“Te pregunté qué sentís y no qué pensás, porque vos pensás
demasiado. Tenés que dejarte vivir y esperar la respuesta. Pensás y pensás.
Creés que cavando con una pala vas a llegar más rápido a los cimientos.
Escarbando con el dedo igual vas a llegar. No uses tanto tu voluntad personal,
no revuelvas tanto dentro de tu cabeza. Hay que dejarse empujar por el alma”.
Este comentario de Flavio Cabopianco cuando tenía 7 años me
parece muy pertinente en estos tiempos de insistencia en que “todo es mente”…
Seguramente no es la mente que usamos todos los días y que está viciada de
errores. Mejor, estoy dejando que el
alma me empuje…
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