Soy ariana (muy trabajada por mi ascendente Piscis!) y detesto dar tiempo al tiempo: definitivamente, la paciencia no es una de mis virtudes. Esto ha constituido un enorme camino de aprendizaje, por supuesto. En mis primeros años, he arrasado con lo que se me ponía delante, bebiendo la vida de un trago, haciendo lo que se me ocurría y dejando atrás lo que tardaba o no podía perseverar. También, apuré situaciones y personas por no soportar la incertidumbre. No todo fue malo: tanta actividad acelerada me dejó muchísimos conocimientos, experiencias, amigos, lugares que me brindaron plenitud, alegrías, afectos.
A medida que maduraba, el sentido del tiempo cambió. Comencé a apreciar el estar, el permitir el proceso, el morar, el respirar sosegado. A las disparadas, se mira. Arraigado, se ve. Corriendo, se multiplica, superficialmente. Estando, se suma, profundamente.
Una parte de mí apareció. Una que disfrutaba el acontecer, que encontraba ligazones entre el adentro y el afuera, que abría espacios en los que no había tiempos, que era pura presencia, presente.
Comprendí que esto era una cualidad femenina. Mientras que lo masculino persigue objetivos, hace camino al andar, lo femenino aguarda, anida, sostiene, nutre. El espermatozoide avanza frenéticamente, en una carrera a muerte, con sólo un vencedor. El óvulo permanece, sereno y seguro, para abrirse a quien decida.
A veces, se espera para que algo se revele por primera vez; para que se desanude, se resuelva; para que se manifieste; para que sea comprendida; para que se reconozca y se acepte; para que se integre y sea; para que ilumine.
2 comentarios:
Laura, voy a leer este texto en las tertulias de los viernes que llevamos un grupito de mujeres y que poco a poco vamos dándole contenido y forma a dichas tertulias. Es de una claridad y sencillez que seguro que nos permitirá diálogo y apertura entre todas, asi que gracias de antemano y sobre todo por llenar de luz tu hermoso blog.
Saluditos desde Asturias.
Mariló
¡Gracias, Mariló! Por compartirlo y por tus hermosas palabras. Entre todos, llenamos el mundo de Luz. Besos desde Buenos Aires.
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