Matt Groening, el creador de Los Simpsons, dice: “existen demasiadas reglas arbitrarias en la escuela sólo porque los adultos sienten que los chicos deben ser controlados. La mayoría de los chicos es lo suficientemente creativa y barullera para darse cuenta de que estas reglas son estúpidas, pero instintivamente se amoldan a los adultos. Hasta los maestros sobresalientes suelen verse enredados por esas leyes. Y con los años, los buenos maestros y los chicos son forzados a reprimirse y cumplir con una autoridad arbitraria.
Parece que la regla principal que las escuelas tradicionales enseñan es cómo sentarse en fila y en silencio: un entrenamiento perfecto para el trabajo de un adulto en una oficina o fábrica gris, pero no tan bueno para la educación. Algunos nos dimos cuenta de que eso no era para nosotros y empezamos a entretenernos, a veces con bromas sin sentido pero otras de forma más creativa: hacíamos shows de títeres, historietas, obras de teatro y películas”.
Esto me hizo recordar que, en la primaria y los dos primeros años de secundaria (que transcurrieron en Entre Ríos, hasta que nos mudamos a Buenos Aires), yo era la “bromista”, siempre con un chiste rápido; la que iniciaba revueltas; la “machetera” más creativa de la escuela (fama que siguió aquí, con métodos de copiado cada vez más sutiles); el caudillo (es como Pancho Ramírez le dijo una maestra a mi madre).
También, era la que inventó las “obras teatrales”. Nos juntábamos en los recreos y hacíamos dos equipos, creando rápidamente una obra que actuábamos. Los demás decidían el ganador con su aplauso. Por supuesto, eran tonterías en la que lo más importante era reírse, pero que resultaba una inteligente forma de divertirse.
Continúa Groening: “la mayoría de los adultos se olvida cómo era ser un chico. Yo me prometí que nunca lo olvidaría. Vivir creativamente es fundamental. La triste realidad es que mucha gente hace trabajos que no quiere hacer. Pero incluso si tienes un trabajo espantoso, tienes que reservar una parte, quizás secreta, para hacer lo que te gusta. Me gusta pensar que ese es uno de los mensajes ocultos de Los Simpsons. Es un show sobre gente que no conoce ese secreto, pero hacer el show es un ejemplo de ese secreto. Algunas veces, la gente se enoja con la serie por la forma subversiva de contar historias, pero hay otro mensaje y es la celebración de hacer historias locas y divertidas”.
Nunca he olvidado a mi Niña Interna en sus aspectos inocentes, alegres, creativos, entusiastas, optimistas, potentes, valientes, conectados con la fuerza y la monumental energía de la Vida. Ella es la que siempre le ha dado el ímpetu y la diversión a mi existencia. Gratitud profunda a vos, mi amor.
sábado, 1 de septiembre de 2007
Niños creativos y rebeldes
Publicado por Laura Foletto en 19:59
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