Hace poco, leí en una canalización acerca de los miedos ocultos de los que hemos sido los precursores de los Índigos y, por supuesto, de los adolescentes y niños actuales. Se trata de una sensación secreta de que no somos suficientemente capaces, que no sabemos lo necesario, que no tendremos éxito, que seremos ridiculizados o no respetados o amados. Cualquier mínimo incidente (un rechazo, una crítica, una falla) es suficiente para disparar estos temores y adoptar un comportamiento de aislamiento, sin importar la consideración de otros que nos crean exitosos o competentes.
Toda mi vida he tenido que afrontar estos miedos, que no tienen un asidero real en mi experiencia actual sino que vienen de otras encarnaciones o de mi condición. Sea como sea, así como son limitantes también son desafiantes y me han obligado a ser más fuerte y sabia.
Comparto esto porque sé que hay muchos índigos entre los que me leen (o tienen hijos índigos) y es muy desesperante esta sensación, al punto que han llevado al suicidio o a conductas adictivas o a no avanzar en la vida a muchos.
Se dice que se habla mucho de lo que se carece. Esta es una forma de detectar estos miedos en los niños y adolescentes y tratar de que compartan lo que sienten, haciéndoles ver que es una condición de su generación y de que pueden con ellos.
Reconocerlos y enfrentarlos es la solución, ayudándoles (y ayudándose) a cruzar el puente del miedo a la confianza, de la duda a la creencia y del escepticismo a la fe. Así como tomar un suceso aislado de falla es suficiente para perderse, afianzar las muchas ocasiones de éxito es una manera de incitarlos a ser las personas talentosas, motivadas, brillantes y creativas que son, actuar confiadamente y con convicción en sus habilidades. También me lo digo a mí. Los fantasmas surgen de vez en cuando…
miércoles, 23 de julio de 2008
Indigos y miedos secretos
Publicado por Laura Foletto en 12:35
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