Muchas personas me consultan acerca de porqué siguen en un estado de carencia, a pesar de trabajar intensamente (o esporádicamente) con todas las técnicas posibles. En muchos casos, esto se debe a que creen que el dinero o determinada situación serán los que les proporcionen lo que desean.
Al vivir en una sociedad materialista, que se mueve en base al dinero, ponemos precio a nuestra felicidad. Creemos que si tenemos tanta plata, podremos ser o hacer lo que queremos. “Si sólo tuviese tanto, me sentiría tranquilo y seguro”. “Tengo tal proyecto, pero no tengo el dinero para iniciarlo”.
Por otro lado, los más humanistas también tienen inconvenientes. “No es espiritual ganar dinero”. “Yo hago esto como un servicio, así que no sé cuánto cobrar o me da vergüenza pedir”. “El dinero no hace la felicidad”.
Si Dios es Todo, ¿no es el dinero también? Cuando lo condenas, condenas a Dios y te condenas a ti mismo a una vida de pobreza. Es un pensamiento limitado y limitante. El dinero es una energía de intercambio. ¿Qué te parece esto? ¿Qué crees que tienes para intercambiar? (esta es una pregunta mucho más profunda de lo que piensas).
En general, ponemos nuestras necesidades como primera medida. Nos fijamos en las falencias y raramente en las capacidades que somos y tenemos. Así, andamos de menesterosos por el mundo, siempre con una mano implorante… muy bien aprovechada por los que necesitan esclavos y/o víctimas…
¿Cuál es tu necesidad más grande? ¿Se te ocurrieron cosas materiales? Debes saber que ellas son interminables y que nunca estarás satisfecho ni completo. Piensa: cuando compraste el último modelo de cualquier artefacto, seguramente te sentiste contento. ¿Cuánto te duró? Hasta que salió el nuevo. O hasta que tu vecino o compañero de oficina te mostró uno mejor. Envidia. Celos. Avaricia. Estos son los nombres de la necesidad material. Esto no es un juicio: cuando atraviesas las sombras, encuentras la luz (envidias lo que piensas que no eres o no puedes tener: ¡cree en ti!).
Entonces, ¿cuál es tu necesidad más grande? Amar y ser amado. Ser feliz. Lograr tus sueños. Encontrar tu Dios Interior. ¿Te gustan? ¿Y qué tienen que ver con la abundancia?
Recapitulemos: si crees que tus sueños se basan en el dinero, estás perdido. En principio, porque la inestabilidad creciente de las economías mundiales puede hacer que ese papel no valga nada. ¿Te comerás los billetes, te vestirás con ellos? Por lo tanto, no pidas dinero; realiza lo que hará que tengas todo.
Aquí entran tus sueños. ¿Sabes porqué no tienes abundancia? Porque estás bloqueándolos. Y con ellos, bloqueas tu vida. Estoy segura de que tú tienes proyectos que guardas en tu corazón entrañablemente. ¿Por qué no los llevas a cabo? Porque no tienes dinero. ¿Por qué no tienes dinero? Porque no concretas tus sueños. ¿Sigo?
Presta atención: tú viniste a ser un CREADOR. Tienes habilidades naturales, recursos prodigiosos, un potencial maravilloso, muchas relaciones de todo tipo con la Vida, posees Luz en tu interior. Sé que nadie te ha afirmado esto y que no te lo crees, pero es imperativo que te des cuenta de que así es. Cuando desencadenas tu genio, suceden los milagros.
En el momento que comienzas a sacar tus sueños a la luz y los vas logrando, te vas llenando de alegría y de poder. Te sientes feliz y realizado. La abundancia cae como una lluvia bendita sobre ti. Creces y te expandes y quieres compartirlo con los demás. Entiendes que el camino hacia Dios es a través de ser un co-creador con Él. Por eso, tus sueños, tus preciados y secretos sueños son la llave.
¿Cuáles son? Toma una hoja y escríbelos. Todos. Hay algunos simples (tener tiempo para tomar un café con un amigo, usar la ropa que te gusta, aprender a bailar), otros más complejos (separarte, estudiar, iniciar un negocio). Eres y tienes lo que necesitas para lograrlo. De verdad. Viniste con el sueño y con la aptitud y los recursos para realizarlo.
¿Cómo comienzas? Creyéndotelo. Haciendo una lista de tus bendiciones (esas cualidades, estudios, experiencias, trabajos, contactos, actitudes que no aprecias y das por sentados). Teniendo confianza en ti mismo y en la Vida. Amándote y valorándote. Haciendo los más simples para ir ganando entusiasmo. Créeme: cuando dejes de quejarte y bloquearte y muevas… la energía, todo vendrá hacia ti con sencillez y gracia. Sueña y concreta con alegría porque el camino hacia la realización y la abundancia es el gozo.
martes, 10 de junio de 2008
¿Sabes que tus sueños son la llave a la abundancia?
Publicado por Laura Foletto en 17:15
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