Cualquier fenómeno de la Naturaleza es intrínsecamente poderoso. Desde los huracanes, tornados, tsunamis, terremotos, irrupciones volcánicas hasta las tormentas grandes o las inundaciones, percibimos esa fuerza arrolladora con que nuestro planeta se expresa. Cuando veo cualquier manifestación, me lleno de una energía intensa y portentosa.
Creo que tenemos (la humanidad) la tonta y soberbia presunción de que le haremos mal a la Tierra y de que acabaremos con ella. En todo caso, Ella acabará con nosotros. Somos una especie más sobre su superficie (incluso un virus maligno, como decían en una película), pero ciertamente no tan omnipotente como nos creemos.
La razón por la que debemos cuidar la Tierra es porque es nuestro albergue y, como tal, nuestro destino está unido al de ella. Así también debemos preservar el cuerpo (nuestro hogar).
Si miramos atentamente, los dos son increíblemente perfectos, variados, abundantes, equilibrados, hermosos, convenientes, divinos, potentes. Hay una verdad metafísica: “lo que es arriba es abajo”. Cuerpo y planeta nos reflejan nuestra inmensa creatividad, poder y belleza. Al nutrirlos y cuidarlos, estamos honrando la Vida y a nosotros mismos.
lunes, 10 de septiembre de 2007
Poder Natural
Publicado por Laura Foletto en 15:30
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