A partir de la revolución industrial, el cuerpo comenzó a ser tratado como una máquina más. Pasamos de las formas sensuales a las formas atléticas, de la sensibilidad a la productividad. El resultado de esto es que estamos en movimiento todo el día (cosa que también sirve para tapar las frustraciones y vacíos). Es más, nos sentimos culpables si tenemos tiempo libre o no sabemos qué hacer con él. No nos damos cuenta, pero hemos sido formados para sentirnos orgullosos de estar activos continuamente.
Estamos llegando a un punto en que esta sociedad nos está
aniquilando. Regida por el Ego,
desacralizada, corre con los tiempos de la mente, que no son los del
cuerpo. Sobre-exigencia, competitividad,
perfeccionismo, excelencia son los seudónimos con que el Ego disfraza su
sentido de insuficiencia y desconexión.
Poco a poco, es necesario desengancharse de estos dictados
inhumanos y comenzar a plantearse cómo deseamos vivir, para crear una nueva
existencia acorde con los tiempos del alma, a través del cuerpo.
2 comentarios:
Laura, es tan cierto y bonito todo lo que escribes que al ver tu foto me dan ganas de llenarte de ternura. Eres un ser humano divino.
¡Gracias, Inma!!! ¡Qué bello! Recibida tu ternura y devuelta con todo amor. Tú también eres un ser humano divino. Un gran beso.
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