Hace tiempo, en la revista Humor, salía una historieta llamada “Las puertitas del Sr. López”. Era un pequeño hombrecito, dominado por su esposa, su jefe, por todos. Su evasión era imaginar otros mundos, en los que era el héroe y sucedían cosas extraordinarias, al abrir alguna puerta.
Muchos, sin conocer al Sr. López, tienen su sueño. Algunos, lo dejan en la fantasía. Otros, verdaderamente quieren concretar lo que desean, pero dudan de qué puerta abrir. Creen que deben esperar a “LA PUERTA”, ésa que los llevará a la meta tan deseada. Así, se congelan en las dudas, las exigencias, la frustración, los temores… ¿cuál será, cuándo vendrá, quién me ayudará? Y siguen esperando…
Lo que no se dan cuenta es que “LA PUERTA” está detrás de “las puertitas”. En la medida que no tomen acción, nada pasará. La solución está en abrir alguna puerta. Y que ella los lleve a otra y a otra y a otra, hasta LA PUERTA.
Lo que los retiene es: ¿cuál es la correcta? No hay correcta. El camino ya está trazado (aún antes de entrar a este cuerpo). Entonces, el tema es atreverse a caminar, confiando en que las puertitas los irán llevando, una a una, adonde el sendero los lleve. Quizás, hasta no haya ninguna PUERTA sino una sucesión de puertitas maravillosas, que los conectan con… ellos mismos.
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