miércoles, 29 de julio de 2009

Para que tus ojos brillen...

Este video del director Benjamín Zender es de lo más emocionante que he visto... no... que he vivido, porque es una experiencia maravillosa. Y, además, me llegó al corazón su frase, que hago mía a partir de ahora: "quiero ayudarte a que tus ojos brillen". Te lo comparto:
http://video.google.es/videoplay?docid=-4776187424539974863&hl=es

lunes, 27 de julio de 2009

¿Eres auténticamente tú?

En una primera sesión con un paciente por Internet, me contaba rasgos de su carácter, los cuales, según él, eran la causa de que se sintiera raro, inferior, inadecuado. Era verdad que tenía ciertas singularidades, pero no estaba ahí el problema sino en que las tomaba como defectos en lugar de apreciarlas como virtudes que lo hacían especial, único.

Todos tenemos particularidades que consideramos extrañas o negativas y que nos empeñamos en esconder. Sin embargo, en ellas está nuestra marca, nuestra originalidad. ¿Nunca te maravillaste que somos 6.000 millones de personas y ninguna es igual a la otra? Caras, huellas digitales, tonos de voz; pensamientos, ideas, visiones; emociones, sentimientos, sensaciones; recorridos, proyectos, estudios, sueños, trabajos. No hay nadie como tú. ¿Por qué quieres ser como todos? Especialmente, cuando no hay un “todos”.

¿Qué es ser normal? ¿Lo aceptado, lo común, lo que se debe de ser? ¿Lo que la sociedad premia, exige, estimula? ¿Lo que te inculcan y a lo que te atienes, sin importar si es lo que verdaderamente deseas?

¿Lo normal es casarse y tener hijos? ¿Comprar una casa y un auto (o dos o muchos, según el status económico)? ¿Estudiar y trabajar? ¿Tener cierta clase de ocupación? ¿Salir a bailar y tomar mucho, si eres joven? ¿Ir de vacaciones? ¿Morir anciano?

¿Es normal cierta clase de pensamientos y actitudes? ¿Y es anormal no tenerlos? ¿Pensar como la mayoría nos hace normales? ¿Está en lo cierto esa mayoría? ¿No estar de acuerdo es equivocarse?

Cuando queremos “adecuarnos” y para ello renegamos de lo que somos o sentimos vergüenza, estamos perdiendo dolorosamente nuestra esencia. La Naturaleza, Dios, las vidas anteriores, tu alma (elige según tus ideas) han realizado un trabajo precioso, único, increíble para dotarte de determinadas características. ¿Por qué abominas de ellas?

¿Porque no son normales? Tal vez, tienes una forma de pensar que no es lógica, sino analógica. Quizás, eres hipersensible y tienes un temperamento artístico. O eres muy feo o demasiado bello (que también tiene sus problemas). Acaso tus sueños no condicen con tu medio. Puede ser que tengas facilidades para lo manual y no para lo racional. Tienes una orientación sexual distinta. Tus orígenes pueden ser oscuros, tus traumas infantiles muy difíciles, tu familia controvertida. ¿Y qué? ¡Sí! ¿Y qué?!

Has creado esta vida para hacer de ella algo magnífico, bello, evolutivo, armonioso. Y tus “rarezas” son partes importantes de esa creación. A través de ellas, crecerás, aprenderás, sacarás lo mejor de ti, serás auténtico. Mira que significativo y trascendental: auténtico. Cuando buscas adocenarte, normalizarte, cuando denigras ciertos aspectos, lo único que logras es perder tu verdad.

Entonces, ¿cómo haces para sentirte bien con ellos? Primero, ya lo sabes: acéptalos. Sácalos del fondo, de la oscuridad y haz las paces con ellos. Luego, resignifícalos. Esto es: dales la vuelta de forma de transformarlos en partes cruciales de tu vida. El Boletín pasado escribí acerca del Poder. Empodéralos en lugar de victimizarte a través de ellos.

Un paciente de consultorio tiene una forma de pensar muy original y le cuesta expresarse directamente y con palabras comunes. Él se queja de que la gente lo encuentra extraño y no lo entiende. Tiende a marginarse cada vez más, ya que se siente inferior e incomprendido. Pero, a la vez, no quiere cambiar porque así también se considera superior y especial. Se puso en un callejón sin salida. Pero la hay. ¿Cuál es? Considerar que su originalidad es su contribución a este mundo. Tomar su aporte como la posibilidad que les está dando a otras personas de considerar otro punto de vista, otra visión de la sociedad (es muy solidario y justo), de enriquecer las ideas, de ayudar a concretar otro mundo. Cuando deje de apartarse él mismo, encontrará que hay otros que también desean lo mismo y se unirá a ellos. Hallará poco a poco una forma de expresar y de concretar su enorme caudal de conceptos y proyectos. Podrá ser auténticamente él mismo.

Como tus huellas digitales, tú eres único. Al conocerte profundamente, al aceptarte completamente, activarás todo el potencial que traes. Lo que consideras negativo es la puerta de entrada a tu Luz. Porque eres Luz. Ilumina tu sombra. Ámate.

miércoles, 22 de julio de 2009

Cháchara y silencio

¡Cuánto palabrerío que tengo en la mente! Conversaciones (¿con quién?), reflexiones, impresiones, respuestas a estímulos, comentarios (que no digo) a otras personas, desvaríos fugaces, etc., etc.

Desde un cierto punto, es un gran avance porque no tengo el nivel de crítica, negativismo, enojos, victimizaciones y otras malas yerbas que tenía hace años. Y, si surgen en algún momento, las desecho rápidamente.

He captado dos momentos en los que la cháchara se detiene: cuando estoy con otra persona (especialmente si son pacientes) y cuando estoy en la Naturaleza, que parece que entro en alfa (en theta!) en forma instantánea. A veces, también en presencia de expresiones artísticas.

Estoy tomando conciencia de cuán perjudicial es este monólogo mental que tengo instalado, ya que funciona como una pantalla que me impide relacionarme directa y verdaderamente con la vida.

Cuando escuchaba los diálogos de Tolle con Winfrey, me acordé de dos momentos. Uno, cuando habré tenido unos 30 años, que había ido un domingo a casa de mis padres. Comí (y tomé) mucho, en un ambiente muy cálido. Salí al jardín para refrescarme y, sin un solo pensamiento en la cabeza, instintivamente, me maravilló una flor y quise tocarla… y la atravesé. Literalmente, mi mano traspasó la flor como si ambas fueran pura energía. Lo son, pero no es una experiencia que tengamos, por la densidad en la que nos movemos.

La otra sucedió cerca de los 40. No recuerdo el contexto, pero estaba bastante movilizada. Una mañana, me despierto y mi mente estaba en silencio. Silencio absoluto. Existía un observador, pero no había más que eso. Al principio, me encantó. Después, me empecé a asustar. No sé de qué, pero me dio miedo y, casi enseguida, vinieron las palabras y todo recomenzó.

Muchas veces, he tenido “botones de muestra”, como los llamo: pequeños instantes en que percibo algo nuevo, que, con el tiempo, se hace realidad. Espero que el silencio se haga presencia continua e inefable.

lunes, 20 de julio de 2009

De todo un poco para vos, amig@

¡FELIZ DÍA, AMIG@!!
En Argentina, estamos celebrando el Día del Amigo. Te mando un cálido abrazo, un besote en cada mejilla y el mejor de los deseos del corazón: ¡que seas feliz!


UNA NUEVA TIERRA: Tolle/Winfrey
En el 2008, Oprah Winfrey sostuvo una serie de charlas con Eckhart Tolle (el autor de “El poder del Ahora”) acerca de su libro “Una nueva tierra”. Te las recomiendo fervientemente. Ingresa a: http://www.youtube.com/watch?v=QIhniIf7QDE

A la derecha, abre el link que dice “más información” y tienes para bajar las clases en video (son pesadísimas), trascripciones y distintos ejercicios. Aunque parece un poco caótica la forma en que se presentan las clases en Youtube, es fácil encontrarles la vuelta. No es necesario verlas, puedes escucharlas poco a poco, tomándote el tiempo y/o mientras haces algo.

También, puedes bajar el libro en Internet o solicitármelo (sin cargo).


TERAPIA EN CONSULTORIO Y POR INTERNET
Por ciertas preguntas que me hacen a veces, llego a la conclusión de que muchos no saben que yo hago terapia en mi consultorio en Belgrano (Buenos Aires) o por Internet. Y, por si tampoco lo sabes, tienes una consulta gratuita.

Si deseas un nuevo enfoque, si estás harto de repetir los mismos errores, si buscas liberar viejas cargas y recomenzar con nuevos bríos, si tienes muchas teoría y poca práctica, si necesitas resultados concretos, si anhelas hacer realidad tu sueños… llámame al 4783-4942 o escríbeme.


LA PRÁCTICA DEL NO SUFRIR
Dr. Alberto Villoldo
La siguiente práctica es la del no sufrir, lo cual quiere decir no escribir historias sobre nuestro dolor. Aquí nos abrimos a la posibilidad de aprender directamente de la infinita sabiduría del Universo –ya no necesitamos padecer las mismas desgracias una y otra vez-. Sin embargo, es imperativo que aprendamos nuestras lecciones o acabaremos perpetuando nuestra propia infelicidad.

El sufrimiento se produce cuando formas una historia en torno de los hechos. En algún momento, vas a perder a uno de tus padres, o a un ser querido o un empleo, y entonces podrás convertir este hecho en un relato tan dramático como desees. Por ejemplo, te puedes decir a ti mismo: «Ahora ya no tengo madre, nadie va a cuidar de mí». Esto se convertirá en algo enorme, y los otros te verán siempre como «la persona que ha perdido a su madre».

A menudo, decidimos lo importante que nuestra historia debería ser guiándonos por la opinión de los demás, de la misma forma que cuando un niño pequeño se cae, mira inmediatamente a su madre, como preguntando: «¿Cómo de grave ha sido la caída? ¿De qué forma debo comportarme?». Luego crea una historia que se ajuste a la intensidad de la reacción de su madre. De la misma manera, nos rodeamos de amigos que se compadecen de nosotros; sin embargo, al hacer esto, les permitimos colaborar en nuestra historia de víctima, e incluso agrandarla. En cualquier caso, con su aliento, creamos una historia dramática en que la gente se aprovecha de nosotros, no nos comprende y nos maltrata.

Buda vino a enseñarnos que, aunque el sufrimiento es parte de la condición humana, no es necesario. Esto no quiere decir que el dolor no exista; el dolor es inevitable porque todos tenemos un sistema nervioso que siente el fuego y la pérdida. Como les suelo decir a mis alumnos, si quieres comprender la diferencia entre el dolor y el sufrimiento, prueba lo siguiente: cuando te estés dando una agradable ducha caliente, gira la llave hacia la posición de frío, pero hazlo en dos etapas. Primero, coloca la mano sobre el grifo y nota cómo tu cuerpo se estremece en anticipación a lo que va a suceder –esto es sufrimiento-. Luego, cuando gires de golpe la llave hacia la posición de frío, lo que vas a experimentar es dolor. Como puedes ver, el sufrimiento y la angustia suceden cuando te pones a pensar en lo fría que va a estar el agua y lo mucho que te va a doler cuando la sientas golpeándote la piel.

Cuando un dentista administra un anestésico local, puede extraerte un diente y no vas a sentir el menor dolor. Sin embargo, sí sentirás una sensación de tracción o presión. Deberíamos ser capaces de relajarnos totalmente, conscientes de que no sentimos ningún dolor, pero nuestra mente comienza a pensar en la experiencia en cuestión: «Ése es el sonido del taladro, y ¡realmente me está sacando un diente!». Nos ponemos nerviosos y nos sentimos incómodos porque estamos creando una historia en torno a un dolor que ni siquiera estamos sintiendo.

Cuando practicas el no sufrir, aceptas los hechos de la vida y las lecciones que han venido a enseñarte. Si estos hechos son dolorosos, naturalmente vas a sentir ese dolor, pero no lo intensificas agravando la historia y diciéndote a ti mismo: «Esto es devastador. No puedo soportar el sufrimiento de vivir sin mi pareja. Es demasiado grande. Me va a destruir».

Después de haber perdido a un ser querido, es natural que tus sentimientos de tristeza se activen de vez en cuando. Puedes experimentar esa pena y escribir un relato heroico en que el dolor sea una parte importante de tu curación, o una historia que te confirme como víctima y te condene a un sufrimiento aún mayor. Puedes pensar: «Yo lo amaba tanto… Él me dio tantas cosas buenas, y le estoy agradecido por eso. Fue maravilloso tener ese tipo de relación con otro ser humano, y me gustaría tener otra así algún día». O puedes decir seguir diciéndote a ti mismo: «No puedo creer que haya muerto. Es tan injusto… Nunca lo superaré». Como ya sabes, cada historia es una profecía que se cumple a sí misma. La primera promueve la curación, y la segunda, el sufrimiento. Una vez renuncies a aferrarte al sufrimiento, podrás dejar de aprender tus lecciones a través de traumas, conflictos y mala suerte – y serás capaz de comenzar a aprender directamente del conocimiento en sí.

viernes, 17 de julio de 2009

Palabras... más o menos

Estos días, estoy reflexionando acerca de aspectos aparentemente contradictorios de la palabra. Como comenté en el último post, es indudable que no sabemos hablar, comunicarnos, expresarnos de formas directas y afectuosas. Por otro lado, usamos la palabra para tapar verdaderas vivencias. Nuestra mente es un cúmulo de palabras que no dejan aparecer el infinito poder y maravilla del aquí y ahora, de la experiencia real y múltiple de cada cosa, sensación, relación, misterio.

En el fondo, parece ser una reflexión acerca del silencio y cuándo usarlo.

miércoles, 15 de julio de 2009

De eso no se habla

Hace bastante tiempo, me di cuenta de que, por lo menos en la sociedad argentina, no se habla. ¿Qué quiero decir? Evidentemente, hablamos mucho, nos quejamos intensamente, chismoseamos abierta y escondidamente, pero… no hablamos de lo que verdaderamente importa.

Esto se nota mucho en las parejas y en las familias. Como terapeuta, es constante el hecho de que me cuenten secretos, ocultamientos, traumas infantiles, temores, dudas, sucesos cruciales… que no se comparten con nadie más o, por lo menos, no con las personas con quienes se debería hablar.

Igualmente, cuando tratamos algún tema espinoso o fundamental y les animo a que lo charlen con sus allegados, enseguida aparece una resistencia enorme: porque no se ha hecho nunca, porque se teme a la reacción del otro, porque puede cambiar el status quo, porque no se sabe cómo.

Encuentro que otras sociedades son mucho más abiertas. Por ejemplo, la norteamericana. Tienen una forma más natural de comunicarse, directa y franca. También, para pedir perdón cuando se han equivocado. No se trata de un mero formalismo: implica algo sumamente importante. Cuando no han perdonado a ciertos presidentes, no era por el suceso en sí sino porque mintieron acerca de ese suceso. Nos hemos acostumbrado a mentir para salir del paso, por comodidad, porque tememos al poder de la verdad, para no responsabilizarnos, porque lo vemos como algo normal.

Además somos “vuelteros”. Nos cuesta decir las cosas directamente, damos rodeos, evaluamos la reacción del otro, hablamos por detrás. Y, lo peor: pasamos directamente al hecho. En lugar de hablar, nos separamos, nos peleamos, somos infieles, matamos.

El diálogo parece fuera de la ecuación. Y quiero decir diálogo, no esos monólogos acusatorios y victimarios en que caemos frecuentemente las mujeres (y algunos hombres). “Yo hablo y él no me escucha”. En principio, a los hombres les suele costar más la expresión y se centran más en los hechos. Pero, las mujeres tendemos a ir con un discurso lastimero, colérico, demandante y confuso, que cierra al otro en lugar de abrir la comunicación.

Ayer, charlaba con un amigo acerca de lo que espero para mi futura pareja y le dije que una de las condiciones principales era esa: hablar. Crear y sostener la confianza, el respeto y la sinceridad necesarios para conversar acerca de lo que sentíamos y pensábamos. Nada de secretos, de conjeturas o fantasías (¿qué le pasa?), de excusas, de mentiras blancas o verdades a medias.

Es un gran desafío para mí, porque, como todos, todavía estoy influenciada por una sociedad que oculta y disfraza. Cuando era chica y joven, era directa y frontal, agresiva y “sincericida”. Tuve muchísimos problemas por eso. Pasé a callarme casi todo. No estoy arrepentida porque también aprendí a observar y evaluar, a decir lo justo, a dejar de proyectar para responsabilizarme de mí misma. Ahora, creo que es hora de hablar un poco más, desde la autenticidad, el respeto y el amor.

lunes, 13 de julio de 2009

¿Te guía el Poder del Amor?

“Sabes, todas las cosas que supuestamente “sufro” se han convertido, en realidad, en una enorme ventaja. Hablo de raza y discapacidad. Se supone que son factores negativos en nuestra sociedad, pero son precisamente las cosas que me han liberado”. Esto lo expresó un artista negro, discapacitado por un accidente.

Como comento en el blog, los lugares en donde nos paramos para vernos son cruciales. Acostumbrados a victimizarnos, solemos tomar nuestras “debilidades” para identificarnos. Somos los raros, los enfermos, los sensibles, los golpeados, los alcohólicos, los sufridos y los muchos etcéteras involucrados en raza, género, origen social, status económico, problemas físicos, traumas infantiles, etc. Es interesante que, como sociedad, adoremos y persigamos modelos de perfección y, en lo interno, nos sintamos imperfectos e incorrectos.

En general, no hemos recibido una educación a través de la cual podamos reconocer y apreciar nuestras fortalezas, dones y cualidades, a la vez que aceptamos nuestras debilidades, carencias y limitaciones como posibilidades de transformación y aprendizaje. Al contrario, tendemos a ocultar y proyectar éstas últimas, mientras damos por sentado las primeras, sin valorarlas debidamente.

Me pasa frecuentemente que les pregunto a los pacientes acerca de las virtudes que poseen y se quedan mudos; no pueden nombrar más de un par de cosas, las cuales además consideran poco estimables. Cuando les menciono algunas, no las reconocen o les ponen objeciones. En cambio, es posible que nombren defectos sin parar, casi con satisfacción.

Parece que siempre somos poco, menos, inadecuados. Algunos pasan de la inferioridad interna a la superioridad externa: se muestran lo más, son orgullosos, insensibles, perfeccionistas, soberbios, alardean de sus rasgos y de sus producciones… para compensar conciente o inconcientemente lo que sienten.

¿A qué se debe esta extendida plaga de no valoración? A muchas razones. Además de Niños Internos que continúan jugando su juego, quiero mencionar un factor que atraviesa lo personal y lo social: el Poder.

Según como está instalado, el poder es una fuerza dominante, en el sentido de ser ejercido sobre otros. Así tenemos el clásico dúo “víctima/victimario” en sus múltiples variantes, tanto en lo familiar, lo sexual, lo político, lo social, lo religioso, etc. A pesar de que tendemos a creer que el victimario es el que tiene el poder, generalmente esta relación esconde un reparto inconciente del mismo y/o una necesidad mutua: no hay uno sin otro.

¿Por qué es posible esta relación? Porque ambos desconocen el propio poder, el que tienen por derecho natural, el que es esencial a su ser. Esos juegos en los que nos involucramos delatan la falta de poder interno o, mejor dicho, la falta de reconocimiento del mismo.

Cuando sabemos quiénes somos, cuando podemos apreciar nuestras cualidades y trabajar en nuestras carencias, cuando aceptamos que tenemos el poder de ser y hacer, de elegir y de crear, nos paramos en el verdadero lugar.

Como decía este artista que mencioné al principio, las supuestas debilidades son nada más que oportunidades para convertirlas en ricos aprendizajes, del que saldremos más fortalecidos, más amorosos, más comprensivos, más creativos, más entusiastas con seguir explorando la propia vida. Así, somos verdaderamente libres. En realidad, descubrimos mucha de nuestra Luz a través de la Oscuridad.

¿Cuál es el juego que reemplaza al del Poder? El del Amor, el del Poder del Amor. Esta semana, un paciente que tiene muy poca autoestima, producto de un padre omnipresente y autoritario, me discutía constantemente. Le hice notar que me estaba poniendo en lugar del padre, que estaba suponiendo que debía rechazarme y pelearme para ser él, porque creía que yo lo avasallaría con mis ideas (como lo hizo su padre). Le dije: “yo no estoy en tu contra, estoy a tu favor. Yo no quiero que pienses como yo, sino que aprendas a pensar por ti mismo. Yo no quiero tener poder sobre ti, sino que tú encuentres tu propio poder. Yo no estoy sobre ti, estoy contigo”.
Una vez leí que, cuando nos enamoramos verdaderamente, en realidad nos enamoramos de nosotros mismos porque nos vemos reflejados en los ojos del otro, que ve lo mejor de nosotros y que desea lo mejor para nosotros. Es cierto. Quizás, se trate de la imagen de lo divino en nosotros, del vislumbre de los ojos de Dios que nos recuerdan que somos espíritus bellos, amorosos y poderosos.

martes, 7 de julio de 2009

De palabras y existencias

"Estás mirando una flor. Mira la flor, siente su belleza, pero no emplees la palabra belleza, ni incluso mentalmente. Contémplala, déjala que sea absorbida en ti, sumérgete profundamente en ella, pero no emplees palabras. Siente su belleza, pero no digas, "Es hermosa"; ni incluso mentalmente. No verbalices y gradualmente serás capaz de sentir la belleza de la flor sin emplear la palabra. Realmente no es difícil; es natural.

Primero sientes y luego surge la palabra, pero estamos tan habituados a las palabras que no hay una separación. El sentimiento aparece, pero no lo has ni sentido cuando de repente surge una palabra. Crea pues una separación; siente simplemente la belleza de la flor, pero no emplees palabras.

Si eres capaz de disociar las palabras de los sentimientos, podrás disociar los sentimientos de la Existencia. Deja entonces que allí esté la flor y que tú estés ahí, como dos presencias, pero no permitas que el sentimiento aparezca. No sientas ni siquiera que la flor es hermosa. Deja que la flor este allí y que tú estés allí, en un profundo abrazo, sin ningún asomo de sentimiento. Entonces podrás percibir la belleza sin sentirla; tú serás la belleza de la flor. No será un sentimiento: tú serás la flor. Entonces habrás sentido algo de forma existencial.

Cuando puedas hacer esto, entonces sentirás que todo ha desaparecido: pensamientos, palabras, sentimientos. Y entonces podrás sentir existencialmente".
Osho dijo esto, brillantemente profundo, absolutamente verdadero: ¿lo llevaré a lo existencial o lo dejaré como hermosas palabras? Ese es el tema, sí?

lunes, 6 de julio de 2009

¡Estoy estancado! Cambia tu percepción

¡Estoy Estancado!
Muchas veces se sienten confundidos cuando aseguran: “¡Sí! Voy a asumir mi responsabilidad. Voy a tomar el control de mi vida. Voy a empezar a usar mis poderes y mi pasión en pos de la posibilidad más elevada” y pareciera que nada sucede. Entonces, se preocupan porque quizá hicieron algo equivocado; sin embargo, deberían considerar que, tal vez, las cosas están empezando a estar bien. Quizás, se están deshaciendo de aquello que deben deshacerse. Les pedimos que primero comiencen a sentirse cómodos consigo mismos y con sus ideas respecto a la forma en que debería tomar su realidad.

Ahora, permítannos dar un paso atrás y mirar el panorama desde una perspectiva más amplia. Los cambios de su planeta en este momento son visibles desde una perspectiva más amplia y más en forma colectiva que individual. Muchas de sus organizaciones y reuniones colectivas de almas deben adaptarse ahora a las vibraciones más elevadas que ustedes están creando y exigiendo que el mundo tenga. A medida que sucede, podrán ver muchos cambios que parecieran ejercer un control sobre ustedes, pero deben comprender que no es así porque, de hecho, están soltando esa parte de control. Es perfecto que afirmen que desean vivir siguiendo aquello que los apasiona y encaminarse en esa dirección sin importar lo que sea, incluso si no logran descubrir la forma de continuar haciéndolo. Al experimentar lo que les apasiona durante las tardes o los fines de semana, contribuirán a elevar su vibración general y todas las interacciones que tengan con el mundo que los rodea. De manera que lo primero que deben descubrir es aquello que hace cantar a su corazón, y después, encontrar la forma de hacerlo con mayor frecuencia. Si siguen sintiendo que nada sucede, existe otro enfoque que pueden ensayar.

Cambio Consciente de la Percepción
La manera más sencilla de cambiar una situación es modificando su punto de percepción para adecuarlo a una perspectiva más amplia. Ser capaces de cambiar su percepción en cualquier momento respecto a determinada situación y contemplarla desde diferentes ángulos, será una parte muy importante de la evolución humana. Es lo que está sucediendo a medida que salen de ese campo de dualidad en el que todo lo ven como luz y oscuridad.

Ahora bien, eso se equilibra con la tercera posición del ser superior, de manera que realmente están pasando del campo de la dualidad al campo de la trialidad. El campo de la trialidad le brinda mayores posibilidades al dios-ser que se encuentra en el cuerpo físico. Cuando logran la trialidad por primera vez, se preguntan que será lo que van a hacer. Podrán hacer esto o aquello, pero también pueden elegir no hacer nada, porque no necesitan hacer algo. No hay nada de malo en ello y no significa que estén estancados. Sencillamente, se trata de disfrutar un nivel vibratorio en el cual no se requiere nada que provenga del exterior.

Llegará el momento en su vida en el cual todos ustedes experimentarán momentos mágicos. Podría ser tan solo un instante, un día, una semana o un mes, pero trátese de lo que se trate, todos necesitan esos momentos. No se sientan estancados, porque en vez de eso, será el momento de recuperar el aliento, un tiempo que servirá para adaptarse a sus vibraciones más elevadas. Cuando se observan en el campo de la dualidad, existe mucha confusión, porque la dualidad les muestra solamente la luz y la ausencia de ésta, pero esto solamente representa los dos extremos del espectro. La verdad no se encuentra en los extremos, porque todo está en el espacio intermedio. Cuando comienzan a comprender que han estado observando todo desde una perspectiva muy limitada, un rango muy estrecho de visión y vibración, pueden comenzar a considerar lo que sucede a una escala mucho mayor.

Queridos, si tan solo lograran verse en la forma como los vemos, se reirían a carcajadas de todo el juego y todas las restricciones que parecen tan grandes en su campo de visión. Verían su verdadera naturaleza y caminarían más orgullosamente que nunca. Esperamos, en este día, que caminen orgullosos con cualquier sabor que tengan, porque es único. Es su combinación de luz y espíritu, ese hermoso ser espiritual que ha pasado de vida en vida para estar aquí ahora mismo. Los amamos más de lo que pueden imaginarse, porque nos vemos reflejados en ustedes. No venimos aquí para darles mensajes que les ayuden a convertirse en personas mejores. Venimos porque nos honra estar en su presencia y así es como los vemos: los ángeles más valientes que se atrevieron a quitarse sus alas y jugar a ser humanos. Están haciendo progresar a todo el universo con cada paso que dan, y su hermosura trasciende su comprensión. Caminen orgullosamente. Sean el mejor sabor que puedan ser.

domingo, 5 de julio de 2009

El hechizo de leer y escribir

"Pueda una meterse en un libro y chuparle toda la savia, la sangre, el vino, las lágrimas, la lluvia, el pan, la hostia, el grito, el amor y la muerte que saltan de sus páginas para ese, esa que lee, solamente para él, para ella.

Los dos, la mano y el libro, llegaron hasta aquí para que de tarde, cuando llueve, nos sentemos detrás del vidrio de la ventana por el que se ve la calle gris, y los árboles y el cielo encapotado, y como el personaje de aquel cuento, no sepamos lo que pasa a nuestro alrededor porque de las páginas va surgiendo como miel y savia y ámbar, letra a letra, palabra a palabra, la felicidad de comprender, de saber, de ver a través de los párrafos, de oír las voces múltiples, el canto, de apoderarse del mundo, de erigir otra vez el horizonte, cada vez más lejos, cada vez más henchido de las sílabas ajenas de las que nos vamos apoderando para hacerlas nuestras y volvernos así más ricos, más sabios, más de acuerdo con el mundo y las gentes que nos rodean.

Leer, esa aventura, nos va cambiando, nos va formando, nos va dando alas y entendimiento, nos hace mejores, nos enseña a pensar y a sentir; nos hace capaces de ponernos en el lugar del otro, de comprenderlo y acompañarlo en sus sueños y en sus desvelos.

Quien no lee permanece incompleto, ignorante de su verdadera esencia, de sus posibilidades y de los caminos abiertos que podría recorrer no sólo entre las páginas de un libro sino también después de haber cerrado sus tapas. Quien no lee es presa fácil de la ignorancia y del prejuicio, esos dos enemigos que crecen en el terreno fértil de la incultura.

Leer significa pensar. Leer, internarse en el reino de la palabra escrita, nos facilita la vida, nos ayuda a conocernos y nos abre las puertas de lo que seremos algún día. Sabremos, gracias al libro, ese inmortal, que el futuro no ha de ser mezquino y oscuro, sino brillante, rico y fecundo. Que podremos elegir. Y no es poca cosa."

Me sentí muy identificada cuando leí estas líneas de Angélica Gorodischer. Soy una apasionada lectora desde que aprendí a leer. He navegado por las ficciones a través del mundo, de aventura en aventura, entre pasiones, amores, dramas y comedias. He navegado a través de mí misma, iluminada por tantos que lo hicieron antes que yo y conmigo.

Y también he escrito, como Angélica comenta, "escribir es algo que se desprende como miel o jarabe o ámbar líquido, de la lectura. La obsesión por los libros guía la mano y una escribe mientras sigue leyendo como si el libro que tiene delante fuera el primero y el único, cuando en realidad es todos los libros los que ya ha leído, los que vendrán, los que jamás alcanzará a leer".

Lectura y escritura me han formado, me han dado alas y raíces, me han llenado de Luz y me han ayudado en la oscuridad. Tengo tanto adentro de todo lo que he leído, que me siento desbordada, y juro que no volveré a leer más... pero no puedo. La palabra escrita me vuelve a fascinar, a llamar y caigo en su influjo, feliz de ser traspasada por la chispa de la aventura de conocerme a través de otros y de escribir para conocerte a través de mí.

viernes, 3 de julio de 2009

Espejismos externos

Ampliando el post anterior, es también un tema cultural. Nos venden "ganadores", cánones de perfección inalcanzables. Una modelo, por ejemplo, comentó que ni ella se veía como en las fotos, ya que estaba alterada por el Photoshop. Los empresarios parecen tener una vida de glamour y felicidad. Los referentes espirituales se muestran iluminados y en paz, sin manchas humanas. En la práctica, esto promueve victimizaciones varias: ¿quién puede llegar a esos idealizados ejemplos?

Por otro lado, las instituciones están cayendo de ese lugar. Gobiernos, iglesias, multinacionales, gurúes de distintas especies han perdido su poder y ascendencia. ¡Maravilloso! agrego yo. Hemos depositado las decisiones importantes en sus manos y es hora de retomar el libre albedrío que es nuestro derecho natural. Hemos creído que no podíamos vivir sin su tutela, como niños debilitados de un padre autoritario.

Mirando siempre afuera, nos estamos encontrando que no hay las respuestas absolutas y tranquilizadoras que esperábamos ni la fortaleza patriarcal que nos salvaría de las dudas y los miedos. Es hora de mirar adentro.

miércoles, 1 de julio de 2009

Debilidades y potencialidades

“Sabes, todas las cosas que supuestamente “sufro” se han convertido, en realidad, en una enorme ventaja. Hablo de raza y discapacidad. Se supone que son factores negativos en nuestra sociedad, pero son precisamente las cosas que me han liberado”.

Esto lo expresó un artista negro, discapacitado por un accidente. Y es una gran verdad, no sólo en cuanto a raza, género, situación física, mental, social, etc. Lo es también en lo que consideramos nuestras debilidades a niveles de evolución personal. Aquellas particularidades (sean de carácter o de crecimiento infantil) que creemos flaquezas son las oportunidades más grandes para extraer el potencial maravilloso que traemos.

Muchos se aferran a esas supuestas debilidades para pasar una vida de mediocridad, resentimiento y limitaciones, mientras otros se dan cuenta de las ventajas que significan cuando se saben aprovechar adecuadamente.

Hace poco, una mujer vino a una sesión inicial, contándome su vida desde la óptica de cómo su “rareza” era la culpable de todo lo que le había pasado. Yo le dí vuelta su visión, mostrándole cómo ése era justamente su lugar de identidad más fuerte y profunda, desde el cual crear una vida llena de significado. Se quedó muda unos minutos y finalmente me dijo, con lágrimas en los ojos: “siento que puedo respirar con todo el pecho, me diste una liberación tremenda”. Así es para todos.