sábado, 9 de julio de 2011

Mi viejito

El lunes, fue el cumpleaños 89 de mi viejito.  Lo fui a buscar hoy al geriátrico y lo llevé a comer pizza en Ciudad Jardín.  Nunca come pizza, así que le encantó, sobre todo porque no era la común sino que tenía un montón de cosas.  Después, fuimos a Bonafide y tomó un té con cosas muy ricas.  Medio se enojó porque estaba todo abierto y a nadie parecía importarle que hoy fuera feriado nacional.  "En mis tiempos, se hacía una fiesta enorme.  No sé si antes éramos más patriotas o más estúpidos", me dijo.  Un poco de los dos, le contesté y se rió.  Después, le encantó ver el movimiento de la gente, los lugares lindos, contarme cómo sus compañeros se sorprendieron de que tuviera esa edad y andara tan bien (es su gran orgullo tácito), de los llamados de sus parientes, de fútbol.  Me encanta el fantástico impulso de vida que tiene, la generosidad, la dulzura, el interés en lo que sucede.  Se está perdiendo un poco, pero conserva los recuerdos del pasado fuertemente, como canceriano que es. 


Verlo lleno de ropa (ocho prendas en el torso, cuatro en las piernas), saboreando un crumble de manzanas con una sonrisa.  Que me diga, cuando lo llamé después para preguntarle si la pasó bien: "yo siempre la paso bien con vos; yo sólo estoy feliz cuando estoy con vos".  Pequeñas cosas simples.  De eso se trata.

2 comentarios:

Lucía dijo...

Qué tierno lo que cuentas! Desgraciadamente mis abuelos murieron ya todos, pero hace poco acabé un curso de formación profesional y he empezado a trabajar en un geriatrico. Es genial cuando los abuelos son visitados por sus seres queridos, aunque en muchos casos no es así. Te animo a que no dejes de visitarlo y llevarle a comer toda la pizza del mundo jeje ;)

Saludos!

Laura Foletto dijo...

¡Gracias, Lucía! Visito a mi papá una vez por semana y estoy bastante tiempo con él. No se me ocurriría no hacerlo. Es muy lindo que trabajes en un geriátrico y seas cariñosa con ellos, que tanto lo necesitan. Te mando un gran beso.