Hoy, hice el intercambio de ropa de temporada. Como mi placard es chico, llevé la de verano a casa de mi padre y traje la de invierno. Y, como siempre, me pongo a probar (y armar) “conjuntos”, a ver si me entra lo de antes (¡por suerte, sí!!), a dudar si regalo cosas que no sé si usaré. ¡Gran dilema! Me “apego” a ciertas prendas y las uso incesantemente, mientras otras permanecen nuevas, esperando que me decida por ellas (incluso regalo algunas que casi no usé).
Seguramente, debo hacer esto mismo con aspectos de mi ser. Caigo en algunos hasta el hartazgo, mientras otros se vuelven viejos nuevos. Este año, me hago el propósito de dar vueltas esto. Comienzo regalando lo muy usado, lo cómodo, lo amoldado y usando lo nuevo. ¿Adentro? Voy a sacar a relucir esos aspectos que han tenido la paciencia y la fe de esperarme. ¿Te sumás y hacés lo mismo??
domingo, 10 de mayo de 2009
Viejo y nuevo
Publicado por Laura Foletto en 20:58
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