“Quieres ser amado pero nunca se te ocurrió pensar: ¿eres
capaz de recibir amor? Hay tantos impedimentos que no te permitirán
recibirlo... El primero es que no tienes ningún respeto por ti mismo, de
aquí que cuando el amor viene hacia ti, no te sientes lo suficientemente
adecuado para recibirlo. Estás en medio de un lío tan grande que ni siquiera
puedes ver un simple hecho: si nunca te has amado, ¿cómo te las arreglarás para
recibir el amor de otro? Entonces ¿qué haces? Simplemente rechazas el amor, y
para eso encuentras todo tipo de excusas. Si tú mismo no puedes amarte, si no
has visto tu belleza, tu gracia y tu grandeza, ¿cómo puedes creer que otro
pueda amarte...? El amor tendrá en ti un impacto tremendo porque tendrás que
atravesar una gran transformación antes de que puedas recibirlo. Tendrás que
amarte y aceptarte sin ninguna culpa, sin condiciones”.
Recordé estas afirmaciones de Osho charlando con una
paciente que me contaba cómo su esposo la rechazaba cuando ella quería un
acercamiento amoroso, tierno, contenedor.
La realidad es que ella había sido rechazada por sus padres en su niñez
y lo que hacía era proyectar eso en su esposo.
Ella re-creaba lo que su Niña Interna conocía: un círculo vicioso de
demanda-rechazo-desilusión, que se reiniciaba constantemente. Sólo la toma de conciencia de este mecanismo
puede cambiar la situación, porque, de lo contrario, se tiende a echar la culpa
afuera (al esposo), sin modificar lo que verdaderamente lo origina. Es necesaria la reconciliación interna de esa
Niña con esos padres y el amor que ella puede brindarse a sí misma para hacer
posible la transformación real.
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