Hoy, vi en una revista una serie de fotos tomadas con ultra-microscopios. Seres infinitesimales, minúsculas partes de células, fenómenos instantáneos. Me quedé maravillada. Todavía no puedo creer la ilimitada riqueza y variedad de lo que nos rodea, desde lo micro hasta lo macro. Es inconcebible tanta multiplicidad y ¡belleza!, porque, además, son hermosísimas.
Cuando era chica y me quedaba embelesada mirando los paisajes de mi terruño natal (Diamante, Entre Ríos), el corazón se me salía afuera de la dicha. Me encendía de admiración, de regocijo, de plenitud, de amor, de poder, de… sentirme una con la Tierra. Me pasaba lo mismo cuando había grandes tormentas. Los demás me decían que se sentían pequeños o temerosos. Yo no lo entendía. Yo era parte de ello. Yo ERA ello.
Sin importar si es enorme o mínimo; del cielo, del suelo o del mar; de aquí o del más allá; mío o tuyo: es admirable, excitante, hermoso, increíble, profundo, potente, pleno de sentido y propósito, amable (digno de ser amado). ¿Te podés ver con esos ojos? Son los ojos de Dios.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
¿Con qué mirada mirás?
Publicado por Laura Foletto en 21:33
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