Hace años, me di cuenta que mi tarea era integrar: lo material y lo espiritual, lo femenino y lo masculino, las luces y las sombras, lo viejo y lo nuevo, el cuerpo y la mente y otra cantidad de etcéteras. Trabajando sobre mí misma, fui creando Maestría y acompañando a otros a lograrlo.
En esta exploración, obviamente he pasado por todas las gradaciones, incluidos los extremos. Así, no creo que haya actitud, emoción, pensamiento, cualidad, defecto que no haya transitado. Me resulta bastante fácil descubrirlos en los demás porque soy un buen espejo: puedo reconocer en el otro lo que reconozco en mí.
Esta simple verdad no es muy distinguida. Proyectas lo que no quieres ver y se lo lanzas al otro (¡qué egoísta/perezoso/sádico/chismoso!). Extrañamente, haces lo mismo con lo que no puedes admitir de bueno (¡que creativo/voluntarioso/divertido/amoroso!).
Como te han enseñado a esconder lo que está “mal” y reemplazarlo (superficialmente) por lo que está “bien”, te conviertes en un excelente mentiroso. Lo peor es que terminas creyéndotelo tú. Construyes un ideal y te matas para lograrlo. No te ahorras esfuerzos, críticas, exigencias, castigos, culpas, ansiedades… algún día lo alcanzarás y serás feliz.
Está de más decir que ese día nunca llega. Lo que sí aparece irremediablemente son las enfermedades, las decepciones personales, familiares y sociales, la depresión, el estrés, la angustia y sus demás acompañantes.
Emparchas, zurces, remiendas, reparas. Luchas, refuerzas, aumentas, redoblas. Imaginas, inventas, fantaseas, improvisas. Haces de todo para que funcione de una vez por todas, pero sólo empeora.
Como comenté en un Boletín, éste es un muy buen momento. Ya estás demasiado cansado y enfermo para seguir batallando, así que ahora puedes escuchar otra campana. Te es posible plantearte con sinceridad que la estrategia no funcionó y que es tiempo de cambiarla por otra.
Lo interesante es que en realidad no se trata de una táctica más para perseguir el mismo idealizado monstruo. Ese modelo y las astucias para conseguirlo son del Ego. Has invertido tu tiempo y tu energía en una ilusión, una ilusión colectiva pero ilusión al fin.
Sólo se trata de conectarte contigo mismo y con la Vida. ¿Cuándo te detendrás y mirarás en tu interior? ¿Cuándo encontrarás las respuestas que ya están en ti? ¿Cuándo comprenderás que ya eres? Esto es lo más difícil de captar. No necesitas más dinero ni amantes ni estudios ni logros ni empeños para ser alguien. YA ERES ALGUIEN. Alguien único y lleno de recursos y potencial.
Según mi experiencia (conmigo misma y con mis pacientes), no hay resistencia mayor que ésta. Todas las voces del Ego se levantan al unísono y se ríen, se quejan, critican, se enojan, se victimizan: "¡Por favor! Soy tan poco, soy tan malo, soy tan insuficiente, soy tan poco digno, soy tan mediocre, soy tan… (llénalo tú). ¡Vamos! ¡Levántate y sé mejor, consigue más, lucha, merécetelo!"
¡Por Dios! A lo que hemos llegado… Es tan patético cuando puedes abstraerte y observarlo. Comienza por aquí. Detente, respira profundamente, relájate, exhala la basura. Unas cuantas veces. Libera de tu cuerpo, de tu mente, de tu energía todo lo que te has y te han dicho. Mira cómo te abandona en forma de una nube negra y pesada.
Ahora, respira junto con el aire la energía divina contenida en él. Déjala que tome un color, el que necesitas ahora. Obsérvalo entrar a cada célula de tu cuerpo y relajar, equilibrar, fortalecer, sanar. Permite que te desborde y llene tus cuerpos sutiles. Repara en una pequeña luz que brilla en el fondo de tu corazón. Es la chispa de Dios en ti.
Háblale. Cuéntale cómo te has perdido y cómo ahora quieres regresar al Hogar. Pídele que te ayude, enviándote información, personas, situaciones. Prométele que estarás atento, que la próxima vez que te extravíes ya sabes adónde volver, que todos los días recordarás quién eres.
En la infinitud de la Vida en donde estoy, todo es perfecto, completo y entero.
Yo soy suficiente tal cual soy.
Valoro mis dones. Reclamo mi poder. Reconozco que soy el creador de mi vida.
Agradezco y bendigo todo lo que soy y me rodea.
martes, 24 de junio de 2008
Regresando al Hogar
Publicado por Laura Foletto en 11:37
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