“Un pájaro posado en una rama nunca tiene miedo de que la rama se rompa,
porque su confianza no está en la rama sino en sus propias alas”. ¿Hermoso, sí?
¿Lo aplicamos?
Acostumbramos llenarnos de excusas acerca de cómo las situaciones
externas nos impiden ser o hacer, pero no ponemos el enfoque en que la
confianza en nosotros es lo que verdaderamente lo logrará.
¿Cómo aprendes a confiar? ¿Cómo
aprendiste a caminar? Caminando… cayendo
muchas veces hasta que tus piernas se fortalecieron y tu sentido del equilibrio
se afinó lo suficiente. Comienza ahora: “Yo
confío en mí y en que todo es para mi mayor bien y aprendizaje. Yo soy
divinamente guiado y protegido”.
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