Muchas personas se sienten afectadas por la opinión de los demás o tienen miedo que la “mala onda” perjudique sus vidas. Así, están recelosas, no hablan de sus metas o de su labor espiritual o usan conjuras para protegerse. De esta forma, caen en lo que temen, ya que dejan entrar eso en sus existencias.
La vibración de los otros no te influirá a menos que bajes la tuya a su nivel o que empujes en contra. Si ellos empujan energía de cualquier clase hacia ti, eso los afectará a ellos pero no lo hará contigo a menos que tú le permitas ingresar y/o la devuelvas.
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