Hay formas fáciles y formas difíciles de evolucionar. Dos de las más difíciles son las relacionadas con el miedo y la ira. Del primero, he estado escribiendo últimamente, así que reflexionaré un poco sobre la segunda.
Cuando nos enojamos con alguien, es claro que nos estamos reflejando en esa persona. Ya sea a través de aspectos que no deseamos ver de nosotros mismos; de cosas en que nos gustaría ser como ese otro; de expectativas que tuvimos y que no fueron satisfechas, etc. En síntesis, de lo que no tenemos resuelto.
Al enojarnos con los demás, sacamos esa energía afuera y los demonizamos, con lo cual nos privamos de la oportunidad de investigar esa parte de nosotros que está surgiendo para ser sanada. Cuanto más nos obsesionamos con el afuera y queremos tener la razón, más complicamos el desenlace de nuestros conflictos y más dificultamos ese problema y, en consecuencia, toda nuestra vida.
Tenemos que comprender que cualquier situación que atravesamos ha surgido para ser sanada. Es tiempo. Si revertimos esa posibilidad acusando a otro, desperdiciamos una energía que vino para ser reconocida, aceptada, aprendida y concluida, ya que toda energía busca resolución.
La mayoría de las veces, se trata de liberar algo/alguien para iniciar otro proceso. En ese sentido, ya sea que sigamos tratando con la persona/situación o no, es un nuevo comienzo. Borrón y cuenta nueva.
miércoles, 14 de octubre de 2009
Borrón y cuenta nueva
Publicado por
Laura Foletto
en
12:09
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1 comentario:
Me recordaste a mi suegra. Luego de hacer lo que se le antojo toda la vida ( con lo que ello implica). Dijo: "Borron y cuenta nueva"
Que fácil, ¿no?
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