jueves, 12 de febrero de 2009

Perverso

Hace unos días, estuve en un enorme shopping. La cantidad de productos era abrumadora, al igual que cuando entré al supermercado. No es suficiente que haya numerosas marcas de algo, sino que, además, existen múltiples variedades dentro de ellas.

Esto me genera reacciones ambiguas: por un lado, me admira la capacidad de los seres humanos para reinventar la diversidad y, por otro, me da rechazo por la inutilidad de tanta riqueza vana.

Mientras millones de personas ni siquiera tienen UNA clase de alimento, una minoría posee la capacidad de comprar DECENAS de cada uno de ellos. Mientras muchos no disponen de un miserable lugar propio, otros tienen cuatro o cinco casas lujosísimas.

Me pasa algo parecido cuando se gastan cifras impresionantes para salvar a una persona cuando sé que, con ese dinero, podrían salvarse cantidad de vidas.

Comprendo que cada uno vino con su karma correspondiente y que ésa es una de las razones por las que cada persona está en donde está. Pero, además, somos responsables por lo que hemos generado en términos sociales y económicos. No debería haber estas diferencias, es algo perverso en el sentido de “que corrompe las costumbres o el orden y estado habitual de las cosas”.

Creo que el estado de las cosas es la armonía, la abundancia para todos, la justicia, las posibilidades de contar con los recursos para disfrutar la vida. Y que está en cada uno de nosotros que esto se instale definitivamente en la Tierra. Perderse en paraísos consumistas no ayuda. Me estoy planteando en profundidad cuánto necesito. Y no es demasiado…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo creo que en este plano es asi. No existe la equidad. �Fuimos nosotros los que lo planeamos asi el que planifico este plano lo hizo? �Quien nacio primero? El huevo o la gallina?