- Maestro, frente al desastre, ¿qué haces para evitarlo? -preguntó un discípulo a Joshu.
- Así -respondió con una amplia sonrisa Joshu, luego de haber abierto los brazos e inspirado profundamente.
El desastre no existe, contesta el Maestro. El término mismo le da existencia; la conciencia de un desastre crea el desastre. Cada cosa que nos sucede es una especie de maravilla. Estamos en medio de la "cosa" y es "así". No debemos llamarla "desastre". Debemos llamarla "la vida con sus contradicciones, sus crisis y sus multiples facetas".
Alejandro Jodorowsky cita esta historia a cuento de cómo usamos las palabras, cómo no aceptamos lo que sucede y cómo nos apegamos a una visión de la vida. Mejor es abrirnos, respirando, a lo que es, sin rotularlo, sólo viviendo la experiencia y aprendiendo de ella profundamente.
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