A veces, tengo episodios de presión ortostática. Cuando cambio bruscamente de posición (sobre todo si estoy agachada y me levanto), me baja mucho la presión, a punto de casi desmayarme. Aprendí a controlarlo respirando.
El lunes, viajando en tren, estaba ensimismada leyendo y, de pronto me doy cuenta de que ya estaba llegando a la estación en que me bajaba. Me levanté apresurada y me bajó la presión. Mientras respiraba, tomada de un pasamanos, me daba la impresión de que estaba reagrupando mis átomos, recordándoles quién y cómo era yo y adónde estaba. Esto, que parece loco, es en realidad lo que hacemos todos los días cuando nos despertamos... ¿no es loco realmente? :-)
2 comentarios:
Tan loco y tan cierto. Besos alados.
Volemos en la certeza de esta locura! :-)
Besos luminosos.
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