Inicié mi camino laboral a los 19 años en una de las más grandes multinacionales, como el último orejón del tarro. Para mis padres y los que me conocían, me había ganado la lotería y me jubilaría allí. Ascendí a cuatro puestos distintos y a los cinco años me fui. Trabajé en una de las mejores agencias de publicidad y luego en un instituto que nucleaba gente de finanzas. Decidí que no quería estar en relación de dependencia: problemas con la autoridad (una Índigo rebelde) y demasiada movilidad. Lo único que se me ocurrió fue vender, así que estuve en distintos rubros de lo intangible (desde tarjetas de crédito hasta inversiones y jubilaciones). Entre medio, nunca dejé de anhelar mi pasión, para qué servía, y lo encontré sin buscarlo: estudiando Terapia de Integración Cuerpomente por motivos personales. Mi profesión me dio todo lo que deseaba: creatividad, cambios, evolución, prosperidad, innovación y, lo mejor, servicio conectado al Ser.
Siempre, viví adelantada al tiempo. Intuí desde joven que se acabaría el paradigma de estar toda una vida en una empresa o en una misma profesión. El cambio continuo sería el nuevo modelo. Ir probando distintas cosas en diferentes ámbitos, para crear el combo que más se adapte a cada persona, en cada momento. Los años me fueron dando la razón. Cada vez más, hay oportunidades inimaginables antes, para quienes se atreven a emprender sus sueños.
Sergio Fernández, un entrepreneur español, dice que: “los trabajos se encuentren en peligro de extinción pero que jamás ha habido tantas oportunidades de hacer dinero, de dedicarse a profesiones tan diversas, de ocuparse en nichos de mercado tan dispares, y a veces casi hasta disparatados, y de facilidades para comenzar un proyecto empresarial en este momento de la historia”. Lo explica brillantemente en este video:
Uakix: El nuevo paradigma laboral from Revista Uakix on Vimeo.
Estoy leyendo una nota de un experto estadounidense en educación que dice que su sistema educativo actúa como un freno para la creación de empleos, ya que sirve para producir profesionales con título (abogados, médicos, ingenieros) pero no para educar a quienes verdaderamente pueden fundar emprendimientos y dar trabajo (como Steve Jobs, Bill Gates y los creadores de Facebook y Twitter, quienes no tuvieron o no terminaron estudios universitarios). Dice: “en una economía caótica e impredecible, hasta los jóvenes que no tienen interés en crear una empresa y que quieren convertirse en profesionales necesitan aprender las habilidades empresariales que les permitirán salir adelante”.
Hace tiempo, en el dossier de TRABAJO, EL SERVICIO CREATIVO, escribí: “se confunde “empleo” con “trabajo”. El primero está en una grave crisis. ¿Y qué es el trabajo? Para quien tiene un sentido integral de la vida, para quien sabe que conocerse a sí mismo es ser libre, el trabajo es una forma de realización personal y un gozo, porque toda satisfacción de una necesidad real va acompañada de placer. El trabajo es la posibilidad de dar al mundo lo genuinamente tuyo. Si te conectas con tu verdadera identidad y expresas tu capacidad creadora, no haces otra cosa que dejar que la Vida (creación pura) se manifieste a través de ti y, a la vez, te dé los medios para que satisfagas tus necesidades.” Si deseas adquirir el dossier, infórmate.
He dedicado mi profesión a ayudar a concretar el paradigma de la Nueva Energía en la vida personal y laboral de quienes me consultan. Te invito a hacer realidad tus sueños. Sé que se puede. Yo lo hice. Te acompaño a lograrlo.
lunes, 7 de noviembre de 2011
La crisis laboral en el mundo
Publicado por Laura Foletto en 10:06
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario