miércoles, 19 de septiembre de 2007

Decisiones y esperas

Leí: “El Universo siempre nos ofrece oportunidades para practicar lo que hemos aprendido cuando estamos en el camino de la transformación. Esto es una respuesta a nuestra petición de algo diferente, ya sea consciente o inconsciente. Podemos responder desde el miedo, en donde nos da pánico y tomamos la primera oportunidad que se presente. Quizá así sea como siempre hemos respondido y puede que sea nuestra mejor y más cómoda opción. O podemos responder desde el poder, en donde nos desapegamos y miramos lo que está sucediendo y después usar nuestra guía, intuición y entendimiento espiritual para tomar una decisión que sea mejor para nosotros a un nivel espiritual y material.

Cualquier elección que hagamos representa nuestro nivel de crecimiento espiritual. Sabiendo eso, debemos resistirnos a la urgencia de juzgarnos cuando revisemos estas situaciones y pensemos que podríamos haber hecho algo de forma diferente. En el momento, eso no fue posible. Si pudiéramos haber hecho una elección diferente en el momento, lo habríamos hecho. Con el siguiente evento transformacional, y habrá muchos, podemos usar lo que hayamos aprendido para elegir de una forma diferente. Esta semana, si están decidiendo cómo responder a un evento transformacional, ¿cómo están eligiendo? ¿Desde el poder o desde el miedo? ¿Cuál es la elección más poderosa que pueden hacer? Elijan desde su guía, conocimiento espiritual y poder. Recuerden que ustedes siempre son apoyados y amados incondicionalmente y las posibilidades cambian cuando avanzan a lo largo de su camino. No existe elección buena o mala y las elecciones que son capaces de hacer son parte de su viaje de transformación”.

Esto me hizo recordar viejas formas de elegir: forzando situaciones. Como vine con la paciencia baja y la ansiedad alta, no podía soportar la espera ni la indecisión, así que apuraba lo que estaba sucediendo… y terminaba en medio de grandes líos.

Creo que es muy importante sostener la espera, una actitud bien femenina que no está muy difundida ni valorada. Como una madre que aguarda el desarrollo de su bebé hasta que está listo para nacer, tenemos que disfrutar en lo posible la evolución de lo que hemos creado hasta que el tiempo sea el adecuado.

Esto me está pasando ahora. Los tiempos internos y los externos se están uniendo en la culminación de lo deseado y fecundizado. Lo recibo con alegría, amor y reconocimiento tanto de mí como de todos los involucrados (aquí y allá).

Por supuesto, tampoco debemos engañarnos posponiendo circunstancias o decisiones más allá del cuidado natural por nosotros mismos. Por miedo, dudas o inseguridad, estiramos como un chicle los tiempos esperando que los otros o la Vida decidan por nosotros. Muchos hacen esto para no hacerse responsables y culpar a los demás, pero es una estrategia tonta: las consecuencias son generalmente mucho peores que si la hubiesen tomado por ellos mismos y la tienen que soportar igual. Repito lo de ayer: “El universo llama nuestra atención con ligeros codazos. Si los pasamos por alto, entonces utilizará un martillo. El crecimiento es más doloroso cuando nos resistimos a crecer”.

Otro tema es desde adónde elegimos. Generalmente, termina decidiendo nuestra mente atada a los miedos, experiencias, transpolaciones diversas y panoramas inventados. Tranquilizarnos, centrarnos en nuestro innato poder y convocar a nuestra intuición, conectada a nuestra alma es una mejor opción.

¿Y si nos “equivocamos”? No hay error. Sólo hay experiencia y aprendizaje. Hemos sido muy mal hipnotizados por una cultura basada en el éxito y el fracaso, en ganadores y perdedores.
Si rotulamos la situación como “mala”, “equivocada”, “catastrófica”, “estúpida”, “perjudicial”, “infortunada”, etc., nos estamos perdiendo la posibilidad de enseñanza que ella encierra… y volveremos a caer en lo mismo. Y, para colmo, asociamos estas palabras no sólo a la situación o a la decisión sino a nosotros mismos, con lo que ya la cosa no puede ser peor.

Estamos tan paralizados y aterrados de tomar “malas” decisiones que terminamos creando situaciones peores al quedarnos en lo conocido. ¿Nunca te pasó que, cuando finalmente resolviste hacer algo, las cosas no eran tan terribles como las imaginaste y te empezaste a culpar por lo que te habías perdido? ¡Doble tontería!

Como todo en la vida, es un equilibrio. Cuanto más nos escuchamos profundamente, más fácil se hace y más confiamos en nosotros mismos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

te acabo de descubrir y me gusta lo que leí.Son cuestiones de la vida muy elementales pero tratadas desde el fácil entendimiento,reflexión e interiorización.