decir que el centro espiritual se ha activado, de
manera que podamos incluir nuestra divinidad en nuestro yo humano. Así, dejamos
de vernos únicamente como un ser humano que hace, para conectar también con la
parte de nosotros que es espiritual. Nuestra guía divina no nos dice lo
que debemos hacer; siempre actúa dentro del marco de nuestro libre albedrío.
Por consiguiente, al decir “divinamente guiado”, afirmamos que, al avanzar
hacia adelante, las intuiciones y mensajes que nos llegarán serán la combinación
de nuestro libre albedrío humano junto con el aspecto divino que todos llevamos
dentro.
-
“Yo
estoy conectado”. Significa que siempre existe una conexión entre tú y Dios, la
Fuente, o como quieras llamar al Creador del Universo. Y esa conexión no puede
romperse, aunque la ignoremos o no le prestemos atención alguna; siempre
recurriremos a ella en los momentos de necesidad, cuando queramos pedir
ayuda. Sin embargo, es mejor que mantengamos esa conexión de manera
fluida y continua, para que siempre podamos recordar que nuestra guía interna
se encuentra a nuestra disposición, que es parte de nosotros y que se activa
gracias a esa conexión.
-
“Seguro
y protegido”. Cuando nos mantenemos conectados y recordamos nuestra guía
divina, nos sentiremos seguros, a salvo, y sabremos que alguien cuida de
nosotros. De nuevo, nuestra guía divina siempre respetará nuestra libertad de
elección y no actuará sin nuestro consentimiento: su único propósito es el de
ayudarnos durante nuestro viaje. También tendremos protección espiritual si la
pedimos y decidimos usarla. Quizá su finalidad no consista exclusivamente en
ocuparse de que jamás nada nos haga daño, aunque sí puede impedir que nos
perjudiquemos a nosotros mismos. Esto no significa que podamos utilizarla como
excusa para hacer cualquier cosa. Más bien se encargará de que, ante cualquier
situación, y ocurra lo que ocurra, dispongamos de las herramientas y los
recursos necesarios que nos ayudarán a encontrar el camino para salir adelante
de la mejor manera posible.
-
“En
todos los sentidos”. El Universo nunca juzga; no le importa si necesitas un
vaso de agua porque tienes sed o si necesitas una nueva casa porque necesitas
un lugar donde vivir. Olvidamos que, en un Universo que no juzga, todas las
cosas tienen la misma relevancia y son igualmente importantes. Por tanto,
recuerda que estás a salvo y estás protegido, que eres guiado y ayudado de
todas las maneras posibles. Eso significa que, cuando te permitas hacer
milagros, todo será posible para tí y que todos los caminos te ayudarán a hacer
realidad tus intenciones y ponerlas a tu alcance.
-
“En
todas las cosas”. En todas las cuestiones y aspectos de nuestra existencia.
Nada es demasiado mundano o demasiado importante; la energía que vamos a
activar dirigirá toda nuestra vida, y estaremos seguros de que nuestra
intención más elevada siempre se cumplirá. En todas las cosas quiere decir en
absolutamente todo. No olvides pedir guía y dirección, de utilizar todos
tus recursos espirituales en cualquier área de tu cotidianeidad en que te
sientas incómodo, tengas dudas o temores. La energía y las leyes
universales lo abarcan todo; nada es demasiado insignificante y no hay nada que
no pueda resolverse desde el plano espiritual.
Digo esta afirmación todos los días, cien veces al día. La canto como
una canción, me la repito mi misma para recordarme que soy divinamente guiada,
que estoy segura y protegida en todos los sentidos, en todas las cosas.
EJERCICIO DE ENRAIZAMIENTO, EXPANSIÓN DE ENERGÍA Y
AFIRMACIÓN
-
Siéntate
con la espalda recta, con los pies bien asentados en el suelo y las manos
suavemente apoyadas en el regazo.
-
Toma
una inhalación profunda y comienza a relajarte, con la intención de enraizar,
centrar y equilibrar tu energía.
-
En la
siguiente inhalación, vas a sentir la Tierra bajo tus pies. Imagina que
unas raíces salen de la planta de los pies para adentrarse en el interior de la
Tierra. A través de esas raíces, vas a traer la energía de la Tierra hasta los
pies, las piernas, hasta las caderas, el vientre, hasta llegar a tu centro del
corazón.
-
Haz una
pausa y, al exhalar, imagina un rayo de luz de la longitud de tus brazos que
comienza a rodearte, por delante y por detrás. Puedes hacer el rayo tan
grande o tan pequeño como desees; puede ser como una línea delgada que creas a
tu alrededor o como una inmensa esfera que te cubre completamente.
-
En la
siguiente inhalación, lleva la atención a la coronilla y puedes imaginar que se
abre tanto como desees. Visualiza entonces la matriz cristalina, esa red
energía que se encuentra por encima de tu cabeza, imaginando que vierte su
energía hasta tu coronilla, y que va descendiendo por tu cabeza, tu cara,
cuello, hasta llegar al centro corazón, en el centro del pecho.
-
Haz una
pausa durante unos momentos, y con una larga exhalación, imagina que sale de tu
corazón un rayo de luz de la longitud de tus brazos y que te envuelve
completamente en un círculo que, de nuevo, puede ser tan pequeño o tan grande
como quieras imaginar.
-
En la
siguiente inhalación, imagina que entra por tus pies la energía de la
Tierra, al mismo tiempo que la energía de la matriz cristalina entra
por la coronilla, y visualiza como ambas se reúnen en tu corazón. Al exhalar,
visualiza de nuevo el rayo de luz de la longitud de tus brazos que te envuelve
completamente en una esfera, tan grande o tan pequeña como desees. Puede ser
diminuta, como un pequeño donut, o como un inmenso capullo de protección que te
rodea.
-
Siéntete
como el punto de encuentro entre la matriz cristalina por encima de tu cabeza y
la Tierra bajo tus pies. Realiza cualquier ajuste que consideres necesario para
que tu energía esté perfectamente equilibrada y centrada, y para que tu parte
humana y tu parte divina estén en armonía, lo material y lo espiritual, la
tierra y el cielo.
-
Vuelve
tu atención a la coronilla y permite que siga fluyendo energía hacia tu
corazón, hasta que lo sientas muy brillante y completamente expandido. Inhala y
exhala, y al inhalar, sigue permitiendo que llegue más y más energía hasta el
corazón. Continúa llenándolo, hasta que tengas la sensación de que ya no
podrías añadir ni un milímetro más de luz.
-
Una vez
que tu corazón esté repleto de luz, al exhalar, vas a expandir esa energía por
todo tu cuerpo. Siente cómo llega hasta tu cabeza, tus oídos; cómo baja por tu
cuello, por tus brazos, y sigue descendiendo por tu pecho, tus caderas,
rodillas, hasta llegar a los pies. Recuerda inhalar y exhalar profundamente todo
el tiempo.
-
Cuando
tengas la sensación de que todo tu campo está repleto de luz y brillante, vas a
proyectar parte de esa energía hacia el exterior con la siguiente exhalación.
Al principio, puedes hacerlo despacio, como explorando el terreno,
expandiéndola tan sólo aproximadamente a un metro de distancia de tu cuerpo.
-
Imagina
que la energía va tomando la forma de una inmensa burbuja de luz que te rodea
por delante, por detrás, por arriba, por debajo y también a los lados, siempre
a la distancia aproximada de un metro.
-
De
nuevo, toma aire, y al exhalar, vas a expandir la energía un poco más allá, de
manera que abarque también la habitación donde te encuentras en este momento.
Continúa empujando la energía hacia afuera, hasta que llene completamente toda
la habitación. Si tenemos la sensación de que necesitas más energía,
simplemente, abre más el Chakra de la corona y permítete recibir más energía de
la matriz cristalina.
-
Toda la
habitación se está llenando de luz porque tu campo de energía está expandido y
llega a alcanzar poco a poco el mismo tamaño que la habitación.
-
A
través de la respiración, aprovecha la exhalación para continuar enviando
energía a tu campo y expandirlo más aún, hasta que llegue adquirir el
tamaño de la casa o edificio donde te encuentras.
-
Al
inhalar, continúa atrayendo energía hacia ti desde la matriz cristalina para
que, en la próxima exhalación, tu campo llegue a adquirir el tamaño de todo tu
vecindario.
-
Inhala
de nuevo para tomar aún más energía de la matriz cristalina, y lograr así
expandir tu campo hasta que cubra completamente toda tu ciudad.
-
Vuelve
inhalar para recoger más energía aún de la matriz cristalina, y expande tu
campo en esta ocasión hasta que abarque todo tu país o tu continente.
-
Inhala
una vez más para absorber energía de la matriz cristalina desde la coronilla, y
expande ahora tu campo hasta que englobe a toda la Tierra y tú puedas
visualizarte siendo tan grande como ella, en mitad del universo, observando al
resto de los planetas y las estrellas.
-
Nos
queda todavía un paso más. Esta vez, toma una inhalación aún más profunda, con
el fin de absorber toda la energía que puedas de la matriz cristalina, y vas a
visualizarte expandiéndote hasta llegar a ser tan grande como el Universo, tan
inmenso como quieras imaginarlo.
-
Quiero
que experimentes qué se siente cuando tu energía es tan grande, que sensaciones
te trae esta experiencia. Si no has conseguido expandirla hasta alcanzar el
tamaño del Universo, no importa. Toma conciencia únicamente de hasta dónde has
llegado, en qué punto te has detenido.
-
Una vez
que este proceso se ha completado, vas a comenzar a encoger y a comprimir toda
esa energía, valiéndote de la imagen de una bolsa que se va desinflando y
se va quedando sin aire. Toda esa energía expansiva va a condensarse y a
comprimirse hasta que, al final, llegue a estar contenida en un campo muy
pequeño.
-
Ve
recogiendo esa energía, sintiendo cómo se encoge. Pasa primero desde las
proporciones inmensas del Universo a adquirir el tamaño de la Tierra. Después,
se reducirá al tamaño de tu continente, al tamaño de tu país, de tu ciudad, de
tu vecindario, de tu casa, tu habitación, hasta alcanzar el tamaño de un metro
alrededor de tu cuerpo. Y, a medida que traes toda esa energía de vuelta hacia
ti, vas a imaginar que se concentra en el espacio del corazón, en el centro de
tu pecho.
-
Permite
que tu campo vuelva adquirir un tamaño que te resulte cómodo y regresa poco a
poco a tu cuerpo y al punto de partida, cuando tu corazón estaba lleno de luz.
-
Ahora,
tu inmenso campo expandido de energía se encuentra comprimido, almacenado y
siempre a tu disposición en tu corazón, desde donde siempre podrás usarlo. En
lo sucesivo, tu corazón será tu centro de energía.
-
Parte
del proceso de Ascensión consiste en ir trasladando paulatinamente nuestro
centro de energía desde alguno de que los chakras inferiores (primero, segundo
o tercer chakra) hasta el espacio más elevado del corazón. Y, ahí es donde se
centra tu energía ahora.
-
Inhala
y exhala profundamente por última vez mientras, poco a poco, vas cerrando la
conexión del chakra corona.
-
Al
abrir los ojos e ir regresando a tu cuerpo, comprobarás que sientes tu
energía más ligera, más brillante y expandida. Y, ahora, toda la
expansión de tu campo energético se encuentra concentrada en tu corazón, donde
podrás hacer uso de ella en todo momento.
-
Di: “Yo
soy divinamente guiado. Yo estoy conectado, estoy seguro y protegido en todos
los sentidos, en todas las cosas.”
Jennifer Hoffman
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