A raíz de recientes sucesos catastróficos, estoy escuchando
muchas “teorías” que mezclan lo religioso, lo social, lo ecológico, lo político,
con visos de violencia, apocalipsis, culpas, pánico, estupidez, manipulación,
etc. Un coctel peligroso…
sábado, 9 de septiembre de 2017
Ola de terror, ola de amor
No voy a negar que a veces siento temor y rabia por lo que
los humanos podemos llegar a hacer en nuestra ignorancia (en el sentido de desconocer
que Todos Somos Uno y que estamos conectados a la misma Fuente). Estamos en tiempos complicados porque el
cambio casi siempre viene precedido de una lucha final de lo viejo que no
quiere desaparecer. Lo vemos ahora en
muchas áreas.
Ante esto, únicamente podemos profundizar nuestro compromiso
por un mundo nuevo, con una energía amorosa y creativa. Y esto no se logra solo con lindos cartelitos
en Facebook, oraciones o meditaciones (que también sirven) sino con
pensamientos, emociones y acciones cotidianas consistentes y verdaderas.
Siempre es más fácil decir que hacer, pensar que practicar,
pero tomemos el pequeño camino diario de la conciencia, la paz, la presencia,
el agradecimiento, la intención pura, la acción correcta, la conexión a la Luz,
el amor. Cuesta cambiar hábitos pero en
el compromiso individual está la salida.
Somos divinamente guiados, protegidos y amados.
Publicado por Laura Foletto en 12:08 0 comentarios
miércoles, 6 de septiembre de 2017
La epidemia del descontento: "tengo que ser mejor"
Los
seres humanos tenemos el chip de la evolución dentro de nosotros y puede ser
tanto una bendición como una maldición. En principio, nos puede
estimular para crecer y madurar; para dejar de reaccionar y encontrar
profundidad y autenticidad; para respetarnos y amarnos; para encontrar el
diseño original y único que somos. Pero, en una sociedad egoica como la
que vivimos, también puede incitarnos para ser la mejor versión del modelo
social de moda; para creer que, haciendo y teniendo mucho, seremos
reconocidos y valorados; para exigirnos, fustigarnos y agraviarnos por lo
poco que somos y logramos.
Esto
último es lo más común. Casi nadie está contento consigo mismo.
Todos queremos “más”, lo cual estaría bien si no fuera porque denigramos el
lugar en el que actualmente estamos en pos del que “deberíamos” estar.
Si nos proponemos una meta (y habría que ver si ella está en consonancia con
quiénes somos y no con lo que el exterior dicta), no estamos conformes con
los pasos que vamos dando, el objetivo final manda y estamos decepcionados
todo el tiempo hasta que llegamos… y entonces nos planteamos otra…
Esto
es típico del Ego, que es incompleto por naturaleza e insatisfecho por
conducta. Ese constante desmerecimiento te hace entrar en un círculo
vicioso, cuya consecuencia es fatídica: si no estás feliz con las
elecciones actuales, ¿cómo vas a crear nuevas mejores?
La
abundancia actual no es suficiente. Quieres otra, no estás seguro de
los requerimientos, porque vives cambiando de idea de acuerdo a las demandas
exteriores o a las presiones interiores: “Esto no es. Debe ser otra
cosa, no sé cuál pero es algo mejor (o sé cuál pero no llego nunca)”.
¿Te das cuenta la locura del planteo? Así estamos…
¿Y si
te relajas y reconoces que tu abundancia es lo que realmente necesitas
ahora? Cuando cesa la lucha, viene la aceptación. ¿Qué
tiene de malo lo que eres, lo que haces, lo que tienes? ¿Cómo vas a
lograr otra cosa si tu actitud es de enojo, frustración, resentimiento y no
de agradecimiento y satisfacción? ¿Cómo vas a sentirte en paz si te denigras
y exiges? ¿Cómo puede suceder algo más si estás empantanado en la
victimización y no te descubres co-creador?
Eres
suficiente tal cual eres. Estás en el lugar correcto. Solo
desde esta premisa, es posible liberar el potencial que traes. “Acepto,
entrego, confío y agradezco” puede ser un buen mantra. Regocíjate
de tu presente, de cada paso que des. Todo está bien. Reeduca tu
mente y expande tu corazón. Cuando te alineas con el Universo, todo
viene hacia ti, simple y fácilmente, porque estás en armonía con Todo Lo Que
Es. Eres divinamente guiado y protegido porque eres una chispa divina.
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Publicado por Laura Foletto en 15:50 0 comentarios
viernes, 18 de agosto de 2017
Los deseos que sirven para liberar nuestro potencial
¿Es
malo el deseo? Para algunas
filosofías, deberíamos desterrarlo porque es la fuente de los males, al igual
que el cuerpo. Todo lo bueno es
etéreo, espiritual. Aunque no lo
pensemos conscientemente, muchos adherimos a ello porque, cuando iniciamos un
camino interior, tendemos a creer que debemos dejar de desear, sobre todo lo
material, y con ello incluimos al cuerpo como si fuera el demonio que nos
hace caer en la tentación.
Eso
proviene de la (errónea) idea de que lo físico no tiene relación con lo
espiritual, de una escisión que nos ha hecho enorme daño porque nos ha
dividido totalmente y hecho sentir culpables de desear, de vivir en
realidad. ¿Por qué estar en un planeta
tan hermoso, con tantas posibilidades, con un cuerpo que necesita, con
sentidos que requieren estímulos, con una mente curiosa e inquieta? ¿Por qué nos dan algo para luego renegar de
ello?
El
deseo es una llave de activación.
Te contacta con tus habilidades, con tus cualidades, con tus
aprendizajes, con tus aportes. A
medida que te conectas con ellos y los concretas, vas profundizando en tus capacidades de
co-creador, vas conociendo las consecuencias y responsabilidades de serlo, de
traer algo nuevo a Todo Lo Que es. Es un camino a tu deidad, a través de la
materialidad de estar encarnado en un planeta.
Cuando estás verdaderamente ensamblado con
tus deseos, estás cercano a tu divinidad, a lo que trajiste como
potencial. El problema surge cuando no puedes discernir entre “yo soy/yo quiero
esto” y “yo debería querer esto para…”, entre lo que tú traes y lo que la
sociedad te empuja a ser, hacer y tener porque hay un modelo externo al que
debes adherir y a través del cual podrás lograr determinadas cosas que la
misma sociedad vende como fundamentales.
¿Cómo
saber la diferencia? Los
verdaderos te iluminan internamente; te dan propósito, sentido; te enseñan
mientras los consigues; te relacionan y te hacen consciente de las
consecuencias; te expanden y te profundizan.
También, te hacen resistente y voluntarioso, fuerte y sensible, porque
no todo son rosas sin espinas.
¿Qué
hacer cuando no estás orientado?
Detenidos y temerosos, culpables y castigados, nos quedamos congelados
creyendo que no somos suficientes y adecuados, que no podemos. Nada de eso es cierto. Mejor tomemos esos momentos como señales de
que debemos tomar otra dirección, de que nos están indicando el camino hacia
nuestro corazón. Como digo en el Curso “Los
Miedos al Crecimiento”: ellos son
puertas que nos sirven para transformar nuestras vulnerabilidades en
fortalezas y para conocer nuestros dones y potenciarlos.
En estos momentos de intensos cambios, muchos
también estamos evolucionando nuestros deseos. Están mutando hacia espacios de
profundidad, de esencia, de abundancia, de serenidad, de sencillez, de amor. Enfrentemos los miedos y liberemos el
potencial maravilloso que traemos para co-crear un nuevo mundo. Podemos.
La Luz nos guía y nos protege.
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Publicado por Laura Foletto en 11:21 0 comentarios
miércoles, 9 de agosto de 2017
LOS MIEDOS AL CRECIMIENTO (Curso por Internet)
Se dice que solo existen dos sensaciones que nos
gobiernan: el amor y el miedo. Según cómo respondamos a ellas, así será
nuestra vida. Tenemos muchos miedos (físicos, mentales,
emocionales). Los más comunes a todos, los que sentimos más fuertemente
en el cuerpo son los de la supervivencia, los que involucran la evolución.
En Diseño Humano,
corresponden a los del Centro del Bazo, cuyas Puertas son:
Puerta de la
Continuidad: Miedo a Fracasar.
Puerta de
Estar Alerta: Miedo al Pasado.
Puerta del
Jugador: Miedo a la Muerte, a que la vida no tenga Propósito.
Puerta de la
Claridad Intuitiva: Miedo al Futuro.
Puerta de la
Corrección: Miedo a la Autoridad, a no ser perfecto.
Puerta de la
Profundidad: Miedo a sentirse Inadecuado, a no estar listo aún.
Puerta de los
Valores: Miedo a fallar en la Responsabilidad.
Todos tenemos algunas de estas Puertas activadas y, según
esté el Centro del Bazo Definido o Sin Definir, pueden ser más o menos
intensos. Lo interesante de este enfoque es que ellas son
verdaderamente Puertas hacia lo mejor de nosotros. Nuestra actitud
frente a los miedos es congelarnos y huir en lugar de comprender que ellos nos
alertan acerca de potenciales que no vemos. ¿Cómo lo hacen? A
través de sensaciones corporales y de la intuición, el instinto y el
gusto. Si los escuchamos y los habilitamos, nuestra vida se enriquece
y se expande.
Te ofrezco la posibilidad de elaborar tus miedos y de
superarlos definitivamente, de una forma concluyente y natural. Si bien
involucra la mente, las bases son físicas porque, como ya te habrás dado
cuenta, podemos aprender y sostener hermosos pensamientos pero los efectos del
miedo sobre el cuerpo son avasallantes y enormes: necesitas recursos
potentes, en el momento.
Por ello, en este Curso, encontrarás:
- Una
explicación clara y sencilla de cómo funcionan estos miedos, para qué sirven y
cómo canalizarlos concretamente para tu provecho y bienestar. Recuerda
que tus miedos son las puertas a tu potencial dormido. ¡Despiértalo!
- Unos
consejos prácticos para mantener la salud, el bienestar y escuchar los peligros
(temas de este Centro), según tengas el Bazo Definido o Sin Definir.
- Una
concientización de cómo estás con respecto a ellos y cómo trabajar para
superarlos, a través de cuestiones específicas que debes observar y escribir.
- Unas
afirmaciones para limpiar tu mente y activar nuevas conexiones mentales, que es
vital repetir tres veces por día.
- Unas
prácticas simples y efectivas para tomar conciencia de los efectos físicos del
miedo, manejarlos y fortalecer el cuerpo, a fin de adquirir maestría en tus
procesos de aprendizaje y evolución.
- Unas
sugerencias para activar la intuición y el instinto, claves para elaborar estos
temores.
Como verás, no hay magia en el proceso porque de eso se
trata: un proceso que necesitarás atravesar (acompañado de recursos sencillos y
concretos) para emerger siendo tú mismo, aportando tus cualidades y
posibilidades a lo cotidiano, capacitado para concretar la vida que mereces.
El Curso
contiene unas 35 páginas y es personalizado.
Para
realizarlo, necesito tu fecha, hora y lugar de nacimiento.
Obtendrás
recursos específicos a tu Definición y Puertas activadas.
No encontrarás
nada más útil y completo.
Se envía por
mail, previo pago adelantado.
Valor: $ 350.-
para Argentina
U$/€ 30.- para otros países
Publicado por Laura Foletto en 20:21 0 comentarios
viernes, 28 de julio de 2017
Esto también pasará
La vida tiene ritmo. Al ego no le gusta eso porque
quiere estar siempre bien y avanzando, por lo que detesta los bajones y las
retiradas. Sin embargo, somos como las olas del mar, como la respiración,
como la noche y el día: contracción y expansión.
Negar este hecho nos estresa y nos frustra; cuando estamos
arriba, deseamos que eso siga y, cuando estamos abajo, queremos que se termine
rápido. Cada fase tiene su propósito y su tiempo. Una frase que
sirve es: “Esto también pasará”; ni una ni otra son eternas (a menos que nos
obsesionemos con la fase baja y nos hagamos adictos al dolor, el sufrimiento y
la lucha, que eso existe).
Disfrutemos las olas altas y aprendamos de las bajas.
Todo tiene su tiempo bajo el Sol y la Tierra nos sostiene y nutre en
ambas. Siendo realistas y aceptando cada una, sacaremos provecho de todo.
Publicado por Laura Foletto en 11:16 0 comentarios
Todo tiene consecuencias: sé responsable por tus creaciones
Se había roto un caño en mi cocina y
arruinado un mueble en la vecina del piso de abajo. Cuando el plomero le sugirió que pida que
se lo cambien, ella dijo riéndose: “Sí, total lo paga el consorcio”. Pensé: “El consorcio somos todos, tú y yo
también”. Es como cuando se comenta:
“Total, lo paga el Gobierno.”
Es un típico pensamiento argentino (y
sospecho que latinoamericano): el Gobierno es una entelequia (en el sentido
de algo perfecto e ideal que solo existe en la imaginación), sostenido por el
aire y el dinero de quién sabe quién… Parece que nadie toma en cuenta que el
gobierno somos todos y que todos lo mantenemos con nuestro trabajo y nuestros
impuestos.
En lo espiritual, es como cuando decimos
“Todos Somos Uno” como una hermosa teoría pero vivimos exactamente lo
contrario: creemos que todo se queda en
nuestra pequeña burbuja energética pero resulta que pasa al Inconsciente Colectivo
de la Humanidad, alimentando cualquier clase de inequidades y
desastres.
Cuando nos enojamos por algún hecho y
decimos: “¡Tiene que morir de la peor manera!”; cuando vemos por décima vez
un asesinato y rumiamos: “Esto es una lotería: uno sale y no sabe si vuelve;
nos pueden matar en cualquier momento”; cuando el vecino nos molesta y
pensamos: “¡Qué tipo de porquería, ojalá le pase algo!”; cuando posteamos
hermosas frases en Facebook y después insultamos al gobierno de turno o nos
quejamos de todo: ¿asumimos que esto no
tiene derivaciones, personales y sociales?
Todo
tiene consecuencias, todo nutre el acervo común, nada se pierde. Si
existe una demanda, habrá una oferta.
Si crees que te asaltarán en cualquier momento, estás creando la situación
y al ladrón. Si piensas que alguien te
ayudará y que juntos podrán asociarse en un emprendimiento, estás creando la
empresa y al socio. ¿Qué eliges?
De eso se trata: TÚ ELIGES. Si quieres un mundo mejor, comienza a
crearlo pensamiento a pensamiento, palabra a palabra, emoción a emoción, acto
a acto. Todo cuenta. Estamos elevando la vibración, pasando de
una realidad a otra. No es un ensayo,
es la realidad. Eres parte de un
cambio impresionante, de un paso maravilloso de la Humanidad.
Estamos
pasando del control del ego a la guía del alma. La resistencia es enorme pero no tenemos
que engancharnos de ella. Respiremos,
conectemos con el cuerpo, con el presente, encontremos la suave luz del
corazón y creamos posible la creación de un nuevo mundo. Ya está aquí. Requiere
de tu participación total.
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Publicado por Laura Foletto en 11:13 0 comentarios
lunes, 3 de julio de 2017
Del Ego infantil a la madurez espiritual
“Yo sé que esto es una reacción infantil,
pero no sé cómo ser madura”, me dice una consultante, luego de contarme cómo
estuvo llorando sin parar por una situación que no puede manejar de otra forma.
La
palabra YO nos da la ilusión de que hay UNO.
Somos una multitud.
Cantidad enorme de Aspectos conviven en nosotros: el miedoso, el
soberbio, el generoso, el sádico, la víctima, el trabajador, el vago, el
iluminado, el orgulloso y podría seguir hasta llenar páginas. Las voces de todos ellos nos hablan
constantemente y nos confunden, nos limitan, nos enloquecen, nos aclaran, nos
ayudan, nos constituyen.
Basta que queramos tomar una decisión para
que aparezcan: “No puedo”, dice el Miedoso; “¡Qué fantástico!”, dice el
Arriesgado; “Sería un buen aprendizaje”, dice el Sabio; “Es muy complicado”,
dice el Lógico y así cada uno de nuestros personajes se presenta con su punto
de vista y, más de una vez, terminamos tan aturdidos que no hacemos nada.
Para complicarla, la mayoría de estos Aspectos se han quedado en la niñez. Fueron moldeados a través de las
experiencias acumuladas hasta los ocho años y reaccionan de una manera
infantil, con las mismas emociones de cuando teníamos cuatro. Aquí observamos otra ilusión: la de que somos adultos. Somos niños en cuerpos grandes.
Esto sucede porque dejamos de crecer. Nos llenamos de información, de carreras
universitarias, de teorías, de modelos externos, de “deber ser, tener,
hacer”, pero no hemos evolucionado como individuos. Interiormente, en la realidad, seguimos atados a lo que nuestros Niños
Internos todavía no pudieron sanar ni elaborar.
¿Es
malo tener un Ego lleno de Aspectos? ¿Hay que negarlo, destruirlo,
ensalzarlo? No, hay que reeducarlo. Cuando
un consultante me cuenta que sus voces internas lo vuelven loco (de miedo, de
posibilidades, de rabia), le pregunto qué hace y normalmente me dice que
nada, que no puede con eso, que es más grande que él, que no se le ocurre
cómo soltarse, que es así, que siempre fue así…
En el fondo, está diciendo que es un niño
impotente. Y, en cierto forma, lo es,
porque nunca lo ayudó a crecer, no lo
confortó, no lo contuvo, no le mostró otras variables, solamente le siguió la
corriente. “Si fuera tu hijo y comenzara
a correr por la habitación, gritando y rompiendo todo, lleno de miedo, ¿solo
lo mirarías, sin hacer nada?”, le pregunto.
“Por supuesto que no, lo detendría y le hablaría hasta calmarlo, lo
abrazaría”, me dice. “Entonces, ¿por
qué no haces lo mismo con tus Aspectos?”.
Ellos quieren ayudarnos pero no saben cómo porque lo que aprendieron
no nos sirve ahora.
El Ego
es un instrumento del Alma. Nos
permite aprender a ser Creadores Responsables. Cuando no lo usamos de esa forma (y casi
nadie lo hace), es un amo destructivo y temeroso, exigente e impotente,
sometido por la familia y la sociedad.
Se cree el Dueño y es solamente el Sirviente (una multitud de
sirvientes en realidad). Podríamos comenzar por establecer un
Mayordomo, que ponga orden y sepa su lugar.
La
mente es el dominio del Ego y debe ser reeducada para ser un Testigo objetivo
y eficiente, que observe la dualidad y encuentre una síntesis que la
trascienda. Las emociones son una
enorme fuente de energía y motivación que deben ser sanadas y reconducidas. Gastamos grandes sumas de dinero en
tonterías y perdemos el tiempo en cosas que no nos dejan nada más que
insatisfacción, confusión, vacío, frustración. Seguimos un modelo que es básicamente
destructivo y desempoderante.
Si realmente deseamos ser felices, plenos,
abundantes, luminosos, es necesario que lo prioricemos, que toda nuestra vida
se reconduzca hacia la consciencia, el cuerpo, el presente, la reeducación,
la sanación, el amor. El Ego le debe servir al Alma. Nuestro diseño original tiene ese
propósito. Comencemos.
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Publicado por Laura Foletto en 14:26 0 comentarios
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