Me ha resultado difícil escribir los últimos días. Más bien, no tenía ganas. No sucede nada… y todo está sucediendo…
Estoy pasando una racha de “limpieza” muy fuerte: ideas, relaciones, pacientes, actitudes, cosas. Todo se está yendo. Sería un excelente momento para enojarme o deprimirme, pero, por el contrario, estoy sosteniendo el momento dejando que libere todo, que arrase y purifique.
Veo tambalearse y caer las preciadas estructuras del Ego. Me doy cuenta de la limpia impecabilidad que se me pide. Me choco con mis sombras y sus consecuencias. Hasta el cuerpo grita. Todo está bien.
De esos escombros, está surgiendo lo Nuevo. Aparece claramente la necesidad de ser íntegra, verdadera, amorosa, poderosa, humilde, conectada, alegre, aceptante, entregada. Lo logro de a ratos. El resto del tiempo presencio los derrumbes.
Siento el área del corazón movilizada continuamente. Una gran labor se está llevando a cabo. No sé en qué ni cuándo terminará. Pero confío. La intención fue afirmada. Ahora se está moviendo en mí y en el Universo.
Mi Dios Interior clama suave y poderosamente y yo estoy escuchando.
jueves, 5 de junio de 2008
Silencio rugiente
Publicado por Laura Foletto en 20:12
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
¡Gracias, Martín! Estoy tratando de que sea cada vez menos sufriente y más maravilloso este camino de traer la Luz a esta encarnación. ¡Es tan misterioso y gratificante!
Y no estamos tan distantes, los dos vivimos en la amada y vilipendiada Buenos Aires.
Muchos besos.
Publicar un comentario