viernes, 27 de abril de 2007

Intersoy

Leo: “La vacuidad significa siempre vacío de algo, de modo que debemos preguntar: “¿Vacío de qué?”. Si bebo toda el agua de un vaso, éste se queda vacío de agua, pero no vacío de aire. La vacuidad no significa que no exista. “A” está formado absolutamente de elementos “no-A”. Esta hoja de papel está vacía de una existencia separada porque no puede existir por sí misma, tiene que interser con cualquier otra cosa. Nuestra hoja de papel está formada por elementos de no-papel, como los árboles, los rayos de sol, la lluvia, la tierra, los minerales, el tiempo, el espacio y la conciencia. Está vacía de un yo separado, pero está llena de todo lo demás. De modo que vacuidad significa, al mismo tiempo, plenitud. Estas son las enseñanzas del interser y la interdependencia. La vacuidad es una Puerta de Liberación, una práctica y no sólo un tema para discutir. Observa profundamente todas las cosas y descubrirás la verdadera naturaleza de la vacuidad. De ese modo, eliminarás tus ideas discriminadoras y trascenderás el miedo al nacimiento y a la muerte”.

Esto es de un hermoso libro del monje budista Tich Nhat Hanh llamado “La esencia del amor”. Hoy, tuve momentos en los que realmente sentí la conexión con todo, al darme cuenta del océano (otra acepción budista) de cosas y personas que son no-yo y con quienes intersoy: mis padres, mi familia extendida, mis amigos, mis pacientes, cada cosa de mi casa, los árboles que miro todos los días, mi país, el dinero, el aire, etc., etc.

Para los budistas, la observación profunda es la clave de la liberación. Esto requiere silencio interno y absoluta sinceridad personal. No se refiere a los conceptos y racionalizaciones sino a la experiencia, a la vivencia total, fuera de las palabras. Soy un mundo en calma…

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