sábado, 28 de abril de 2007

Creciendo...

¡Qué fácil nos resulta abandonar lo que nos hace bien!

Sea dieta, alimentación sana, ejercicio, actividades culturales, amistades, cursos, observación autoconciente, proyectos, paseos, encuentros gratificantes… la lista es infinita.

Comenzamos llenos de grandes propósitos, disfrutamos la adrenalina de los inicios y nos sentimos recompensados ante los dulces frutos de los primeros beneficios hasta que algo sucede. Puede ser un tropiezo, los comentarios de otros, la lentitud en los resultados, los viejos pensamientos que reaparecen, el tema es que aminoramos el entusiasmo y volvemos a ver lo que está mal, recelamos de nosotros mismos e insensiblemente (o estrepitosamente) recaemos en lo de siempre.

A veces, es como si plantáramos una semillita y, ansiosos por los logros, la desenterramos para ver el crecimiento. No la regamos ni la protegemos ni confiamos en la acción de la tierra, del sol y del tiempo. No podemos esperar hasta que se haga fuerte y la malogramos tempranamente. Otras, la plantita está creciendo sana y resistente, pero las dudas o los miedos la tronchan o la debilitan.

Se necesita focalización, perseverancia y fe. Se necesita autoestima y alegría. Se necesitan amigos que acompañen. Se necesitan buenas guías o tutores.

Hay dos cosas que me reconcilian, me levantan y me inspiran: la Naturaleza y el Arte. Puedo nutrirme de un árbol, una puesta de sol, la fluencia del agua al mismo tiempo que de bailar, leer, ver cuadros o pintarlos. Me ayudaré de ellos para continuar con mi creación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta sabiduría y bondad muestras en tus mensajes. Es una maravilla leerte, pues muestras los sentimientos más profundos que todo ser humano siente y que no sabemos describir ni siquiera identificar; tú lo determinas tan bién que es reconfortable el solo hecho de leer.
Enhorabuena Laura

mesope dijo...

Voy a terapia desde hace un año y el otro día el terapeuta me trató con brusquedad, molestándome, dice que para hacerme reaccionar, ya que no sé decir que no quiero una cosa.
Ahora me siento dolida y he dejado de ir. Según tu post debería volver?

Laura Foletto dijo...

Hola, Mesope
¡Has dicho no! Quiero decir, no yendo al terapeuta... A veces, usamos algo así para hacer reaccionar y, si te has sentido dolida por ello, es significativo y merece que lo sigas intentando. Es sumamente importante saber decir no y poner límites. Comienza con tu terapeuta diciéndole lo que te molestó y trabaja desde allí para descubrir qué hace que te cueste el tema y porqué lo pasas por el dolor y no por el enojo, que sería más comprensible.
Gracias por tu contacto. Te mando un beso.
Laura Foletto