lunes, 7 de mayo de 2007

Dar de mí

Lorenzo Cruz, de México, me escribió: “Yo por el momento te quiero agradecer por toda la infinidad de aportaciones positivas que brindas al público; eso es sorprendente para mi y, sobre todo, la forma en cómo seleccionas y das a entender tus temas; eso es lo más grandioso que he observado de tu parte. Gracias por ser un gran ejemplo humanamente, que eso es algo maravilloso”.

Por empezar, Lorenzo, aprecio enormemente tan hermosas palabras. Me llamó la atención lo de “los temas”. ¡Qué tema! Me la paso gran parte del día reflexionando, dándome cuenta de cosas, dejando entrar impresiones y asimilándolas y enriqueciendo mi mundo interno con eso.

Hace mucho tiempo, mis temas eran bien diferentes. Aunque siempre tuve este interés por la vida y sus secretos, YO me trataba bastante mal, así que mis motivos de introspección eran en consecuencia sobre lo mal que estaba el mundo, la gente, la familia, los partidos políticos, la televisión, los perros… yo!

No se puede separar lo que opinamos de lo que somos. Lo que enjuiciamos habla más de nosotros que de los otros. Así que es fácil saber cómo está una persona por el nivel de agresividad, chismorreo, quejas, impaciencia, etc. que despliega con respecto a otros o a circunstancias.

El comentario de Lorenzo y el de muchos otros que me han escrito me confirma esto. Yo me he transformado y mis temas han cambiado. Y no sólo eso: también le sirven a otros.

Esto me recuerda algo que me sucedió en un seminario hace unos años. Al final de un trabajo, me di cuenta de todo lo que yo había perdido al no brindarme a los otros enteramente, pero, lo que más me hizo llorar inconsolablemente, fue advertir lo que los demás habían perdido, habían dejado de recibir de mí.

Eso fue un momento decisivo en mi vida. Creo que la creación del sitio y, ahora del blog, proviene de ese sentimiento. Al facilitar lo extraordinario, amoroso, sensible y nuevo de mí, todos ( yo y los otros) nos enaltecemos, crecemos y nos damos mejores oportunidades. ¡Gracias a todos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me sumo al comentario de Lorenzo, Laura. Agradezco tu generosidad, compartiendo con nosotros tu aprendizaje. Estoy también de acuerdo contigo en la evolución que experimentamos, una vez que te introduces en el misterio de la vida. Lo que ahora soy capaz de transmitir era impensable hace unos meses, por ejemplo, y lo de hace unos meses, mucho menos hace unos años. Es apasionante este viaje del encuentro con uno mismo y más aún si nos encontramos, en el trayecto, con otros que también lo están recorriendo.

¡La vida es bella!

Un abrazo

Concha (ya siento lo de mi nombre, pero en España... :-)