Estos días, estoy reflexionando acerca de aspectos aparentemente contradictorios de la palabra. Como comenté en el último post, es indudable que no sabemos hablar, comunicarnos, expresarnos de formas directas y afectuosas. Por otro lado, usamos la palabra para tapar verdaderas vivencias. Nuestra mente es un cúmulo de palabras que no dejan aparecer el infinito poder y maravilla del aquí y ahora, de la experiencia real y múltiple de cada cosa, sensación, relación, misterio.
En el fondo, parece ser una reflexión acerca del silencio y cuándo usarlo.
viernes, 17 de julio de 2009
Palabras... más o menos
Publicado por
Laura Foletto
en
20:20
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