Hace unos tres años, mamá había ido a una fonoaudióloga porque tenía problemas con la garganta. Esta profesional era muy especial, porque, además de hacerle hacer los ejercicios corrientes, le daba pensamientos del tipo de los de Louise Hay y preguntas para que contestara en la casa. Haciendo orden en sus papeles, encontré un cuadernito en donde había hecho borradores de los “deberes”. Estaban todos tachados y escritos uno encima de otro, pero rescaté lo que sigue. Tenía 77 años y sólo hizo tres grados de la escuela primaria (cosa que siempre lamentó porque le encantaba aprender). Escribió esto:
A veces, creemos cosas por tradición y, cuando lo pensamos, vemos que no es así. Ya grandes, tomamos conciencia de porqué voy a creer eso. Tengo mi propia opinión. Antes, cuando alguna chica se embarazaba siendo soltera o se iba a vivir con alguien sin casarse, era pecado. Dios la castigaba. Hasta la familia la miraba mal. Qué cosa estúpida. Es necesario repensar nuestras creencias para ver si son ciertas o no.
Yo soy feliz como soy y con lo que tengo. Nunca pensé que si tuviera más dinero o una casa más linda sería más feliz, esas cosas que mucha gente piensa que lo de afuera te hace más feliz. Para nada. La felicidad nace de uno, estar bien con la familia, pero otra cosa no. Con mi familia, en las buenas y en las malas. Con lo que nos pasó (la muerte de mi hermano) nos unió más. Para mí, esa es la felicidad.
Yo considero amigos a los demás sin pensar en mi interior, que eso es lo mejor que tengo. Desde hoy, seré mi mejor amiga.
Al otro no se lo puede ayudar, hay que dejar que lo haga solo cuando esté preparado. Yo pienso que al otro se le puede dar una idea para que haga su trabajo pero no hacerlo por él. Yo con los años aprendí eso. Mi trabajo lo hago yo mal o bien, es mi trabajo, nadie debe depender de los demás.
Si yo permito que el amor entre en mi interior será beneficioso para mi salud. Estaré a salvo de malos pensamientos. También, al yo estar bien porque me amo, todos los que me rodean sentirán eso, porque para mí el amor es contagioso.
Una tragedia puede ser para una familia perder a un ser querido. Entonces, se pregunta porqué a mí y se angustia tanto que se queda encerrado en ese dolor, hasta que se da cuenta “tengo que salir de alguna forma; no soy la única a la que le pasa esto” y decide formar una fundación para ayudar y ayudarse a si mismo. Crecer en el dolor junto con otras familias.
Yo pienso que no hay otra vida (esto es por una conversación que tuvimos). Esta es única. No me cabe otra. Yo tuve ésta, con todo lo que tengo, con lo que me pasó (malo o bueno) y estoy conforme con ella. Tengo mi familia que era lo que más quería, mi marido, mis hijos a los que quiero y creo que ellos también a mí. Estoy feliz con la vida que tengo. Si hay otra, no sé. Puede ser que esté equivocada. Por ahora, pienso así.
Pensamos diferente en esto, mamá, pero en el resto… estoy de acuerdo. Sobre todo, en que nos hemos querido mucho.
jueves, 2 de agosto de 2007
Pensamientos de madre
Publicado por Laura Foletto en 21:10
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